— ¡Bienvenido! —dijo Ugetsu muy animado. Como si no me hubiera contado toda su triste historia con Kaji-san.
—Ah, Uenoyama-kun, llegaste.
—S-s-sí, ya estoy aquí.
Sentí que quería escapar de ahí cuanto antes. No me sentía para nada preparado para hablar con él todavía. Sí quería verlo y estar con él, pero hablar sería todo un nuevo desafío después de todo lo que me pasó.
—Mafuyu, me llamaron de la orquesta. Tengo que ir a revisar unas cosas justo ahora —dijo Ugetsu e inmediatamente lo miré con los ojos muy abiertos.
—Siento haber tardado tanto.
—No hay problema. Sabes que puedes ir a mi casa cuando quieras —se puso de pie y tomó una mochila que estaba cerca de él—. Bueno, nos vemos. Adiós.
—Adiós —dijimos Mafuyu y yo en conjunto.
Después de que la puerta se cerrara sentí que me temblaron las manos y se me hizo un pequeño nudo en la garganta.
Mafuyu se sentó junto a mí, bastante cerca, hombro con hombro, y desvié la mirada por eso.
— ¿Qué te ocurre? —preguntó.
—A-ah, n-nada.
—Perdón por no haberte dicho nada de la nueva canción hasta ahora. Estaba tratando de poner todas mis ideas en orden para poder hacer la letra. No llevo mucho, pero ¿quieres leerla?
—Ya la leí. Es... bastante... triste.
—Ugetsu me contó algo que vivió con alguien que amó demasiado y cómo terminó todo.
—Sí, con Kaji-san. Lo sé, también me lo contó hace un momento.
—Kaji-san no me parece alguien que haría eso.
—Tal vez sea porque no conoces ese lado de él, pero a veces es alguien un poco problemático. No es mala persona, pero es muy impulsivo.
—Ya veo.
Hablar de algo tan apartado me hizo sentir tranquilo por un momento.
— ¿Y cómo vas con la canción que estás haciendo con la banda de Hiiragi?
Un momento que duró muy poco.
—Ah... Bueno... Yo... Ejem...
— ¿Tienes problemas con la canción?
—Algo así. No es con la canción en sí, más bien... Ahm...
— ¿Qué?
—Mafuyu, ¿puedo preguntarte algo?
— ¿A mí? ¿Qué?
Tomé bastante aire. ¿Tú... por qué estás conmigo?
—No entiendo.
— ¿Por qué quisiste comenzar a salir conmigo?
Su expresión era inmutable y eso me ponía muy nervioso.
—Ugetsu... Él me está ayudando con otra canción.
— ¿Eh?
—He querido escribirte una canción desde hace mucho tiempo, pero... no he podido completarla. Quiero decirte muchas cosas, pero, sabes que no soy bueno hablando.
— ¿Una canción para mí?
Asintió. —Antes tenía mucho miedo de muchas cosas que ignoraba. Pero contigo no me siento así.
— ¿Tenías miedo?
Asintió nuevamente. Pude ver cómo le temblaban las manos muy ligeramente. Verlo así me daba mucha ansiedad y lo primero que pude hacer fue rodearlo con mis brazos. No importaba cómo me sentía, yo sabía que para Mafuyu también era todo muy difícil y ahora lo entendía mejor.
—Uenoyama-kun... gracias.
— ¿Por qué?
—Porque, encontré tantas cosas buenas gracias a ti... Y te encontré a ti.
—Mafuyu...
Sentí sus brazos rodearme también. No sabía exactamente qué sentía él en ese momento, pero lo que yo sentí fue bastante paz, irónicamente.
No podría hacer nunca que Mafuyu borrara de su mente o su corazón a Yuki, pero gracias a Hiiragi, Shizusumi y Ugetsu, ahora entendía el por qué. Yuki siempre iba a estar con él y eso era algo que no podía evitar, pero lo que sí podía hacer era iniciar cosas nuevas con Mafuyu, cosas que solo fueran entre él y yo y que lo ayudaran a poder despedirse por fin de él.
Si con Yuki había aprendido a odiar la música, conmigo había aprendido a usarla como una voz al llanto que no podía sacar de su pecho y que lo lastimaba todos los días.
En ese momento me prometí jamás volver a permitir que Mafuyu se guardara algo hasta explotar. Si no podía decírmelo directamente, podía cantar para mí y yo lo escucharía, porque yo quería escucharlo cantar siempre, a mi lado.
—M-Mafuyu...
Él me miró, pero lo que quería decirle en ese momento simplemente no me salía. Quería decirle respecto a la canción de Yuki y las cosas que me habían sucedido. Quería preguntarle acerca de lo que me dijo Ugetsu. Quería preguntarle muchas cosas, pero la voz no me salía.
No sabía qué cara estaba poniendo yo en ese momento, pero los ojos de Mafuyu estaban brillando intensamente mientras me miraba.
—Mafuyu... Quiero decirte que te quie...
De repente ya no pude hablar, sus labios chocaron contra los míos y todo me tembló. Si antes ya nos habíamos besado, esta vez era diferente. Sentía que no hacían falta palabras para decirle todo lo que quería expresar en ese momento. Quizás tendría que hacer igual que él: le haría una canción para que pudiera escucharme y entenderme. Siendo él el vocalista sería difícil, pero podía componerla igual y solo cantarla para él.
— ¡Mafuyu! Hijo, te traje la... co... mida...
La madre de Mafuyu había llegado.
*
Pidoperdón porque la semana pasada no hubo actualización, pero tenía mucho trabajo y además me puse como loca a estudiar para mi examen de japonés y la vdd se me olvidó ggg.
ESTÁS LEYENDO
Una carta para Uenoyama || Given
FanfictionUenoyama no puede evitar compararse con el primer amor de Mafuyu, por lo que tratando de comprender mejor a Yuki para poder terminar su canción, descubre que éste le ha dejado una desgarradora carta. No adaptaciones. No traducciones. ADVERTENCIAS: s...