VALERY
Cierro los ojos, pero al cabo de unos segundos ya estoy observando el techo y pensando nuevamente en lo que sería de mi vida si Chris decide no casarse.
Más allá de que no quisiera tener que vérmelas con la furia de su padre o con el escándalo que sería para la prensa si algo así no sucediera luego de que el compromiso haya sido anunciado con bombos y platillos además de haber sido bien recibido por la prensa de todo el mundo para incrementar la imagen de Chris, soy consciente de que del mismo modo puede ser una dura caída libre que nos deje a ambos enterrados si se da marcha atrás con algo así.
Pero eso puede ser lo que preocupe a Thruman, a John, a Tiffany inclusive y a todo el partido demócrata. Perder las elecciones ante un candidato republicano sería bochornoso y una vil amenaza al mantenimiento del poder que cada vez se inclina más en una sospechosa sombra que nos asecha.
Mi preocupación verdadera está en el hombre que duerme a mi lado en pantalones cortos y a quien no puedo tocar.
Aunque quisiera con todas mis fuerzas poder hacerlo.
Me doy la vuelta de costado y observo su cuerpo bañado por la luz tanto de la luna como de las estrellas que ilumina la habitación por el amplio ventanal.
Y ver los moratones en sus hombros, en sus brazos, los rasguños, algunas marcas en sus mejillas que el maquillaje cubre para la prensa o su pierna vendada me hace pensar en lo pésima que puedo ser en cuanto pareja.
No le he cuidado.
No lo suficiente.
Caray, yo nunca fui una persona que creyera en el amor hasta que él juró ser la persona que me protegería.
Y lo hizo.
Cuando quien corría verdadero peligro era él.
—N...no.
La palabra monosílaba sale de su boca en un balbuceo.
Duerme con el entrecejo fruncido, no es algo atípico en él, pero parece ser que ahora mismo está siendo presa de una pesadilla.
Sus manos se clavan en su propio pecho.
—No...por...favor.
—Chris—murmuro, osando tocar su mano para apartar las uñas de los pectorales. Sería terrible que siga haciéndose daño—. Chris, despierta.
Él se sacude.
Su frente comienza a sudar.
—¡Chris!
Entonces abre violentamente los ojos y sus manos se aferran de golpe a mi cuello, presionándome.
Él se detiene.
Y queda gélido.
—Chris...—murmuro.
—¿Valery?
CHRIS
Los ojos de Valery observándome con el corazón partido en mil me someten a duros cuchillazos de culpa que se clavan en mi pecho al ver mis propias manos intentando ahorcarla.
El campo de batalla está acá. Muy dentro de mí.
Y yo soy el enemigo.
—¿Valery...?
_________________
#MALOS
_________________
ESTÁS LEYENDO
Esposa del Presidente (FRAGMENTO)
RomanceÉl dicta las reglas. Ella no puede resistirse... ¿Serías la esposa del Presidente? ~Narración explicita. Actualizaciones diarias. +18~