[012]

256 39 13
                                    

Luego de otra ronda de canciones y cantos de guerras, todos estaban agotados pasados las ocho de la tarde.

Por su parte los siete amigos se encontraban en una misma habitación -siendo esta la de Namjoon y Taehyung- hablando de cosas variadas.

— ¿Creen que nos dejen todos aquí?— Pregunto de la nada Seokjin.

— No lo sé, pero debemos mantenernos fuertes, en cualquier momento pueden venir a sacarnos de aquí.— Dijo Namjoon mirando por la ventana.— De hecho, ya me toca ir a hacer guardia, vuelvo en unas horas.— Le dio un beso a su pareja y salió.

Siguieron hablando por una hora hasta que un fuerte estruendo se oyó a lo lejos, y unas voces despavoridas se oyeron.

Los seis chicos restantes en la habitación salieron corriendo a ver que sucedía, sobre todo el pelirosa que sabia que su pareja estaba de guardia.

— ¡Balas succionadoras! ¡Abajo!— Grito Wonho viendo como los centauros portaban armas muy peligrosas, si sus alma no eran lo suficientemente fuertes podrían fragmentarse con una de esas balas.

Proto todo se paro, todos gritaron, y un cuerpo cayo al piso retorciéndose de dolor, unos ojos se aguaron y unas piernas no dudaron en correr hacia aquel cuerpo débil.


— No, no Namjoon mírame, mírame mi amor soy yo tu amorcito, mírame no dejes de mirarme, no pienses en quitar el brillo de tus ojos.— Una manta oscura rodeaba el estomago donde había impactado la bala.

— S-Seokjin...— Pudo pronunciar a penas.

— Soy yo mi amor.— Shownu trato de calmar a Seokjin mientras el y Wonho se lo llevaban dentro de la escuela.

Pronto ya no había más que rabia ¿A quienes habían lastimado ellos? Seokjin se podía quedar sin el amor de su vida por esos hijos de puta. Toda la ira se acumulo dentro de el dejando salir unos ojos amarillos y los centauros miraban expectantes sin saber como reaccionar a que alumno se había convertido en un león y que este mismo había tirado por los cielos aquel centauro que se atrevió a disparar.

Eso era nuevo, Seokjin ni siquiera sabia que tenia la misma habilidad de su madre para convertirse en animales, pero no le importo, debía luchar con todo lo que tenia, este era otro Seokjin que nadie sabia que existía, ni siquiera el. 

Ninguno era inútil, habían sido pacíficos pero Namjoon era demasiado importante, tocan a uno, y solo saldrían de ahí para contar que ellos no se andaban con chistes.

— ¡Chicos! ¡Somos los únicos que los podemos ayudar si una de estas balas les impacta! ¡dejen de jugar a ser rebeldes!— Ninguno presto atención.

Hoseok ya se encontraba acompañando a Seokjin formando fuego en sus manos, pronto se le unió Yoongi, ya todos sabíamos la fuerza que aquel chico tenia, y así muchos más, hasta Jimin que en una fracción de tiempo había ido a buscar su arco y flecha.

Cada uno solo pensaba en que esto era injusto, se supone que eran sus padres ¿por que hacer esto contra sus propios hijos?

— Recuerden, no somos basura, ellos pueden morir, solo hiéranlos, no somos unos monstros como para matar.— Hablo Yoongi.

Y así todos colaboraron, esto se había hecho un desastre, fuego y agua trabajaban en conjunto, las flechas de Jimin llegaban justo al blanco, mientras Jungkook trataba de comprimir las energías de la bala que había impactado a Namjoon.

— ¡Retirada!— Dijo un centauro, más bien el líder de ellos, viendo como aquellos jóvenes no eran una mala copia de sus padres.

— ¡Más te vale que Namjoon se recupere, porque yo mismo iré a arrancarle la cabeza a Zeus si es que no vuelve!— Grito Seokijin viendo como la tropa se alejaba.

The son of Eros ♡ || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora