1

328 29 1
                                    

Capítulo 1.

Josephine.

Cinco minutos más, solo cinco minutos.

Maldigo a Vanessa por haberme convencido de haber salido un domingo por la noche, ir a ese bar fue muy mala idea, porque ahora lo único que quiero es seguir durmiendo en mi cómoda y caliente cama.

Pero la alarma vuelve a sonar y en un acto de fastidio, me despierto del todo y la apago.

Nunca me pasó esto de querer seguir durmiendo, siempre, y más que nada los lunes, son días totalmente motivadores para mí, pero este lunes todo es diferente.

Me levanto del precioso lugar tan hermoso que otros días llamaría cama, y me estiró un poco.

Maldita espalda. Todos mis huesos suenan cuando me estiro y eso afloja un poco mi dolor matutino.

Me acerco a la silla de mi escritorio donde mi ropa para el día de hoy descansa desde ayer a la noche y la tomo, salgo de mi cuarto y pido a todos los santos que mi hermano no se haya adueñado del baño. Siempre dije y siempre diré, donde haya más de una persona en la casa, tiene que haber más de un baño. Pero vivo en un departamento y solo por eso, no me quejo. Bastante.

Agradezco a la vida literalmente el encontrarme con el baño vacío y totalmente a mí poder. Dejo mi ropa en la tapa del retrete y cepillo mis dientes y lavo mi cara.

¿No es realmente hermoso disfrutar del agua fresca en nuestro rostro? siempre se me hizo algo tan relajante, que aunque sea algo súper minimo, me hace sentir muy afortunada.

Me cambio de ropa y me recuerdo que solo me queda este ultimo año escolar y adiós adiós uniforme escolar.

No lo odio, pero tampoco lo amo.

Sus colores, bordo y blanco, son realmente asquerosos y para nada simpáticos.

Ayer el meteorológico dijo que iba hacer una mañana fresca, por lo que lo único que puedo rescatar de este asqueroso uniforme, son sus medias largas y súper abrigadas.

Dejó la ropa sucia en el canasto de la ropa sucia, dah, y salgo del baño.

Papá está en la cocina y mi hermano está... no lo sé. Creo que no pasó la noche aquí.

Voy hasta donde mi persona favorita se encuentra y lo saludo.

—Buenos días.— él se voltea y me mira, sonríe. Disimulo la pequeña risita que se me intenta escapar al ver que tiene ¿café? en su nariz.

—Buenos días pequeña.— mi padre...¿cómo describir a este hombre?.

Mi madre nos abandonó a mí hermano, padre y a mí hace ya ni recuerdo cuántos años, ella solo se fue después de una discusión que tuvo con papá, no recuerdo mucho de ese día, ni de ella.

Y solo se fue, dejando una familia atrás acompañada de un gran dolor intenso justo en mi pecho.

Desde ese momento mi padre se convirtió en el sostén de esta familia, una familia rota pero una en fin, siguió con su emprendimiento de talleres mecánicos y cuando Kev tuvo la edad necesaria lo metió en la "empresa familiar." siempre creí que ser mecánico no era una tarea tan difícil, pero al ver cómo las años pasan y mi hermano junto con mí padre parecen literalmente, vivir por y para eso, cambie un poco de opinión.

En simples palabras, este hombre con una mancha de café en su nariz es todo para mí, me cuido desde el momento cero y hasta entonces hemos sido inseparables, es mi confidente en cada paso, nuestra relación es muy sincera y agradezco tenerlo en mi vida. Daría la mía por él. Por mí hermano.

• 911 LOVE. •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora