6
Las cosas fueron un poco más fáciles después de ese pequeño reencuentro. No iría tan lejos como para decir que todo estaba bien y normal, pero por lo menos la mirada de desconfianza y recelo en los ojos de sus hermanos había desaparecido, y eso era muy importante para él.
Aún quedaban muchas cosas por solucionar, pero sabía que aunque lo quisiera, no podría lidiar con todo en un solo momento. Algunas cosas necesitaban de tiempo para resolverse.
Al día siguiente de su encuentro con Oliver, Caleb había llevado a sus hermanos a conocer a los pequeños orígenes. Todos se estaban alojando en habitaciones contiguas dado que no estaban dispuestos a estar separados, al haberse criado prácticamente como hermanos siempre querían estar juntos.
El mayor de todos ellos tenía quince años y se llamaba Spencer, era además quien por propia voluntad los cuidaba y mimaba como un hermano mayor. Era un joven muy responsable y serio, pero muy tímido y con dificultades para socializar. La mayor parte del tiempo se ruborizaba y huía cuando alguien intentaba hablar con él. Inesperadamente con la única persona adulta con la que parecía llevarse muy bien además de Caleb y Wade, era con Renata, ya que ambos habían desarrollado una especie de amistad muy extraña.
Los otros cinco estaban conformados por su propia hija Jules, que con ocho años ya comenzaba a mostrar su potencial como origen, Blake también de ocho años un poco retraído y tímido, y los más pequeños, Miles, Lance y Raphael, los tres siendo solo unos bebes de cuatro años que recién habían atravesado su cambio con solo unas semanas de diferencias.
El cambio de Miles había sido particularmente difícil, Caleb aún lo recordaba con mucho dolor, incluso había considerado la idea de olvidarse de sus planes y correr hacia sus hermanos, especialmente para que Raven lo ayudara con el cambio de Miles, porque había pensado que él bebe no sobreviviría y moriría en sus brazos.
Era un recuerdo muy traumático y desgarrador.
Sin embargo, por pura fuerza de voluntad, Miles se había aferrado a su vida y había atravesado su difícil cambio sin que le dejara ninguna secuela.
Prácticamente había sido un milagro y él estaba muy feliz por ello.
Cuando sus hermanos había conocido a los niños, se habían enamorado de todos ellos, más al ver sus impactantes ojos lavandas, que dejaban en evidencia su herencia.
—Wow, no puedo creerlo, es una maravilla —susurró Faith mientras los veía jugar, sus ojos llenos de asombro.
—Desde que supe lo que era, nunca imagine que conocería a tantas personas como yo —respondió Raven, incapaz de ocultar la emoción en su voz.
—¿Dónde están sus padres? —Pregunto Oliver mientras sostenía a su pequeño hijo en sus brazos—. Todos son muy jóvenes, son unos bebes.
—Ninguno tiene padres… están muertos —confesó Caleb con un sentimiento de pesar—. A Blake, Lance y Raphael los rescatamos de las manadas que Jasson atacaba, sus padres no sobrevivieron. Esas manadas habían tratado de ocultarlos lo más que pudieron y eso fue lo que les permitió sobrevivir hasta que nosotros llegábamos.
—Como Keaton —dijo Raven—. Scott y Clark lo rescataron de una situación así.
—Así es, los he estado rescatando desde hace unos años, solo Miles y Spencer tienen historias diferentes.
—¿Qué sucedió con ellos? —pregunto Faith con curiosidad.
—Spencer nació en nuestra manada, es medio hermano de Wade, sin embargo, su padre humano fue asesinado por miembros de la manada, y a su madre la mate yo —confesó Caleb con voz gruesa, no con culpa por haberla matado, sino con resentimiento por todo el daño que hizo esa mujer antes de que pudieran ponerle fin—. Él ha estado siempre a mi lado, fue al primero al que ayude con su cambio y fue el propulsor de todo este movimiento.
Sus hermanos lo miraron con sus cejas alzadas y con miradas cuestionadoras, sin embargo, él solo suspiró y negó con la cabeza.
—Es… un asunto para más adelante porque involucra a más personas de las que me gustaría —sentenció Caleb—. Es un tema bastante delicado.
—Está bien… entonces, ¿Cuál es la historia de Miles? —preguntó Raven, decidiendo obviar todo lo demás.
—A Miles lo abandonaron en un baño del centro comercial de una gran ciudad cuando tenía un años, no se quiénes fueron sus padres pero sospecho que su madre era una humana que murió en el parto y su padre un cambiaformas que huyo. Creo que cuando su madre murió, él quedo a cargo de malas personas que lo abandonaron cuando no querían seguir cuidándolo —dijo Caleb mientras miraba con aprensión al pequeño niño que jugaba en silencio en un rincón—. Yo fui a buscarlo, y está conmigo desde entonces, su cambio además fue muy difícil, tanto, que creí que no sobreviviría, eso, sumado a su trauma del abandono, lo han hecho que sea un niño muy retraído y ensimismado, me cuesta mucho sacarlo de su zona de confort.
Todos ellos tenían historias de vida muy trágicas, y todos crecerían sabiendo que sus padres estaban muertos o no los querían, lo que además los había motivado a formar lazos fraternales entre ellos en un esfuerzo por sentirse conectados a algo, a alguien.
Él podía entenderlos muy bien, después de todo, también había sido ese niño que se sentía abandonado y no amado, completamente solo en un sitio donde no era querido. Por eso Caleb se esforzaba tanto por darles todo el amor que pudiera y por suplir todas sus necesidades, tanto económicas como emocionales, para que no crecieran con los mismos traumas con los que había crecido él hasta que supo toda la verdad.
Esos niños eran su familia, y él solo quería lo mejor para ellos.
—Hola pequeño bebe ¿puedo jugar contigo?
La voz suave y apacible de Raven saco a Caleb de sus pensamientos y dirigió su mirada hacia donde su hermano se encontraba.
Raven estaba sentado en cuclillas al lado de Miles, con una suave sonrisa en sus labios, mientras miraba al niño que se había retirado más hacia su rincón.
Raven no se desilusiono con eso, y en su lugar, alargo la mano, sosteniendo un pequeño auto de juguete.
—¿Quieres jugar con esto? —pregunto mientras lo ponía en el suelo frente a Miles.
El niño simplemente lo observo en silencio, con sus ojos lavandas pesados y sospechosos. Sin embargo, después de una pausa, Miles alargo su pequeña manito y tomo el auto.
—Gracias —murmuró tan bajito que casi no se le pudo escuchar, aun así, cuando todos lo escucharon comenzaron a sonreír con ternura.
—De nada, eres un niño bastante educado ¿Cómo te llamas? —le pregunto Raven con suavidad.
—Miles —respondió con su cabeza agachada mientras hacía rodar el carrito, sin embargo, Caleb podía notar que Miles observaba atentamente a Raven a través de sus pestañas.
Caleb estaba maravillado, pocas veces Miles era tan abierto con los extraños, la mayor parte del tiempo eligiendo retirarse o ignorarlos sin importar cuanto le hablaran o le convencieran. Él sospechaba que quizás se debía a la voz calmante de Raven.
—Oh, qué lindo nombre, yo me llamo Raven —continuó su hermano con el mismo tono—. Dime, Miles ¿quieres ver algo de magia?
Esta vez Miles no respondió verbalmente, sin embargo, mostro su acuerdo con un asentimiento de cabeza.
—Está bien, mírame y no te lo pierdas —comenzó Raven mientras alargaba su mano.
Con los ojos de Miles fijos en él, Raven alargó su mano y con un suave movimiento de sus dedos, hizo aparecer sobre el centro de su palma, un pequeño pajarito de color negro muy alegre y vivaz que se movía de un lado para el otro en su mano.
Los ojos de Miles estaban maravillados, su pequeña boca abierta en una “o” mientras lo observaba. Su emoción atrajo la atención de los demás, quienes rápidamente se acercaron a Raven mientras lo observaban realizar actos tras actos de magia.
Caleb estaba maravillado, observando como su hermano se había ganado a los niños tan rápidamente.
Él miró a Faith y Oliver con una sonrisa en sus labios.
—A pesar de lo terco que es, Raven está listo para ser padre, al igual que Sebastián —dijo Caleb mientras los tres lo observaban ser rodeado por niños emocionados y contentos—. Ambos tienen un don nato para cuidar de los demás, y tienen mucho amor y comprensión para compartir.
—Sí, su amor es muy incondicional —estuvo de acuerdo Faith con una gran sonrisa en sus labios—. Siempre le he dicho que sería un padre estupendo, pero tanto él como Sebastián tienen un equipaje muy pesado del cual les ha costado desprenderse.
Ninguno dijo nada más después de eso, simplemente se dedicaron a observar, viendo al más rudo de ellos, ser adorado por un grupo de bebes.
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El Destino de Morgan. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 4. LGBTQ+
ParanormalLibro #4 de una serie de libros de temática homoérotica paranormal. La serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses trata sobre un grupo de personas que luchan por salvar su mundo a la vez que descubren el amor y todo el dolor y la felicidad que eso...