El frío

1.8K 245 117
                                    

Nota: Decidí partir este capítulo a la mitad para que puedan llorar a gusto esta semana. Jojojo.

*
*

Narra Uenoyama

Mafuyu había llamado a Kaji-san para ir a su casa y poder mostrarme la canción, pero ni siquiera había escuchado mi respuesta, y después de eso estuvimos un largo rato en silencio.

—Dices que no está terminada, ¿entonces por qué quieres que la escuche? ¿Es porque te pregunté el por qué estabas conmigo? —le dije.

—Sólo quiero que la escuches.

—Mafuyu, yo quiero escuchar cada canción tuya, pero también quiero escucharte hablar. Ha sido muy difícil para mí tratar de poner todas mis emociones y pensamientos en orden, y me duele aunque parezca que no, porque quiero entenderte y quiero entender lo nuestro, pero estos días parece que sólo he podido entender a Yuki, y haberlo hecho me quema por dentro.

—No tenías que terminar esa canción...

— ¡Ya lo sé! ¡Pero no podía pensar con claridad! Me la pasé sobreanalizando a Yuki para poder hacerlo, ¿y sabes qué? Terminé soñando con alguien que nunca conocí, e incluso me pidió cuidarte. ¡Yuki me pidió cuidarte y hasta me escribió una carta!

— ¿Yuki te...?

—Me dijo que te amaba, pero que ahora era mi turno —me tapé el rostro con ambas manos—, al parecer es mi responsabilidad ahora solucionar lo que él destrozó.

—... Pero no tenías que...

—Mafuyu, te lo preguntaré una vez más, de manera diferente si así lo prefieres. Si quieres escucharme antes, lo haré: estoy contigo porque quiero verte ser feliz, genuinamente feliz. Quiero verte cada día sin sufrir, disfrutando hacer algo que sé que te gusta, y quiero que lo hagas conmigo. Quiero crecer contigo y que un día me puedas ver como la persona que soy, y no como el reemp... —me detuve y suspiré—Lo preguntaré de nuevo, y perdóname si parezco injusto... ¿Si Yuki estuviera aquí... Estarías conmigo?

La cara de Mafuyu cambió totalmente.

—Yuki ya no está...

—Ya lo sé... Lo sé.

El teléfono de Mafuyu comenzó a sonar, él miró la pantalla y respondió la llamada. —Lo siento.

Se dirigió a la puerta. Eran Kaji-san y Haruki. Tomé mi mochila y lo seguí, no quería quedarme a escuchar la respuesta, porque estaba seguro de que Mafuyu no podría poner en orden sus pensamientos en ese momento y probablemente nos terminaríamos lastimando.

Al abrir la puerta, vi a aquellos dos llegar muy sonrientes.

— ¡Bueeeenaaaaas! —dijo Kaji-san.

— ¡Estamos listos para despertar a los vecinos! —respondió Haruki.

Antes de que pudieran pasar, cerré la puerta prácticamente en sus caras.

—Mafuyu... —hablé sin mirarlo—Creo que deberíamos tomarnos un tiempo. No te obligaré a que me respondas ahora. Perdóname.

— ¿Un... Tiempo?

—Quiero estar contigo, juro que quiero estar contigo... Pero si el fantasma de Yuki te sigue persiguiendo, a ti y a todos... Yo... No sé si pueda continuar con esto.

—Uenoyama... Yo...

—N-no lo digas ahora. No lo hagas.

Abrí la puerta y me fui a paso apresurado empujando a las dos personas que se encontraban afuera para irme lo más rápido posible. Me imaginaba su respuesta, era bastante obvia, pero no quería escucharla.

— ¡Uenoyama! ¿A dónde vas? —escuché decir a Kaji-san mientras sus pasos se acercaban a mí al ir bajando las escaleras. Me tomó del brazo cuando me alcanzó y me obligó a darme la vuelta para mirarlo, pero yo no quería ver a nadie— ¿A dón...? Uecchi, ¿estás... Llorando?

Una carta para Uenoyama || GivenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora