capitulo 13

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llegamos a su casa en la playa y el decide darme un recorrido

había una puerta en su casa distinta a las otras era negra y su cerrojo era distinto, Damián sonríe al ver mis gestos de confundida y se acerca hacia mi oído mordiendo el lóbulo

— este es mi cuarto de juegos — susurro

trago saliva y siento una sensación de atrevimiento, deseo, el BDSM era un mundo desconocido para mi, me encantaba ese misterio, dominantes con sus sumisos y sumisas siendo azotados, castigados de formas distintas

— podemos entrar — dije con la cabeza gacha

— curiosidad?

— mucha — susurro, su sonrisa maliciosa me hace estremecer

— cuidado con la curiosidad — sonrio maliciosamente

Damián abre la puerta con una de sus llaves, la llave tenía una tira roja tenía forma del látigo de tiras

enciende las luces con una tableta y mis ojos se abren como platos, la habitación era roja y negra,muchos látigos, tiene más látigos que su armario gigante en su habitación, mascaras de formas diferentes, otras con orejeras como conejo, pelucas como anime, trajes de enfermeras, conejillas, sirvientas, trajes de personajes eroticos de cualquier serie de anime, se nota que le gustan estas cosas, vestidos de latex, otros semi desnudos, rojos, negros, azules, rosados, etc

al lado tenía muchos juguetes sexuales, tenía toda la tienda erotica en su habitación, barras, muñequeras, tobilleras como para usarlas en diez personas, aceites, velas eran muchas, tenía unas pequeñas bolitas con una cadena en una almuadilla roja y chiquita, pinzas vaginales y para pezones, mordazas, cuerdas rojas y negras, bridas, cintas adhesivas, en la habitación hay una cama de matrimonio con sabanas rojas y cogines negros la cama tenía los mismos aritos, una X gigantesca color rojo

su habitación es enorme, me quedo mirando con la boca abierta y Damián ríe

— no haz dicho ni una palabra — dijo Damián

— no se que decir.. señor

— todo esto lo usaré contigo

lo miro a los ojos y mi mente queda en blanco al ver todo esto siento como mi sexo se humedece, desea tenerlo a él dentro

— quiero que seas rudo conmigo

— ahora?

— lo deseo señor

— de acuerdo

Damián se dirije hacia una mesa y escoge unas pinzas para pezones

—a tu posición — ordenó

Me siento en el suelo dejando las palmas de las manos arriba, Damián se acerca a mi de cuclillas, masajea mis pezones y me coloca una mordaza

pone una de sus pinzas en mis pezones y me hace gritar

— silencio

obedesco, trato de guardar silencio

— si tu te mueves y no haces mis ordenes, el dolor en tus pezones aumenta, igual lo será en tu vagina

lo miro mi dentro de mi lo desea a gritos

mete una de sus manos entre mis muslos y masajea mi clitoris lentamente en círculos

<Amo esos dedos expertos>

— estas mojada me gusta

se levanta y se dirige hacia las cuerdas

Me enamore de un sádico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora