Capítulo 24

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Dua Lipa - New Rules

—Llegas tarde.

Miré el reloj y vi que efectivamente pasaban cinco minutos de las nueve, aunque eso no justificaba que ni siquiera me hubiese dado las buenas noches.

—Sube arriba y véndate los ojos.

Si no lo hubiese mirado, probablemente me habría ido del apartamento dando un portazo. Pero lo miré y decidí arriesgarme y confiar en lo que creí ver en sus ojos: desesperación porque me quedase con él.

Subí, me senté en la cama —las piernas no dejaban de temblarme— y me vendé los ojos.

—Fuiste a la boda con Jungkook —dijo Yoongi con voz: contenida.

Debió de subir poco después de mí y sonaba más enfadado de lo que me lo había parecido abajo.

—Y hoy has ido a comer con Jackson.

Noté sus manos alrededor del cuello, que luego descendieron para quitarme la ropa que llevaba en un rápido movimiento.

—Tú sabías las normas —añadió un segundo antes de quitarme los zapatos y lanzarlos al suelo—. Las sabías desde el principio.

Asentí a pesar de que no sabía si me estaba mirando.

—Sabías las normas y me pediste que fuese a la boda.

Me separó las piernas con las manos.

Estaba de rodillas delante de mí. Podía sentir su mirada fija en mi cuerpo y con cada respiración suya me excitaba más y más. Y seguro que él podía notarlo. Verlo.

—Tú no puedes cambiar las normas.

Me cogió las manos y me las colocó encima de sus hombros, una a cada lado.

Yo me aferré a él.

—Pero yo sí.

Inclinó la cabeza hacia mi sexo y sopló ligeramente. Me estremecí y gemí. Él esperó unos segundos y luego volvió a inclinarse y me pasó la lengua por encima de la ropa interior. Volví a gemir y apreté tanto los dedos que le clavé las uñas. Yoongi ni se inmutó; se limitó a apartarse un poco y entonces me dijo lo que quería:

—Esta noche vas a tener que pedirme lo que quieras que te haga. No voy a ponértelo fácil, Jimin. Si quieres algo, si quieres que te bese, que te toque, que te acaricie, tendrás que pedírmelo. Tú sabes lo que necesitas, así que ya va siendo hora de que lo reconozcas. Y que aprendas que yo no tengo sustituto.

¿Sustituto? ¿Yoongi pensaba que Jungkook o Jackson podían sustituirlo? Oh, Dios, estaba celoso y ni siquiera él lo sabía. Y aquél era su modo de expresarlo. Eso, o mi mente ya estaba buscando —otra vez— el modo de justificarlo.

—Dime, Jimin, ¿qué quieres? —me susurró entonces al oído. Se había incorporado un poco y yo, a pesar de que seguía con las manos en sus hombros, no me había dado cuenta—. ¿Quieres que te bese? —Me besó en la mandíbula—. ¿Que te muerda? —Me mordió el lóbulo de la oreja y después el cuello—. ¿Que te toque? —Deslizó una mano por mi muslo derecho hasta llegar a la cintura, luego subió despacio, me recorrió el ombligo y las costillas y se detuvo tras pellizcarme el pezón—. ¿O quieres que me vaya y te deje en paz?

Tragué saliva un par de veces. No podía pensar, todo mi cuerpo estaba al borde del abismo; me temblaban las manos, me sudaba la espalda, no sabía si lo que tenía en el estómago era un nudo o el mayor enredo del mundo. Los labios me hormigueaban a la espera de los besos que él todavía no me había dado.

—Dímelo, Jimin. Esta noche tienes que decidirlo tú. Tienes que asumir que sólo yo puedo darte lo que necesitas.

«Y tú necesitas oírmelo decir», pensé, en medio de la bruma de deseo que me nublaba la mente.

NOVENTA DÍAS - |YOONMIN| #1 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora