la rana y la princesa

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Cuando entramos en casa de Mag ella nos esperaba sentada en la mesa y con dos tazas de te preparadas en la mesa. Dejé a Mace en la silla que estaba llena de cojines y yo me senté en la otra.

-¿qué os trae por aquí queridos?

-Vamos Mag-dijo Mace antes de que yo pudiese decir nada- Sabes perfectamente porque estamos aquí.

-tienes razón- me miró directamente a mi- veo que encontraste la guarida de tu abuela.

-sí..

-yo la conocía sabes, ella era una gran amiga mia, si no hubiese sido por ella yo jamás habría sido capaz de estar junto a mi difunto marido y haber cuidado a mis hijos-dijo con los ojos llenos de nostalgía.

-Yo..

-ya sé. ya sé-dijo ella- no sabes como puedes ayudar a Mace.

-No puedo enamorarme de un gato, no te ofendas Mace.- este suspiro.

-Claro que no querida- me respondió ella entre risas. Mace bajo la cabeza con tristeza y yo no pude evitar acariciarle.- Has escuchado alguna vez la historia de la princesa y la rana.

-sí, mi abuela me la contaba algunas veces-Mag sonrio- La princesa tenía una pelota de oro y jugaba con ella cerca de un pozo, un día la pelota se le cayó al pozo y ella empezó a llorar ya que era su pelota favorita, y su padre la regañaría. Pero una rana que vivía en aquel pozo saltó a su lado y le dijo "te devolveré la pelota si tu prometes darme un beso" La princesa accedió pero una vez que tuvo la pelota salió corriendo al palacio y no le dio el beso a la rana. No recuerdo mucho la verdad, sé que al final la princesa besaba a la rana y esta se convertía en principe.

-Exacto-dijo Mag- y ahí está la clave, tienes que besar a Mace.

-¿qué? ¿besarle?

-Sí querida.-Mace estaba tan feliz que no podía dejar de moverse, saltó a la mesa y vino corriendo hacía mi, antes de que pudiera raccionar juntó su humedo hocico con mis labios. Pero nada paso. Mag no podía dejar de reir.

-No tan rápido Mace, no es tan facil ni tan rápido.

-Demonios-dijo el enfadado mientras se sentaba sobre mis piernas. Yo le acariciaba la cabeza mientras oia a Mag hablar.

-Tienes que ser en una noche de luna llena, que es el tiempo propicio para las transformaciones, por eso la leyenda de los hombres lobos. Di tiene que ser la que te bese y no al reves-dijo mirando a Mace- Ahora escúchame bien querida, debes pronunciar unas palabras para romper el encantamiento.

-¿qué palabras?

-Tu abuela te dejó algo ¿cierto?- saqué el colgante de mi bolsillo- bien, hoy en cuanto el sol se oculte debes ponertelo y decir exactamente lo que venga a tu cabeza y despues besar a ese gato.

-Genial- dijo Mace.

-Nada de genial querido-dijo Mag- esto solo te servirá para volver a tu forma durante la noche, por la mañana volverás a ser un gato.

-Pero..

-Nada de peros, en ese tiempo ella tiene que enamorarse de ti.

-¿y si no lo hago?- pregunte preocupada.

-si te enamoras de otra persona Mace volverá a ser un gato, pero en todos los sentidos, perderá todo recuerdo de lo que fue algún día.- Mag miró como Mace ponía una cara muy seria- ahora iros, pronto anochecerá.

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Di me llevaba a casa en brazos, iba demasiado callada.

-Di..-ella pareció volver a la realidad.

-Dime

-sigues queriendo ayudarme ¿no?

-Claro que sí-dijo ella.

-¿por qué?

-¿qué?

-¿por qué quieres ayudarme? No me conoces de nada y derrpente todo el mundo te dice que debes ayudarme y tú lo haces ¿pero por qué quieres hacerlo realmente-Ella se paró.

-No lo sé Mace, de alguna manera siento que debo hacerlo.

-¿y si no te enamoras de mi?- le dije directamente- ¿y si no te gusto cuando me ves o quizás hago algo que te enfurece? No quiero ser un gato Di, no lo quiero. Pero no quiero obligarte a enamorarte de mi.

-Creo que el sentimiento debe ser recíproco, tú también debes poner de tu parte. Verás Mace, no puedo asegurarte que me enamore de ti nada más verte, pero algo me impide no ayudarte.

Cerro la conversación dándome un beso en la cabeza, para mi era fácil, yo ya estaba irremediablemente enamorado de ella, de cada gesto y cada caricia, cada mirada y cada beso, cada abrazo. La deseaba a todas horas, deseaba sus labios y su cuerpo, pero también su corazón. Tenía miedo de obligarle a hacer algo que ella no quería.

Tenía miedo de perderla, de perder aquello que amo.

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y hasta aquí otro capítulo jijiji, espero que os gueste y muchas gracias por leer y por los comentarios ( os recomiendo que os paseis por el perfil de ArabelleLuna Sus historias son las mejores!)

También estoy escribiendo: El cazador

the curse of the catDonde viven las historias. Descúbrelo ahora