Parte 7

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(un pequeño inciso, a tiempo real)


— ¿¡O sea que el primero en olerse por dónde iban los tiros fue Masuko-san!? —exclamó Zono, interrumpiendo la narración. Seto, sentado cerca de su compañero, miró a sus senpais.

— ¿Qué era, un senpai de tercero del año pasado?

Maezono asintió, hablando maravillas sobre sus distinguidos senpai, mágicamente orgulloso. Shirasu sonrió por ello, y otros como Kijima se centraron solo en alabar a un senpai en específico; Masashi, por ejemplo, escuchó sobre lo genial que era su hermano y asintió, de acuerdo.
Okumura no parecía contento con la interrupción, completamente indiferente a estos antiguos miembros, y volvió a centrar su mirada solamente en Sawamura, poniéndolo nervioso.

— ¿E-eh? ¿Qué te pasa, chico lobo? —le preguntó este en una de ellas, sudoroso.

Okumura se mantuvo en su estado pasivo-agresivo, con el aura prendida, sin hablar durante unos largos segundos. Luego, pausado, dijo. — La historia. —para retener con la mirada al mayor—. Todavía no habéis aclarado nada, senpai.


Sawamura se estremeció, y escuchó con claridad la molesta risa de Kazuya brotar a su lado. Kuramochi, en cambio, parecía más calmado, casi como si estuviera avergonzado.


Cuando le preguntaron sobre su actitud, él bajó el tono de su voz, a una voz grave y amable súper rara que decía. — ¿Queréis ver la foto? —antes de añadir—. Acabaron encontrándosela al buenazo de Masuko-san y Ryou-san me la reenvió para burlarse de mí.

Y Sawamura y Miyuki —que nunca habían sabido sobre esto— parpadearon tomados por sorpresa, antes de que el más joven se le echara encima a Mochi para que se "detuviera" y no revelara algo tan vergonzoso. Arremetió contra él llamándolo demonio y con la cara empapada en rojo, y Kuramochi lo atrapó sin esfuerzo entre sus brazos.

— Te tengo. —dijo, comentando que lo de la foto solo había sido un señuelo para atraerlo cerca, y Sawamura se molestó más, explotando en un rubí todavía más profundo mientras le daba pequeños golpecitos.

Okumura estaba molesto, pero no tanto como el propio Miyuki. Una vena saltó en su frente. — Oe, oe, Mochi... ¿qué acaso no tenemos unas reglas? "Nada de acaparar a Sawamura delante del otro", te recuerdo.

Fue el mismo Youichi el que le miró con disgusto y gesto de yakuza. — ¿Hah? ¿Quién es el maldito que lo tiene para él solo durante toda la práctica? —logrando que Miyuki silbara mirando hacia otro lado, fingiendo inocencia.

— Eso es porque soy su cátcher, ¿no? Una batería tiene que estar muy u-ni-da~ —y Sawamura sintió un escalofrío.


— Técnicamente, ahora el cátcher de Sawamura-senpai soy yo. —se escuchó entonces, y el trío giró a mirar la impresionante aura que salía del chico rubio de primero.
Sawamura se puso blanco, y los otros dos tuvieron la reacción esperada. Miyuki puso una mirada tenebrosa que muy pocas veces se abría paso en su cara, y Kuramochi elevó la barbilla tomando un aire todavía más duro que el anterior, como si fuera un verdadero delincuente de los barrios chungos. La respuesta de Okumura, quien prácticamente gruñía, no se quedó atrás.

Sawamura intentó calmar la situación con un chiste, pero las miradas intensas fueron dirigidas a él entonces. Quiso llorar.


Uno para todos, y té para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora