Yunmeng Jiang recibió a su señor con la apariencia de una dama blanca, la nieve cubrió Lotus Pier como una segunda piel, como un manto de lujo inmaculado y este no pudo evitar sonreír ante la vista.
Fue hermoso desde el cielo, y dado que las tormentas de nieve no solían atacar su hogar por lo común pudieron estar seguros sobre sus espadas, él y su comitiva, y cuando bajo hasta que sus pies tocaron el suelo de la entrada a su hogar ancestral, sus propios subordinados inclinaron sus cabezas como saludo.
Había recibido de Jin Ling, la noche antes de que este partiese de Gusu, la confirmación de que entraría en reclusión por tres meses, un hecho casi secreto del que solo tendrían conocimiento él y su mano derecha en el clan Jin... a fin de evitar caos entre los ancianos o los miembros más ambiciosos del clan que podían, muy bien, tratar de aprovechar que su señor debía recuperarse de un enfrentamiento indebido.
Sin embargo, si Jiang Cheng debía ser sincero, no confiaba lo suficiente en Qiang Xuande, que era la actual mano derecha de Jin Ling en el clan y la secta, aquel hombre tenía los mismos ojos dorados de Jin Guangshan y una inteligencia sagaz que había provocado preocupación en el líder Jiang cuando lo miraba.
Los miembros del clan Jin eran conocidos por su ambición y aunque no había encontrado nada malo en Qiang Xuande no se permitiría olvidar que tampoco había encontrado nada realmente malvado en Jin Guangyao antes y eso no había impedido la realidad, así que prefería no emitir opiniones.
Por otro lado, sin duda el consejero Jin tenía sus propias ideas acerca de Jiang Cheng revisando sus decisiones antes de ponerlas en práctica durante esos tres meses.
Pensando aquello, opto por ir ocupándose de los asuntos urgentes de su secta, escribió algunas cartas, envió un grupo de sus discípulos liderados por un maestro del clan para ocuparse de una solicitud de auxilio por parte de una familia prominente para ayudar con una supuesta bestia que rondaba una montaña e hizo realidad todos los tratos y negociaciones hechos durante la conferencia.
Cuando termino aquella semana estaba exhausto, más su trabajo no había terminado.
Estaba contestando algunas últimas cartas, lamentando, sin querer reconocerlo, cómo durante tres meses Jin Ling no le escribiría ninguna, cuando su discípulo principal ingreso con el nuevo correo.
Por encima de todas, había una carta con el sello personal de Lán Xichen, el líder de secta Lán. Fue un poco inesperado, y Jiang Cheng no pudo evitar la curiosidad de que habría en ella.
Por lo que la leyó más pronto que tarde.
Lán Xichen era un hombre amable.
Jiang Cheng lo había pensado cuando la abrió y dio un primer vistazo, logrando una sonrisa en sus labios. Pues, aunque no realmente cercano al líder de secta Lán, definitivamente no como el otro tío de Jin Ling, si lo tenía en alta estima.
De allí que, cuando leyó la carta, la encontró amable y cortes, una invitación a retomar las relaciones cordiales entre ambos líderes y reforzar las relaciones entre sus respectivas sectas, si bien ya eran lo suficientemente buenas, Jiang Cheng no ofendería ni rechazaría la mano de alguien como Lán Xichen, había sido amable en el pasado, cortes y sincero cuando había habido otros líderes de secta más deseosos de aprovechar su antigüedad y poder sobre la temblorosa Yummeng Jiang del principio y posteriormente cuando el carácter irascible de Jiang Wanyín se hizo mayor, Lán Xichen no había cambiado su cortesía al tratarlo, posiblemente por su mayor experiencia social, no obstante, el líder de Yunmeng lo había apreciado y más tarde lo había respetado aún más.
Más tarde cuándo Lán Xichen, tras los sucesos de aquel templo en el que las últimas verdades habían sido desveladas, entro en reclusión, Jiang Wanyín había escrito algunas cartas al líder de secta Lán, no lo había hecho con verdadera confianza más había hecho el intento y el líder de secta Lán había contestado hasta que su relación personal había sido menos firme y cortes y si, más tibia y agradable.
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Dos Amantes
FanfictionSi había algo que decir sobre Jiang Cheng era una verdad sencilla: su corazón era muy pequeño. No siempre había sido así, es verdad, pero era el mimado hijo de un líder de secta, y su corazón al final del día y en aquel momento de su vida solo conte...