Capítulo 8

346 32 12
                                    

POV AMAIA

Nuestras miradas se cruzan mientras él baja del escenario. Estoy rodeada de gente que me está hablando, pero no puedo escuchar absolutamente nada.

Me centro en la canción, me centro en su mirada de sorpresa, en su desgarro mientras cantaba la canción, me centro en como mi corazón latía con fuerza al verle, al escucharle, al sentirle tan cerca después de cinco largos años.

-Amaia, Amaia, ¿Me estas escuchando? Tienes que salir ya. ¿Estas preparada?

-Yo.

-Escúchame. Solo mira hacia tu derecha cuando creas que no puedas. Allí estamos todos sentados. Míranos y piensa que estás en casa. Que estás cantándonos a nosotros, como cada día hasta que teníamos que terminar quitándote el micro para que te callaras-dice sonriendo-solo que ahora nadie te va a parar.

Asiento con una sonrisa. Trago saliva y me limpio el sudor de mis manos en el vestido. Tomo aire he intento dejar estos sentimientos a un lado mientras subo a aquel escenario con el que siempre había soñado cantar.

El concierto va pasando, las canciones van saliendo de mí sin darme casi cuenta. Los nervios del principio van desapareciendo y me siento cada vez mejor. Y llega la última canción, cierro los ojos he intento centrarme en cada palabra, intento cantarla desde mis entrañas.

Esta historia terminó, no existe
Lo que un día construimos se ha esfumado
Pareciera que es más fácil dejarnos
Pero eres un fantasma conmigo caminando.

Y entonces, entonces lo veo. Allí está él a un lado del escenario y me está mirando. Le devuelvo la mirada mientras intento seguir sin llegar a romperme por completo.

No creas que no valió la pena
No creas que no eres importante
Al contrario, yo te amé con toda el alma

No creas que no valió la pena
No creas que lo perdimos
Esto que nos duele, aunque nos duele es solo nuestro

Y le miro, le miro como si se la estuviera cantando a él, le miro mientras canto intentando descifrar lo que esos ojos que siempre me supieron decir tantas cosas, me estaban intentando decir.

Lo que construimos se acabó
Fue solo nuestro

Lo que construimos se acabó
Se lo lleva el viento

Lo que construimos se acabó
Fue sólo nuestro

Lo que construimos se acabó
Se lo lleva el viento

Termino de cantar con lágrimas en los ojos mientras la gente rompe a aplaudir. Pero yo solo tengo ojos para él, yo solo puedo mirarle y entonces lo veo. No hay dolor en su mirada. No hay odio. Hay un brillo especial, hay paz en su mirada lo que hace que una pequeña sonrisa se escape de mi cara.

Miro de nuevo al frente donde la gente está de pie aplaudiendo por mí, lo había logrado, lo había conseguido. Y entonces vuelvo a buscarlo pero ya no está, y mi corazón se rompe un poquito por no haber tenido la oportunidad de poder hablar con él.

Siento a la banda venir a abrazarme y yo intento sonreír mientras saludamos al público antes de salir del escenario.

Nada más bajarme me lanzo a los brazos de mis padres que no dejan de decirme lo orgullosos que se sienten por mí. Yo solo puedo abrazarme a ellos como un pequeño koala mientras lloro sin descanso. Lo que acaba de pasar es el primer gran paso para mi gran sueño, pero a la vez me he sentido como aquella niña pequeña que se subía a un escenario solo para jugar.

En líneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora