𝑺𝑼𝑮𝑨𝑹 𝑫𝑨𝑫𝑫𝒀 🍭 𝑻𝑾𝑶𝑱𝑨𝑬

🍭 ¡Papi orgulloso! 🍭

Los días se habían pasado como un rayo después de aquel juicio que, inesperadamente, fue cancelado. Pasaron poco más de dos semanas, pero aún así JaeBum mantenía la guardia alta buscando información de la mujer que desapareció sin dejar rastro después de haber puesto su mundo de cabeza.

Aunque todo parecía estar bien, JaeBum no se quedaría tranquilo hasta saber cuáles fueron las reales intenciones de YongSun al solicitar la custodia de YoungJae.

Sin embargo, en ocasiones se permitía simplemente disfrutar de la calma que, en su mayoría, habían recuperado él y su lindo Gatito, quien no podía estar más emocionado porque llegara el día de su cumpleaños.

  — ¡Mira, mira! Es la que vi el otro día en internet. — dijo YoungJae señalando una plumilla electrónica. Ambos se encontraban pasando el día libre de JaeBum en el centro comercial. — ¿Me la compras? Por fis, no te pediré nada más.

  — Eso dijiste hace tres tiendas. — contestó JaeBum riendo levemente mientras sacaba, una vez más, su tarjeta de crédito para dársela al menor. — Dile a ese joven de ahí lo que quieres, él te dará una y te hará el cobro.

  — Me da penita, Papi. Dile tú.

  — Inténtalo, si necesitas ayuda estaré aquí.

YoungJae aceptó suspirando y se encaminó al empleado que JaeBum le señaló.

JaeBum quería impulsarlo a desenvolverse poco a poco con las personas, estaba convencido que cosas tan simples como lo que acababa de indicarle le sería de utilidad, ya que sabía que para YoungJae implicaba un tanto más de esfuerzo. 

Al cabo de unos minutos, YoungJae regresó con la compra hecha.

  — ¡Lo hice! El joven fue muy amable conmigo, le dije que voy a usarla para dibujar y él me contó que también dibuja. ¡Incluso me dio algunos consejos sobre cómo usarla! 

  — Que bien. Lo hiciste excelente, mi niño.

YoungJae sonrió ampliamente, sintiéndose aún más contento luego de escuchar las palabras que tanto apreciaba que JaeBum le dijera.

  — Te has ganado un premio.

  — ¿Otro? Pero... pero ya me compraste muchas cosas.

  — Esos son regalos, un premio es diferente. 

  — Si es así, entonces quiero que te quedes conmigo hoy ¿sí?

  — Está bien.

YoungJae entrecerró los ojos ante la rápida respuesta de JaeBum, rió un poco captando su atención.

  — Ya sabías que lo que te iba a pedir ¿verdad? Por eso me ofreciste el premio.

  — ¿Fue muy obvio? — ahora ambos reían.

  — Sí, pero está bien, me gusta saber que quieres quedarte conmigo.

El mayor le acarició el cabello y besó su cabeza, sonriendo al ver que el menor también lo hacía.

  — Anda, sigamos con tus regalos de cumpleaños.

  — ¡¿Más?!

  — ¿No quieres?

  — Sí quiero...

JaeBum sonrió complacido y tomó la mano de YoungJae para continuar su paseo por el centro comercial. ¿Qué podía decir? Disfrutaba de consentir a YoungJae y tenía con que hacerlo, así que no se limitaría.

Pasaron por unas cuantas tiendas más antes de que YoungJae anunciara tener hambre, por lo que su siguiente destino fue un restaurante de comida rápida dentro del mall que el mayor eligió (a petición de YoungJae).