29.Juguetes

311 43 26
                                    

Fictober 2020

29. Juguetes

—Fue una ceremonia muy emotiva, ¿no creen? —preguntó Tomoyo, sentándose al lado de Eriol.
—Fue muy hermosa —secundé, dejando la botella de cerveza en la barra—. Los ojos de Chiharu expresaban todo lo que no podía decir frente al juez.
—Lo que más me impactó fue ver a Yamazaki abstenerse de decir algún comentario curioso en toda la celebración —opinó Eriol y los cuatro no hicimos nada por evitar la sonora carcajada.
—Estoy seguro que Chiharu le puso mil y un advertencias —comentó Syaoran cuando dejamos de reír.
—¿Será que lo amenazó con dormir separados en la luna de miel? —reímos de nuevo por las ocurrencias de Eriol.
—¿Tu crees? —preguntó Tomoyo—. Ahora que recuerdo, Yamazaki se la pasó detrás de Chiharu toda la noche.
—En estos momentos debe de estar arrancando el vestido con los dientes —bromeó Eriol con mirada sugerente.
—¡Oh, no! —chilló Tomoyo—. Ese maravilloso vestido no puede ser destruido. ¿Sabes cuánto me esforcé para que se viera como Chiharu lo imaginaba?
—Claro que lo sé —dijo Eriol, poniendo suavemente su mano sobre la pierna desnuda de Tomoyo—. Tuve que sacarte del estudio en brazos y a la fuerza.
—A partir de esta noche seré toda tuya —respondió ella, guiñandole un ojo.
—Bien, nosotros dos salimos sobrando —Syaoran tomó mi mano para ayudarme a ponerme de pie.
—No se vayan —pidió mi amiga regañando a Eriol con la mirada y apartó su mano a la vez—. El servicio a la habitación no debe tardar.
—Por favor —insistió Eriol—. No es que tengan que regresar a Tomoeda, para eso rentamos habitaciones. Además, nadie nos espera.
—Tienes razón —respondí sentándome de nuevo—. Pero intuimos que querrían salir de la sequía.

Tomoyo se sonrojó, para todos era más que obvio que iban a aprovechar la noche para dar rienda suelta y saciar sus primitivas necesidades. Pero Eriol no se cohibió, su sonrisa ladina aventuraba una puya para Syaoran y para mí.

—Oh, claro que lo haremos, ¿por qué crees que pedí habitaciones con un piso de distancia? —respondió y no pude evitar sonrojarme. Eso me pasaba por tratar de jugarle en contra a un experto—. Pero eso será más tarde, queremos conversar un rato más.

Disimulé tomando mi botella para beber un gran trago que me supo amargo, muy amargo. Eriol era un chico libertino que había encontrado en Tomoyo la razón para redimirse, el amor. De eso ya, cinco años.

Lo habíamos conocido en una fiesta de la universidad, Tomoyo había insistido en que los tres: Syaoran, ella y yo, necesitábamos distracción antes de los exámenes de fin de semestre. Esa noche había sido desastrosa, la fiesta terminó en riña porque un tipo dejó caer sobre el carísimo vestido de mi prima un barril lleno de cerveza. Syaoran no la pensó dos veces y quiso obligarlo a que pagara por los daños, pero él, en respuesta, se abalanzó sobre Syaoran que supo esquivarlo y de la nada, apareció Eriol que pudo derribarlo y forzarlo nuevamente a resarcir la pérdida.

Desde ese heroico suceso, los dos iniciaron una amistad que un año después se convirtió en un apasionado romance. Y decía apasionado porque en más de una ocasión los sorprendí en pleno acto dentro del apartamento que amablemente tía Sonomi nos había rentado para evitar los viajes diarios de Tomoeda a Tokio.

—¡Chiharu me envió un mensaje! —chilló Tomoyo.
—¿A esta hora? —preguntó Eriol levantándose para recibir lo que habíamos pedido.

Tomoyo corrió a la pequeña nevera mientras se ponía el celular en la oreja. ¿Iba a llamar a Chiharu en esos momentos?

—¿Estás bien, pequeña? —preguntó Syaoran tomando mi mano—. Te noto distraída.
—Estoy bien —respondí, regalandole una sonrisa—. Me entretiene escuchar a Eriol y a Tomoyo.
—Cuando tengas deseos de irte, no dudes en decírmelo —insistió acariciando mis nudillos.
—Tranquilo. Mientras estés conmigo todo está bien —dije, apoyando mi cabeza sobre su hombro—. Te amo, Syaoran.
—Yo también te amo. —Sentí su respiración sobre mi cabeza y después un beso.
—Además, quiero saber lo que Chiharu le escribió a Tomoyo —me aparté un poco para verla a los ojos—. ¿Crees que todo está bien si ella le mandó mensaje?

FICTOBER 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora