Extra

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Jungkook y Taehyung entraron a su departamento prácticamente arrastrando los pies por el suelo, casi al mismo tiempo se dirigieron al pequeño cuarto y se tiraron a la cama soltando un suspiro pesado.

Ambos híbridos rieron bajo con cansancio, intercalando miradas suaves entre ellos. En los últimos días habían estado participando en un caso de investigación, ambos sin duda adoraban esa clase de trabajo, pero sin dudas era agotador.

Tae guiñó un ojo hacia el menor, sonriendo enternecido cuando el conejito oculto su rostro en las almohadas con algo de vergüenza. El pelinaranja se incorporó levemente, olvidándose de su cansancio y acercándose a su pareja, rodeándolo con sus brazos y dejando algunos cuantos besos en su nuca.

El pelinegro se quejo levemente, empujando sin ganas al mayor con su hombro —Taehyung...

El nombrado gruño levemente, apretando el cuerpo ajeno contra el y profundizando los besos en la piel expuesta del menor. El conejito se removió con los ojos aun cerrados.

—Tae ¿No fuiste tú el que quería que descansáramos?

El de cabellos azabaches tembló leve al sentir los dientes ajenos presionar su piel.

—Estoy descansando

Jungkook se quejó audiblemente, una parte de el queriendo empujar al zorro fuera de la cama y dormir de una buena vez, mientras que la otra lo impulsaba a arrimarse contra el cálido cuerpo sobre él.

Las manos deslizándose bajo su uniforme hizo que su mente se inclinara más por la segunda opción. Taehyung dejó un chupetón bajo el comienzo de la quijada del menor y se deleito al escuchar el suspiro tembloroso que salió de la boca de su novio.

Tae...

El menor inclinó sus caderas hacia atrás, restregándose contra la pelvis del depredador, haciéndolo soltar un gruñido en su oreja que mandó una corriente eléctrica por todo su cuerpo.

Las manos largas del zorro se pasearon por la cintura recientemente descubierta del menor, acariciando la curva de la espalda baja y apretando suavemente la piel ajena entre sus dedos. El conejito volvió a suspirar, sus orejitas pegándose a su cabeza, sacudiéndose en temblores con emoción.

Taehyung continuó el camino por el cuerpo del menor, subiendo hasta el comienzo de los botones del uniforme ajeno. Desabotonando uno por uno hasta deshacerse por completo de la prenda ajena, deteniéndose por unos segundos a apreciar la tersa y suave piel.

Su mirada observó con atención a su menor, apreció sus orejitas casi a ras de su cuero cabelludo, su espalda subiendo y bajando con cada respiración del menor, el pronunciado arco en su espalda baja y la colita moviéndose impaciente al final de este.

Se inclinó sobre el bonito azabache bajo su cuerpo, dejando una serie de besos, chupetones, lametazos y mordidas por todo el largo de su columna, bajando poco a poco por esta, sujetando las caderas que seguían frotándose contra su entrepierna con sus manos, guiando los movimientos en un ritmo mas lento, jugando con la paciencia del menor.

Sus manos bajaron un poco más adentrándose por debajo de los pantalones ajenos, enganchando la orilla de estos con sus dedos y bajándolos junto a su ropa interior de un jalón. Apretó los muslos del menor, amasando la carne entre sus dedos, subiendo sus masajes gradualmente hacia los glúteos ajenos dando más apretones en estos, oyendo los bonitos gemidos de Jungkook resonar por el cuarto. El conejito, alzó sus caderas hacia el mayor, apoyándose levemente en sus rodillas y separando sus piernas, dejándose a si mismo a disposición del depredador, quien admiraba la vista con una sonrisa ladina, comenzando a desprenderse de su propia ropa.

DISTOPÍA | taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora