Una corta noche.

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Con aquel beso una sensación de calor se extendió por todo mi cuepo, sus besos contenian pasión y necesidad mientras acariciaba cada parte de mi cuerpo con sus fuertes manos, yo correspondía cada beso con más pasión de la que creía tener. Su mano empezó a acariciarme el pecho, me levantó la camiseta y me desabrochó el sujetador facilmente. Dejo de besarme para poder mirarme a los ojos, me estaba pidiendo permiso, yo no me negué, era imposible negar que no le deseaba, todo mi cuerpo le llamaba y se humedecia ante su suave y apasionado tacto. Me sonrió mostrando aquellos afilados dientes y empezó a besarme el cuello para luego ir bajando hacia mi pecho, yo solo era capaz de gemir y de sentir como cada uno de sus besos se grababan en mi como fuego. Él siguió jugando conmigo mordiendo mis pezones que ya estaban duros ante su contacto, haciendo que le deseara más, una vez que hubo saboreado cada uno de mis pezones a fondo, mordiendolos y lamiéndolos siguió con su marca de fuergos, fue bajando lentamente asta mi estomago y se paró antes de quitarme los pantalones.

Se incorporó quitándose la camiseta y mostrándome su abdominales y sus músculos candenadamente definidos, tiró la camiseta lejos y desabrochó mis pantalones mientras me besaba el ombligo. Me los quitó tan lentamente que me exasperaba, el se reía, estaba disfrutando el jugar conmigo. Ya no lo aguantaba más, le agarré y le tumbé en la cama poniendome encima suya. Al principio se sorprendió pero noté como se puso más caliente, su miembro palpitaba debajo mia. Le besé el cuello mientras me restregaba lentamente contra su miembro, mojando completamente mi ropa interior, el me agarraba las caderas y me hacia moverme más rapido y pegándome más a su miembro haciendome gemir. Estaba a punto de llegar al Climax, pero me contuve y le quité la ropa y los boxers negros que había elegido para él. Mace me agarró por la cintura y metió su miembro rapidamente en su interior. Solté un gemido al notarlo dentro de mi, golpeando mi fondo y él dejó escapar un gruñido. Por un momento nos quedamos quietos, pero empecé a moverme y a saltar encima de él dejándome llevar por la lujuría, notaba cada embestida y sus manos iban de mis caderas a mi pecho, jamás me había sentido así. No era capaz de pensar, lo único que hacia era botar y gemir mientras a él le escuchaba gruñir y agarrarme más fuerte.Llegamos al climax a la vez, gimiendo más fuerte que antes. Me dejé caer sobre la cama a su lado, el me besó en la frente y se puso encime mia.

-Esto no ha terminado Di, pienso devorarte esta noche.-Empezó a mordisquearme el cuello y notaba sus colmillos en mi piel-Serás mia en todo los sentidos Di- aquellas palabras me volvieron a excitar y antes de que pudiese raccionar me volvió a penetrar.

me mordía los labios mientras me embestía, la cama se quejaba bajo nuestros cuerpo envueltos en sudor y deseo, mis brazos agarraron su cuello y le atraje mientras mi lengua jugaba con la suya. Mis caderas se movían a la par de sus embestidas y eso le hacía gruñir más.

-Sigue así, es increible follarte, estás tan apretada- aquella palabras me hicieron llegar antes, me contorsioné bajo su cuerpo mientras arañaba su expalda y él explotaba dentro mia llenándome de nuevo con sus fluidos calientes.

Me beso en la boca y todo se volvió negro.

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Se había desmayado, me aparté de ella y la cobrí con la sabana. Era normal, había utilizado una gran cantidad de poder para poder liberarme del hechizo y después esto.

Fui al cuarto de baño y me miré al espejo, por primera vez en siglos me vi a mi. Mis ojos delataban que era un mago, pero por suerte eran solo los ojos, otros magos parecían practicamente animales. Me duché y volví a su lado. La abracé fuertemente contra mi pecho, por fín podía tenerla ahí, por fín era yo el que la sostenía y el que la besaba. Su perfume me embriagaba y poco a poco me fuí quedando dormido.

Los dolores de la transformación me despertarón y no pude evitar soltar una lágrima, tenía miedo de  no volver a este estado de nuevo. Ella se despertó y se giró mirándome a los ojos.

-Buenos días Mace- dijo aún medio dormida.

-Buenos días- por como cambiaba su cara y como abría los ojos supe que se acordaba de lo que pasó anoche. Levantó la sabana y se vió desnuda.

-¿te arrepientes?- no pude evitar preguntarle al ver su cara de preocupación.

-No, claro que no Mace, lo disfruté muchisimo...-Me miró a los ojos y supe lo que quería decir.

-Di, no te preocupes, solo fue sexo, sé que aún no estás enamorada de mi.- su mirada y sus hombros se relajaron y me abrazó.-Pero si quieres compensarme por ello, esta noche prdremos repetir-Ella se rió y se levantó para ponerse un camisón-No me has dicho que no- Se giró, me guiñó un ojo y bajó a desayunar.

-Anoche me desmayé ¿no?

-es normal- le dije mientras ella preparaba dos tazas de té- Usaste demasiado poder para ser solo una principiante en esto.

Se sentó en la silla de enfrente y me miro a los ojos

-Después de desmayarme ¿seguiste..?

-¡Por supuesto que no Di!-ella se rió y bebió un poco.

-Solo era curiosidad.-Su teléfono empezó a sonar-Dime Carolyne. ¿qué? no puedo oirte ¿Carolyne?-Se quedo en silencio mirando el movil.-me ha colgado.

-¿qué quieres hacer esta tarde?

-Había pensado regar las plantas plantas que quedan vivas y organizar tu armario.

-¿mi armario?

-Claro, ahora tienes bastante ropa.

La tarde pasó bastante rápida, ella me enseñaba bien toda la ropa que me habá comprado y la guardaba en cajones o colgados en perchas al lado de su ropa.

-Así parece que vivimos justos- le dije.Ella se giró y me miró incredula.

-Lo hacemos Mace.-Mi corazón gatuno se aceleró ante su afirmación.

-Pero el verano no dura eternamente Di, ¿qué pasará cuando te vayas de aqui?

-Deja de hacer preguntas tontas Mace- dijo suspirando- el verano terminará y yo me iré- hizo una leve pausa para cogerme en brazo y besarme en la cabeza- y tú vendrás conmigo.

Casi se me escapa un "te quiero" pero debía contenerme, no quería que se sintiera incomoda. Terminó y ambos vimos como el sol se ocultaba.

-Te espero abajo, ya sabes donde está tu ropa.

Ella bajó y yo empezé a notar aquel horrible dolor, lo soporté como pude y me vestí corriendo, bajé las escaleras y ella me esperaba en el recibidor con una sonrisa, rapidamente llegué hasta ella y la levanté cogiéndola en brazos. Ella me miraba a los ojos y estaba a punto de decirme algo cuando la puerta se abrió de par en par.

-Diablos Di, dije que vendría sobre las 10 y no has ido ni a buscarme- era una chica menudo, bajita y con el pelo castaño que se quedó congelada mirandonos. Sus mofletes se sonrojaron mientras me miraba y después miró a Di que estaba en mis brazos rodeando mi cintura con sus piernas- Oh- fue lo único que dijo.

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he tardado mucho en subirlo, pero he estado muy ocupada. Muchas gracias por leer

the curse of the catDonde viven las historias. Descúbrelo ahora