4. Capítulo.

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4. La coincidencia.

Esa noche había soñado con ojos color miel y cabello castaño. Nunca me había pasado antes. Era.. Extraño. 

Me desperté ese día con muy buenos ánimos, ¿Quien esta tan feliz un lunes en la madrugada?, ¿Lo ven?, estoy pensando seriamente en ir a un Psicólogo, la sonrisa de este chico me tiene loca.

Me alisté rapidísimo, cosa que no hacia nunca, normalmente sonaba la alarma, daba mil vueltas por la cama, y por pura casualidad me levantaba media hora después, para durar aún más tiempo en la bañera y quedarme dormida bajo el agua. En cambio, este lunes me paré directo a el baño, abrí la llave y no se me quitaba la sonrisa de la cara, pensaba en como seria esa tarde con Cris. Mientras me bañaba, cantaba y cantaba, parecía que hubiera fumado marihuana. No es cierto, es que enserio estaba muy feliz.

Me puse mi horrible uniforme, que hoy me parecía lo más hermoso del mundo. Me até una cinta en el cabello color rojo como Matilda, me veía muy tierna. Más de mi gusto. Pero ese día era hermoso. Parecía que iba a volver a empezar a cantar e iba a llamar pajaritos por la ventana así cual cuentos de hadas. Era muy gracioso. Estaba pensando en un terapeuta seriamente, algo que me hiciera entrar en razón.

Bajé dando saltos por las escaleras, mi mami había hecho el desayuno, comí, le di las gracias y con fugaz beso en su mejilla me marché hacia la escuela.

Llegue y tenia matemáticas a la primera hora. Me dispuse a ir a mi salón y busqué un asiento al llegar. Vi a mi amigo Alex sentado en el fondo del salón, así que me hice a su lado. Lo salude de beso y le pregunté que como había ido su fin de semana y hablamos de otros temas. Era un buen amigo, lo quería mucho. Entonces llegó la profesora de matemáticas con sus lentes de perfecta forma alargada hacia las esquinas y nos interrumpió con su saludo.
Estaba esperando a Vanessa, pero no llegó, era extraño, me dijo que nos veríamos en la escuela. Decidí que la llamaría cuando saliera de clase.
Ese día no estaba muy concentrada en las explicaciones del profesor. Hasta que escuché..

-Buenos días alumnos, les presento a sus nuevos compañeros Cristopher, Nicolas y Sophie, los trillizos Brown. - al escuchar su nombre subí la vista hasta donde se encontraba. Me encontré con sus preciosos ojos miel. En ese momento no me importaban sus hermanos, no sabía quienes eran. O esa era lo que yo creía. Al deterneme a ver la chica rubia recordé la noche de la fiesta y el muchacho era el que la buscaba. Ooo, así que era su hermano. Los tres eran muy lindos. De esa belleza perfecta podría decirse.- Fueron trasladados a la escuela por motivos familiares. Espero los reciban muy bien. Buen día. -Tras decir esto, la directora se fue. Quedé muy sorprendida. Era extraño encontrármelo aquí. Podría tener más oportunidad. ¿Oportunidad? Ugh me estoy haciendo ideas un poco extrañas sobre el y yo, me asusta.

Cada uno buscó su asiento, justo habían tres en el salón. Para mi desgracia Nicolas se hizo a mi lado, Sophie delante mio y a Cris le tocó hacerce dos puestos más lejos de mi. ¿Podria ser eso justo?. Que más da, ya se acabaría la clase.

-Hola preciosa, creo que no nos conocimos muy bien la otra vez, mi nombre es Nicolas Brown. -Dijo con una sonrisa malisiosa, guiñandome un ojo y estirandome su mano. Que hombre tan arrogante, de repente para mí este chico no tenía belleza.

-Zoe Johnson. Un gusto. -Le dije con una sonrisa falsa. No me cayó nada bien de primera impresión. La chica de adelante se dio la vuelta y me habló.

-Hola, Soy Sophie, mucho gusto. -Dijo tiernamente, se notaba que era muy consentida. Ella me cayó mejor que el bobo de su hermano.

-Hola bonita, que lindo nombre, Zoe, encantada. - Dije dándole la mano.

Sophie era rubia teñida, sus raíces eran cafés, sus ojos color avellana y su sonrisa perfecta como la de sus hermanos. Un cuerpo parecido al de Vann y no usaba ropa exagerada como todas lar rubias, usaba un poco de lápiz bajo sus ojos, era bonita a simple vista. Y sinceramente tenía más personalidad que su hermano.

Terminaron las dos horas y al fin  podíamos salir a tomar aire, se me había hecho la clase más larga del mundo con Nicolas Mandándome papelitos de que era muy linda y que si alguna vez saldríamos. Que chico tan fastidioso. Quería matarlo ahora mismo. Pero por suerte salimos y al fin pude saludar a Cristopher.

-Señorita Jonhson. -Me saludo con una sonrisa. Esa sonrisa que me encantaba. - Que casualidad encontrarnos por aquí. Es un gusto para mi volverla a ver. -¡Me encantaaaa! Podría gritarselo en la cara. No, no es cierto. Solo alucino.

- Señor Brown, el gusto es mio. ¿Le parece si damos una vuelta y le muestro las instalaciones de la escuela?- Dije juguetonamente.

-Claro que si hermosa dama, seria todo un placer.

Y así dimos como mil vueltas por la escuela en tan solo media hora. Fueron los mejores treinta minutos de mi vida. Viéndolo a los ojos y... Su sonrisa. Además de los momentos de vergüenza que pasaba al decirle cosas que se me salían MUY DIRECTAS como, "Tienes unos hermosos ojos", " Siempre he buscado un hombre más alto que yo, es perfecto para escuchar su corazón y que bese mi frente", "Seria tan lindo caminar a tu lado de la mano", cosas como esas que me dieron muchísima vergüenza. Me golpeaba a si misma cada vez. Lo único que hacia el era mirarme, reírse y besarme las mejillas coloradas. ¿Habían visto alguna vez un hombre tan.. ¿Educado? No lo se, como el? Yo no. Si hubiera sido otro hombre, seguro me pone contra una pared y me besa intensamente. Tal vez eso no sea tan malo viniendo de el, pero me encantaba así como marchaba todo.

Me gustaba todo de el.

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Espero que este capitulo llenisimo de suspenso les guste. Pongo mi esfuerzo y tiempo en esto.

¿Que pasara entre los trillizos y Zoe? ¿Estará Zoe empezando a enamorarse?
Nadie lo sabe.

Besos.

-Steph_A

Asi empezó mi adolescencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora