Capitulo 32

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Fiesta de mascaras

Alejandro

Pidio un martiny al mesero que pasa con dos copas de champán en una bandeja de plata. Mantengo mi postura recta y la mirada levantada. Noto cómo una mujer de vestido color rojo oscuro cruza la pista de baile, no la reconozco por su antifaz dorado que le va perfectamente a su vestido. Trae un moño atado en su cabello que le deja la espalda desnuda.

La mujer es tomada del brazo de su acompañante lo reconozco : Damian Smith, entonces esa chica es Samantha y el otro brazo de Damian a sido ocupado por otra bella mujer de cabello dorado y piel canela

- Damian un gusto en verte por aquí

- igualmente

- y quienes son estas damas?

- Samantha y Katherine

- es nueva?

- no.. Tu ya la conoces - sonríe

No encuentro la forma de disimular mi asombro.. La duda es porque ella está aquí en esta fiesta

- tenemos que irnos - añadió

Asiento y se van

Pasa un rato y francisca se acerca a saludarme

- y tu sumisa?

- lulú no está aquí, ni estará siempre - bebo un trago de coñac

- lo entiendo, no era intención..

Levanto mi mano para que deje de disculparse

- no hay de que disculparse

Francisca se va y quedo nuevamente solo, las parejas bailan al ritmo del tango, alcanzó a ver a mi amada Samantha charlando con otras chicas. Me acerco hacia a ella para ofrecerle esta pieza

- sam

- señor alejandro -sonríe

- es un gusto tenerla aquí

- igualmente

Ponen una nueva pieza de tango más sensual y suave

- me permite esta pieza - le estiró mi mano

- no puedo.. Damian..

- descuida, se lo explicaré yo

Asiente y toma mi mano. Entre lazamos nuestros dedos, cuerpo a cuerpo, sus ojos esmeraldas se fijan en los míos, mi mano viaja hasta su cintura para acercarla más y que esto empieze a arder

Bailando al ritmo del tango, sus manos traviesas tocan mis hombros, sube una de sus piernas al nivel de mi cintura, le tomó el mentón y su respiración está muy cerca de la mia. Noto cómo esto me está quemando la piel, me estorba ese vestido que deseo arrancarselo, romperlo y que baile el tango solo en mi habitación

- no baila nada mal señor Alejandro - susurro

-lo mismo digo Herrera

Su perfume chanel inunda mi nariz con solo tenerla cerca, mis deseos me matan poco a poco hasta volverme exclavo de su belleza

Samantha

Mientras tanto en la pista de baile, la luz nos enfoca, a Alejandro y a mi, este hombre es elegante muy limpio tiene algo en sus ojos negros que da la perdición y un camino hacia el pecado. Si no me tuviera en su agarre firme y fuerte, con solo la mirada me derrito

Su nariz se entierra en mi piel, su respiración hace que mi piel se erize, siento como me humedezco poco a poco

- hueles bien

Me enamore de un sádico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora