16- Beso helado

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DANIELA CALLE POV'S

Querida misión particularmente aburrida, pero con un entrenamiento que había sido el más fuerte de toda mi vida, estudiábamos todas las circunstancias posible y realmente aunque me gusto verla cada que yo acababa entrenamiento, deseaba haber puesto más temprano mis horarios para no tener que verla.

Desde el acercamiento en la armería supe que las dos estábamos tan confundidas como enamoradas, yo realmente la quería de vuelta, pero no quería forzarla y se lo había dicho, le iba a dar su espacio siempre que lo necesitara, comí con Vale y mi Papá ayer para despedirme, hoy me encontraba en el gran avión con todos los que ya conocía listos para saltar de el.

—¡Cinco nos vamos!— Poché anunció poniéndose de pie y abriendo la escotilla para lanzarnos —¡Tres, dos, ahora!— Grito.

Sebas y yo fuimos lo primeros en saltar, los demás nos siguieron y realmente era estar en un lugar desolado para asegurarnos de que el lugar donde guardaban las semillas de todo el mundo estuviera en perfecto estado, y no solo eso si no irnos a la base militar de Rusia y prevenir un ataque que nos informo sobre un robo de un submarino, me sentía en rápidos y furiosos si.

Terminamos por caer en tierras totalmente blancas y si fuera otra situación me hubiera lanzado hacer un ángel de nieve, recogimos los paracaídas para meterlos en una bolsa, caminamos con Poché al frente con todas las indicaciones, Mario iba lado haciendo chistes sobre el frío y no podía evitar reír, se había convertido en mi mejor amigo desde hace mucho.

Luego de algunas horas caminando y bastante agotados llegamos a lo que era un saliente de metal entre tanto hielo y demás, Sebas lo abrió y fue mi turno de entrar, eran al menos dos metros de profundidad donde se encontraba cada semilla con su nombre y etiqueta, una vez abajo me lanzaron dos mochilas y Mario bajo conmigo, encendimos la linterna hasta encontrar un circuito eléctrico.

—Ya se donde voy a venir si hay una invitación zombie— No pude evitar reír —Vamos mira este lugar, es un poco frío pero ayuda.

—Mario llevamos como cinco chaquetas, solo callate y busca el nombre— Le lance una bolsa de semillas.

Remplazamos la cantidad necesaria y salimos del lugar, había sido semanas de entrenamiento que seguramente nos podíamos ahorrar pero no nos moviéramos tan ligeros por el lugar y estuviéramos muriendo de una hipotermia, nuestro camino continuo caminando por lo que parecía ser todo tan infinito como el desierto, la noche nos agarro y terminamos haciendo un campamento en medio de la nada.

—¿Por qué no vinimos en autos? Al estilo rápido y furioso— Mario dijo mirándome y sonreí teníamos todo el día hablando de eso.

—El hielo por suerte y soporta nuestro peso gracias al calentamiento global, un auto y te hundes como las bolas que sacaste del agua— Poché contesto de mala manera.

—Alguien esta brava— Mario susurro a mi oído y reí.

—Sabes que voy a dormir, con tu imaginación así y todo el camino que nos queda no quiero imaginar mañana— Me queje metiéndome por completo al saco de domir.

Ellos hablaron un rato más hasta que apagaron la linterna que tanto nos daba color como iluminaba la zona, apenas salió el sol recogimos todos y avanzamos de nuevo, estábamos bastante lejos del lugar y debíamos avanzar si queríamos llegar hoy.

Por suerte llegamos a tiempo todos hablábamos Ruso así que no fue un problema para nada entender a los locales, explicaron su estrategia y donde estaban sus hombres, luego de un alegre bienvenida con chocolate caliente todo comenzó.

Las ordenes de Poché eran más ruda de lo normal, sabíamos que no habíamos tenido los mejores días, pero su humor era como un volcán y explotaba cuando hablaba, termino mandando a Mario lejos de mi, y me quede con Kim cuidando cerca del submarino.

NI TU, NI YO, EL DESTINO (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora