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Jungkook se adentro junto al zorro en el edificio, frunció un poco su nariz al sentir muchos aromas fuertes juntos, entre mas se adentraba mas potente se volvían los olores y Kook tuvo que taparse la nariz con ambas manos para aguantarlo.

- Ugh ¿Por qué hay tantos aromas?- Taehyung sonrió ladino.

- ¿Qué?¿te incomoda mucho?- hablo en un tono burlon, Jungkook refunfuño -¿Son muchos aromas para el conejito?-.

El pelinegro se cruzo de brazos y subió su mentón destapando su nariz - puedo aguantar tu voz, no tengo problema alguno con esto-.

- ya veremos- Taehyung rio divertido.

Ambos híbridos continuaron caminando hasta llegar a lo que debería ser la recepción. Kook aparto con sus manos las telas de seda que hacían el trabajo de una "puerta" y se agacho un y tubo que entrecerrar los ojos ante lo oscuro que estaba adentro, las únicas fuentes de luz siendo unas velas repartidas por el cuarto.

Jungkook sonrió al notar una figura en la recepción y se acerco pronunciando un hola, sin embargo ladeo la cabeza al ver que el hombre ahí estaba dormido. 

- uhm ¿hola?- Kook alzo un poco mas la voz, con la intención de despertarlo, pero el hibrido siguió durmiendo tranquilamente - ¡¿Hola?!-. No, ni un movimiento, Jungkook tomo todo el aire que podía -¡¿HOLA?! -.

El joven se enderezo abriendo sus ojos como platos y con su cabello despeinado. Jungkook sonrió aliviado.

- Hola, soy J- el chico movió sus brazos indicándole que parara.

- Oh, alto hermano, ahora ponle pausa a tu historia- Jeon parpadeo varias veces cerrando su boca, curioso - ¿Por qué no tienen puestas sus batas?-.

Jungkook ladeo la cabeza -¿Cómo?-.

Taehyung sonrió.

- Si es su primera vez aquí las batas están en el estante de allá- el hombre señalo a una esquina del cuarto - Aunque si prefieren no usar nada también esta bien-.

Jungkook abrio sus ojos como platos - ¡¿disculpa!?-.

Kim rio en voz alta y sonrió victorioso.

- Jeon ¿has oído hablar de los híbridos naturalistas?- el conejito lo miro inquisitivo - Son híbridos que decidieron volver a sus raíces animales y seguir sus instintos-.

- ¿Qué quieres decir?- Jungkook sabia lo que quería decir, pero se negaba a aceptarlo.

- Ya lo veras- El zorro se volteo al recepcionista con una sonrisa - tomaremos las batas, gracias-.

Jungkook lo odiaba, odiaba todo, esa bata era tan delgada que se podría rasgar con un simple jalón, se sentía terriblemente expuesto y lo peor es que no paraba de deslizarse por sus hombros, mostrando sus clavículas. Y sobre todo odiaba lo bien que se veía Taehyung en ella.

- Ay, vamos, zanahorias, deberías agradecer que es lo suficientemente gruesa para no transparentarse- Jeon bufó caminando hacia la puerta al lado de la recepción con las manos hechas puños.

- ¡deja de llamarme con apodos!¡Me llevaste aquí a propósito!- El contrario se carcajeo fuertemente y abrio la puerta.

Jungkook se quedo boquiabierto.

Era un patio enorme, lleno de plantas e híbridos. Si el aroma de tantos híbridos juntos le había parecido molesto antes ahora era insoportable y no solo olía a híbridos, el lugar estaba lleno de todo tipo de feromonas, incluyendo en mayoría feromonas de excitación.

Había híbridos comiendo, nadando en el lago, platicando, pero sobre todo, había híbridos tocándose y probablemente teniendo sexo enfrente de todos. A eso se refería Taehyung con dejarse llevar por los instintos. Jungkook aparto la mirada cuando sus ojos encontraron a una pareja besándose apasionadamente. Su cara estaba completamente roja y su estomago parecía estar en una montaña rusa de nerviosismo y agitación.

DISTOPÍA | taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora