Capitulo 5. Parte 1.

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Jasson permaneció sentado sobre la cama, completamente impasible mientras se encontraba sumido en sus pensamientos. Sus leonados ojos ambarinos estaban desprovistos de cualquier tipo de emoción y la cicatriz sobre su ojo derecho le hacía lucir despiadado y mezquino. Su expresión era plana y desinteresada, pero se podía ver un pequeño fruncimiento en su boca y en las manos que estaban apretadas sobre sus rodillas.

Su mente calculadora se estaba moviendo a mil por hora mientras analizaba las situaciones que se le presentaban. Había dejado muchos cabos sueltos, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Un tercio de su ejército estaba desaparecido, no había logrado eliminar a los bastardos orígenes ni había recuperado a los dioses menores que favorecían a Logan, Faith y sus hermanos se habían encontrado y estaban cerca de descubrir la verdad, su padre había desaparecido y Ethan... a pesar de que había despertado y había sanado del daño que Faith le había hecho, él no era el mismo, había algo muy diferente en su actuar, algo que molestaba a Jasson de la peor manera.

Él se estaba quedando sin tiempo, y estaba bastante lejos de su meta. No podía seguir dudando.

Había escogido esta vida... no había una segunda opción para él.

Era hora de que hiciera lo que nació para hacer.

—¡Ah... ah... me duele! —un gemido lastimero lleno de dolor vino de algún lugar a sus pies y lo saco de sus pensamientos—. ¡Por favor...me duele!

Jasson frunció el ceño mientras bajaba la mirada hacia sus pies.

Sobre el piso de cemento una forma pequeña y delicada se retorcía en agonía, jadeando para poder respirar, con su cabello rojo esparcido alrededor de su sudorosa cara, su espalda arqueada y sus manos manchadas de sangre con uñas rotas arañando el piso.

—Cállate —gruñó Jasson.

Jasson hizo una mueca de asco y sin contemplaciones pateo la pequeña forma de Morgan fuertemente en su estómago hasta que este rodó por el piso y una bocanada de sangre salió de su boca.

—¡Para... por favor... para! —gimió Morgan mientras trataba de defenderse rodeando su cuerpo con sus brazos y haciéndose más pequeño.

Sin embargo, las constantes convulsiones no le dejaban tregua y su cuerpo se retorcía una y otra vez en agonía mientras él trataba de respirar, su cabeza chocando constantemente contra el piso debido a los involuntarios movimientos, mientras soltaba gemidos dolorosos.

—¡Cierra la jodida boca! —Gritó Jasson mientras perdía la paciencia—. ¡Estoy harto de tus malditos lloriqueos!

Jasson se sentía muy inestable, sus manos temblaban debido a la ira y sus ojos centelleaban con intenciones asesinas. Sobre el piso, Morgan parecía estar completamente sumido en su tortura y no estaba consciente de lo que estaba por suceder.

Tomando una respiración profunda, Jasson pareció calmarse, sin embargo, sus ojos eran más duros que antes y había determinación en su mirada.

Él no iba a detenerse.

Caminando hasta donde Morgan estaba encogido sobre sí mismo, Jasson saco una pequeña ampolla y una jeringa desde el bolsillo de su pantalón. Sus movimientos eran muy metódicos y detallados, como si no fuera la primera vez que lo hacía, mientras rompía el cello de la ampolla y lentamente introducía su contenido en la jeringa.

Sus ojos se habían vuelto maníacos mientras observaba a Morgan como si fuera la solución a todos sus problemas, al mismo tiempo que llegaba hasta él y lo tomaba por su cabello, volteando el rostro de Morgan hacia el suyo.

El rostro de Morgan estaba pálido y ceniciento, había sangre y espuma blanquecina en su boca, y sus invidentes ojos estaban desenfocados y con las pupilas tan dilatas que era como si el iris hubiera desaparecido completamente. De sus labios salían murmullos incomprensibles mientras parecía hablar con alguien más.

Jasson obvio todas esas cosas y en su lugar se centró en el cuello de Morgan, un lugar en el que existían un sinnúmero de cicatrices.

Con la precisión que otorga la práctica, Jasson introdujo la aguja de la jeringa en el cuello de Morgan y lentamente apretó el embolo hasta que el contenido ligeramente verdusco se introdujo en su sistema.

Poco a poco los movimientos espasmódicos de Morgan se detuvieron, sin embargo, nada en su expresión cambio, en su lugar sus murmullos incoherentes comenzaron a escucharse más fuerte y con palabras más claras mientras sus ojos enrojecidos pareciera que fueran a salirse de sus órbitas. Un hilo de saliva salía a través de las comisuras de sus labios mientras hablaba sin parar como si no pudiera detenerse.

Jasson solo necesitaba una cosa de Morgan, nada más le importaba, e iba a obtenerla de cualquier manera.

—Dime lo que quiero saber —índico Jasson mientras hablaba con una voz suave y baja en el oído de Morgan—. Dime que tengo que hacer para acabar con los Orígenes.

—Veinte años pasaran... el Olímpo caerá... los olvidados volverán —masculló Morgan entre respiraciones erráticas.

Después de eso se rió de forma maníaca mientras soltaba palabras incomprensibles para Jasson.

—Guerra y amor... brillante luz del sol... en el paso y futuro...

— ¡Dime cómo puedo acabar con los Orígenes! —gruñó Jasson de nuevo apretando más fuerte su agarre sobre el cabello de Morgan.

—En donde el sol y la luna se encuentran... dibuja un triángulo de ocho puntas... con sangre, deseo y favor... ata tu destino... hasta que el sol deje de brillar —la voz de Morgan era muy baja para que Jasson la escuchara con claridad, sin embargo, fue suficiente.

Si Jasson escucho la ligera burla en las palabras de Morgan, decidió ignorarlo.

Repentinamente los labios de Morgan se estiraron en una sonrisa llena de sangre y sus ojos vacíos parecieron enfocarse en Jasson de manera inquietante.

—Pero te costara... te costara muy caro —dijo mientras una risa hueca salía de sus labios.

Jasson lo alejo de su cuerpo con asco mientras se levantaba del piso.

—No tanto como te costara a ti —dijo mientras comenzaba a alejarse.

Tenía muchas cosas que planear y no tenía más tiempo para perder.

Detrás de él, la figura de Morgan siguió tendida sobre el piso, sus manos moviéndose como si estuvieran escribiendo en el aire, sus ojos desenfocados y sus labios aun curvados en una sonrisa siniestra.

—Te costara... te costara... te costara —repetía una y otra vez sin parar mientras ardientes lagrimas bajaban a través de sus mejillas.

El Destino de Morgan. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 4. LGBTQ+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora