NOVENTA DÍAS - |YOONMIN| #1 +18

Capítulo 23

Miley Cyrus - Midnight Sky

El lunes llegó casi sin darme cuenta y me sorprendí a mí mismo siendo capaz de funcionar como si nada. Había ido a la boda de Nayeon sin Yoongi y lo había pasado bien. Sí, me habría gustado que él estuviese allí, pero lo había pasado bien. Y había sobrevivido a mi primer encuentro con Jackson desde que anulamos la boda. No sólo eso, no sólo había sobrevivido, sino que ahora podía afirmar rotundamente que Jackson ya no me importaba y que, aunque eso hablase también mal de mí, probablemente nunca me había importado demasiado.

Evidentemente, Nayeon no estaba porque se había ido de luna de miel, pero después de la boda me sentía mucho más cómodo con el resto de mis compañeros e incluso había algunos con los que intuía que podríamos establecer una relación de amistad.

A primera hora de la mañana, Patricia me pidió que fuese a su despacho y me entregó un par de casos menores de Nayeon para que los siguiera durante la ausencia de ésta. Con aquellas carpetas entre las manos me sentí como si me hubiesen nombrado juez del Tribunal Supremo y me dirigí de vuelta a mi mesa como flotando en una nube.

Llevaba un par de horas trabajando cuando sonó el teléfono.

—¿Sí?

—Jimin, hay un hombre que pregunta por ti —me dijo Suzzie, la recepcionista.

—¿Un hombre? —Yo nunca recibía visitas en el bufete y todavía no tenía clientes propios.

—El señor Jackson Wang.

¿Jackson? ¿El mundo se había vuelto completamente loco?

Miré el reloj y vi que faltaba poco para las doce.

—Dile que en seguida salgo. Gracias, Suzzie.

¿Qué hacía Jacksom allí? Volví a sentir la misma confusión que el sábado, pero pensé que el mejor, el único modo de averiguar qué diablos estaba pasando era hablando con él. Pero no en el bufete, no quería convertir mi lugar de trabajo en un circo, no con lo que me había costado descubrir lo mucho que me gustaba ejercer de abogado en Mercer & Min.

Apagué el ordenador y guardé mis cosas antes de ponerme en pie. Fui al baño un segundo para retocarme y cuando salí de nuevo al pasillo me encontré, evidentemente, con Yoongi.

—Ah, Jimin, te estaba buscando.

—¿Ah, sí? —Enarqué una ceja.

—Sí, Patricia me ha dicho que te ha pasado los casos de Nayeon. ¿Crees que podrías llevar otro?

—Claro —contesté.

Eran muy pocas las ocasiones en que Yoongi me hablaba sólo como mi jefe y me pareció raro.

—Perfecto. Entonces podríamos ir a almorzar y aprovecho para ponerte al día.

¿A almorzar? ¿Con él? ¿Con quien había jurado que nunca saldría conmigo? A no ser que estuviese relacionado con el trabajo, recordé. Y entonces lo miré a los ojos y también recordé que no me había acompañado a la boda y que ahora se estaba comportando como si nada.

—No puedo, ya tengo el almuerzo comprometido.

—¿Con quién? Nayeon está de viaje de novios.

Podría haberle dicho que no era asunto suyo, pero confieso que una parte de mí

se moría de ganas de decirle con quién me iba.

Y se lo dije:

—Con Jackson. Me está esperando en el vestíbulo.