27. Fiesta

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Fictober 2020

27. Fiesta

No sé qué estoy haciendo aquí, este definitivamente no es un ambiente al que esté acostumbrada, por el contrario estoy muy incómoda. Debí rechazar la invitación de Tomoyo en cuanto pude, aunque... ¡eso fue lo que hice! Y en más de una ocasión. Entonces ¿Cómo fue que llegué aquí? Ah cierto, todo comenzó hace una semana, en la mañana de Navidad

Otra fría mañana de veinticinco de diciembre en la que amanezco sola, melancólica y sin ánimos de hacer nada en particular. Veo en la mesa las sobras de los fideos instantáneos que cené anoche, debería recogerlas y limpiar un poco la cocina, pero ni siquiera tengo ganas de hacer eso. Veo el calendario con pesar, todavía faltan muchos días para que termine diciembre y unos cuantos más para que me reincorpore a mi trabajo, ¿Por qué a la empresa se le ocurre asignar las vacaciones colectivas justo en estas fechas?, ¿no podían hacerlo en julio o agosto? Así podría aprovechar de irme unos días a Okinawa, desconectarme del mundo y disfrutar el sol mientras me tomo un coctel de frutas.

Pero no, estoy aquí en Tokio donde tengo que soportar una temperatura de 4°C y tratar de distraerme con algo que no sea ver la televisión, cuya programación no varía de aburridos documentales o cursis películas navideñas. ¿Es mucho pedir algo más entretenido y de calidad?

Decidí que lo mejor sería no retrasar más la limpieza de la cocina, por lo que me dirigía allí cuando mi celular comenzó a timbrar. Vi el nombre en pantalla, Tomoyo, mi gran amiga. No me pareció raro que llamara, lo hace todos los años para desearme una feliz navidad, já, como si ésta pudiera tener algo de feliz.

—Hola, Tomoyo.

—¡Sakura! Feliz navidad amiga, ¿Cómo has estado? —me preguntó con su usual buen humor.

—Más o menos, aunque seguro tú has estado mejor, ¿Cómo está Eriol? —pregunté cortésmente por su esposo, el perfecto caballero inglés.

—Él está muy bien y muy emocionado por ser este año el anfitrión de la fiesta de año nuevo de su círculo de socios.

—Ah sí... la fiesta —dije sin ánimos.

Había olvidado por completo la dichosa fiesta que sería celebrada en su gran casa a las afueras de la ciudad, todavía tenía la invitación sin abrir en la mesita de la sala de estar. Ha estado reposando ahí sin llamar mi atención por casi dos semanas.

—Entonces, ¿vendrás a la fiesta de año nuevo? Dime que si, por favor —me pidió vehemente mi mejor amiga.

—No Tomoyo, ya sabes que no me gusta celebrar estas fechas. Iba a llamarte para decirte que no podría ir, pero lo olvidé por completo.

—Pero Sakura, me habías prometido que tratarías de que este año fuese diferente a los últimos, y como no quisiste pasar navidad con nosotros, esta fiesta es una gran oportunidad para eso.

—Y lo estoy intentando —mentí—. Doy pasos pequeños, una gran celebración no me parece la mejor opción —eso último, en parte era verdad.

—Si eso es cierto, dime ¿Qué hiciste anoche?

—Eh... me reuní con unos amigos

—¿Qué amigos? —me preguntó con tono suspicaz.

—Eh... unos de la oficina... ¿Recuerdas a Keiko? Fuimos a comer y luego fuimos a su casa a tomar algo —Dios, me va a crecer la nariz.

—¿Keiko? ¿Esa no es la chica que renunció para irse a trabajar a Canadá hace como dos meses?

FICTOBER 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora