Carta Número. 3

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Noviembre/20/2017

Los humanos somos demasiado susceptibles, podemos hacer cualquier cosa con tal de que nos den lo que necesitamos y anhelamos.

He aquí mi pregunta: ¿Qué es lo que yo necesito? ¿Qué es lo que yo anhelo?.

Constantemente somos débiles ante el deseo. El deseo de que llenen nuestros vacíos, el deseo de que a alguien le podamos importar e inclusive el deseo carnal.

Ese maldito deseo.

A lo largo de mi vida mientras yo me hundía en la depresión desee muchas veces una sola cosa:

Ser salvado.

Salvarme de mi mismo suena algo ridículo, pero la mayoría del tiempo eso es lo que más anhelo.

Que alguien llegue y llene este vacío en mi interior.
Que me haga olvidar todo lo que viví y que por una vez en mi vida las palabras "Todo va a estar bien", se vuelvan realidad.

El hecho de pensar que puedo ser parte de ese tipo de personas; que se doblegan tan fácilmente. Me hacen sentir un poco de repugnancia hacia mi mismo, más de la que ya siento.
Me cuesta trabajo y me aterra asimilar el hecho de que deseo tantas cosas que simplemente si una persona que cumpliera todos mis estándares y me ofreciera lo que deseo, yo sin rechistar estaría lamiendole los pies a los pocos segundos.

Y lo sé, es jodidamente patético, porque nunca tenemos que depender emocionalmente de alguien, aunque la mayoría del tiempo esto sucede cuando encontramos a la persona "ideal".

Por eso y por muchas cosas más he aprendido a vivir con mi propio vacío, porque al final del día me convenzo a mi mismo de que ya no tengo salvación y que nadie aparecerá mágicamente para salvarme. Desde hace tiempo que sé eso.

Pero aún así, solo necesito a alguien que me liberé de mis tormentos, porque ciertamente me estoy cansando de esperar a ese alguien...

Así que donde quiera que estés, por favor date prisa, porque me estoy rindiendo y te juro que no lo quiero hacer.

-Adrien

Cuando La Vida Deje De Doler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora