DISTOPÍA | taekook.

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Por favor, por favor, responde...

Sin embargo el pitido en su oído confirmo lo que en su interior ya sabía, Taehyung no iba a responderle.

El azabache soltó otro sollozo y se encogió aun más si era posible, dejando el teléfono caer al piso y hundiendo su rostro entre sus piernas mientras se cubría mas con las mantas de su cama.

No había podido encontrar a Taehyung en toda una semana, había intentado de todo.

Primero intentó en la calle donde se habían encontrado por primera vez. Había entrado en cada local preguntando si lo habian visto en los últimos días, obteniendo negaciones siempre.

Le había preguntado a la familia Park si habían oído de él e incluso Jimin lo acompañó a donde el carnívoro vivía pero no había nadie ahí, el departamento estaba completamente desocupado y una vecina les había dicho que los que vivían ahí se habian ido hace algunos días.

Incluso había intentado buscar su libretita de multas para rastrear la matrícula de su carro y talvez había pedido ayuda a los otros investigadores en la comisaría.

No estaba en ninguna parte.

— ¿¡Oficial Jeon!?— los toques en su puerta lo hicieron levantar su mirada hacia la puerta.

El conejito sorbió su nariz y limpió los rastros de lágrimas de sus mejillas para abrir la puerta.

— disculpe las molestias, oficial Jeon— el joven frente a el se disculpó con una reverencia.

— n-no, no te preocupes— negó el azabache — ¿Qué necesitas, Han?—.

El felino sonrió algo avergonzado por el hecho de que Jeon recordara su apellido.

— uhm, bueno, se que es tu día de descanso pero el Jefe Choi y la Alcaldesa Kim quieren verte, dicen que es importante—.

Jungkook suspiró bajo, en realidad no tenía ganas de ir a la comisaría, no quería ni salir de su departamento. A partir de su entrevista de prensa lo único que se podía ver en las calles era herbívoros extremistas protestando para que los carnívoros se fueran de la ciudad y depredadores exigiendo un avance en la investigación e igualdad de trato. Si no había manifestaciones entonces veías claramente la división, cualquier carnívoro era evitado como si fueran la peste.

Ver eso, en una ciudad en la que se supone que antes no había ninguna clase de discriminación y el remoto pensamiento de que era su culpa destrozaban a Jungkook, por eso en estos días, a veces, la idea de volver a casa con sus padres y rendirse con su estúpido sueño de ser policía parecía muy tentadora en la mente de Jeon.

Asintió al joven oficial y acepto su invitación de llevarlo en su patrulla hasta ahí, agradeciendo la amabilidad de aquel hibrido de leopardo. Sin embargo al entrar a la comisaría su ceño se frunció al notar que el chico se apresuraba a tomar unas cajas de recepción con algo de tristeza en su rostro y las orejitas bajas.

— ¿Han?— el felino lo volteó a ver de inmediato y Jungkook señalo las cajas — ¿Qué estas haciendo?—.

El joven solo sonrió nostálgicamente y miro el escritorio — ah, es solo que ahora prefieren que el rostro de un gran depredador c-como yo no sea lo primero que veas al entrar a una comisaría—.

— ¿Q-qué?—.

— Van a moverme a "registros", en el sótano— exclamó el leopardo con voz suave, tomando las cajas que quedaban sobre el escritorio — donde no sea un peligro para nadie—.

Jungkook estuvo a punto de decir algo. Eso no era justo, Han se había esforzado mucho en cuanto entró a la comisaria, de hecho le recordaba a el mismo cuando apenas llego solo que en vez de multas Han estaba en la recepción, además lo había observado algunas cuantas veces y el chico era amable y agradable con todos, no era posible que alguien lo viera como una amenaza.