Capítulo 8

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VALERY

Me subo encima de la cintura de Chris sintiendo su sexo presionando el mío. Afirmo mis manos completas en sus deliciosos y anchos pectorales contemplando con voracidad su boca, sus labios rosados llenos entreabiertos, los escasos vellos rubios que adornan su piel.

Es sólo cuestión de acomodar su pene en mi entrepierna y empujar hacia abajo, dejando escapar un largo gemido de placer mientras se introduce dentro de mí.

—Carajo, Val, qué vista más exquisita tengo desde acá—su voz ronca es maravillosa.

—Ni te imaginas la que tengo yo—declaro contemplándolo.

Y me inclino hacia él para besar su boca mientras mis dedos juegan con su barba mientras su cintura al igual que la mía se funden en un mismo movimiento intenso, caluroso, que me pone a gemir de placer mientras me dejo apresar por sus dientes que mordisquean mi labio.

—Cielos—farfullo hundiendo mi nariz en su hombro en cuanto acelera la velocidad de sus embestidas, sintiendo la manera en que entra y sale de mi cuerpo.

Me aferro a su espalda firme mientras se presiona contra el colchón y suelto unos gimoteos al borde del dolor producto de su miembro viril enorme que entra demasiado profundo en mí. No me ha resultado sencillo a lo largo de este tiempo el hecho de acostumbrarme a su tamaño asombroso.

—¡Ay!—no consigo soltar un gritito en cuanto la siento de golpe dentro.

Sus manos se aferran a mis glúteos mientras me coge con rudeza y amor, ese punto intermedio que ambos nos gusta.

—¿Estás bien?

Me vuelvo a sus ojos y debo relamerme los labios antes de decirle:

—Muy bien.

Para que vuelva a cogerme con fuerza, pero no por mucho...

Fuera de la habitación se escucha un ruido de cristales romperse. Ambos nos detenemos de inmediato y nos volvemos instintivamente a la puerta.

—¿Qué fue eso?—pregunto—. ¿Tus padres no estaban en Indiana?

—Están en Indiana.

Debo sacarme su verga y apartarme, recostándome al otro lado. Él se vuelve al teléfono de la casa y marca el número de la guardia.

—¿Qué sucede?

Mi voz es de extrañeza al ver que cuelga sin haber hablado.

—No hay línea—me contesta.

—Eso es...extraño.

—Sí.

A continuación busca su móvil.

Me mira.

—¿Tienes señal?

Busco el mío sobre la mesa de noche.

No hay red de Internet y marca "Solo emergencia" como si le hubiese sacado el chip. Intento marcar al 911, pero no da tono.

—Chris—me vuelvo a él con el corazón en un puño—. Chris, ¿qué sucede?

Su boca marca una línea recta.

—No lo sé, pero debo averiguarlo.

Se pone de pie y se coloca los calzoncillos nuevamente.

—¿Qué? No puedes ir. Quizás haya sido Thruman o alguna persona de seguridad.

Él niega con la cabeza y busca su revólver de mano del bolsillo de su saco.

—Lo dudo—responde—. Thruman se fue a Indiana con mis padres hasta el punto que sé, no podía faltar el Jefe de Gabinete en la inauguración que se hizo hoy. Regresarán por la mañana.

—No, por favor—. Lo intento detener sosteniéndole de una mano.

Él se vuelve y me mira.

Se agacha y deposita un tierno beso en mi frente.

—Regresaré, cielo. No tengas miedo, estoy preparado para esto.

—Lo que sea que haya sucedido, puede esperar hasta la mañana.

—Por mientras, no esperaré a que abran esa puerta y nos hagan daño. O que te...hagan daño. No me lo perdonaría jamás. Juré protegerte con mi vida y así será.

Se suelta de mi y avanza.

Pero tengo una horrible corazonada.

—¡Chris, por favor!

—He estado en situaciones riesgosas de verdad. Estoy listo para esto.

Lo último que veo es la sonrisa que imposta delante de mí para intentar transmitirme tranquilidad,

—Cierra con llave y traba la puerta con algo pesado. Y aléjate del ventanal, revisa que esté bien cerrado.

—Chris...

—Te amo, Valery. No te preocupes por mí, estoy preparado para lo que sea.

Entonces salió.

Y cerré la puerta al igual que las ventanas con seguro.

Me quedé esperando.

Y esperando.

Y esperando.

Pero Chris...no volvió a subir a la habitación.



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#EsposaDelPresidente

Esposa del Presidente (FRAGMENTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora