"El mundo nos rompe a todos, más después, algunos se vuelven fuertes en los lugares rotos."
Ernest Hemingway
Fotografías. Gran manera de inmortalizar momentos, de detener el tiempo en la sonrisa justa o en el paisaje que quizás no se vuelva a repetir. De reavivar sensaciones con sólo admirar una imagen.
Lugares, personas, situaciones; todas eran tan diferentes y únicas al mismo tiempo. Eran una ventana hacia el pasado, acompañadas de moralejas para el futuro; como decía Saint Exupery: lo esencial es invisible a los ojos.
Siempre había buscado la manera de plasmar, además de recuerdos, su esencia. Una parte de Marizza estaba en cada una de esas imágenes que adornaban las paredes de su habitación, pintadas en color lila. Todas y cada una habían sido tomadas con genuina pasión, con amor.
Luego de tomar una larga ducha, se dispuso a desarmar su valija. Su plan era dormir, pero el jet lag se hizo presente complicando la situación; se sentía tan extraño volver, estar rodeada de sus afectos, estar nuevamente en su habitación luego de vagar por diversos hoteles y algún que otro hostel, pero sin duda era agradable.
Incluso hasta se había alegrado de ver a Manuel, el novio de su hermana, con el que nunca había tenido mucho trato.
Reencontrarse con sus cosas, con sus recuerdos de la adolescencia, la llenaba de nostalgia y se sentía realmente bien de estar allí. Sonrió al notar que su madre nunca fue capaz de remodelar ni de sacar las luces navideñas que decoraban la cabecera de su cama. Incluso hasta se mantenían sus sábanas floreadas; hacia tanto que no dormia alli, pero todo estaba tal cual ella lo había decorado al volver a vivir a Buenos Aires.
Todo estaba tan cual ella lo recordaba.-¿Helado? .- El rostro de Luján se asomó por la puerta, agitando un pote en su mano.
Marizza aceptó con una sonrisa, dejando el equipaje a un lado y echándose en la cama.
-Así que... ¿cómo estuvo España? ¿donde estuviste? .- preguntó Luján acomodandose junto a ella y extendiendo una cuchara.
- Un poco acá, un poco allá... ya sabes.- respondió con simpleza saboreando el helado de limón.- la verdad mejor de lo que esperaba, fue bueno despejarme y es hermoso todo lo que hay por conocer, por aprender...
- ¿No te vas a volver a ir no?.
Soltó una risa suave.- ¿la verdad? No se, por el momento me voy a quedar acá hasta el casamiento de Mía, después... no se.- confesó pensativa.- vos sabes que yo siempre soñé con viajar, salir de esta ciudad y vivir sin ataduras pero tambien se siente lindo volver y estar con las personas que uno ama... sobretodo después de lo de Simón.
-Osea que lograste superarlo.
- No se si superar es la palabra, pero me siento mejor. Realmente me sirvió estar lejos, volver a conectar conmigo... es como si hubiera vuelto la Marizza de antes ¿entendes?
- Me encanta escuchar eso.- dijo animadamente, abrazandola por sus hombros.- no mereces todo el sufrimiento que te causo ese infeliz. Te juro que si lo vuelvo a ver, le voy a bajar todos los dientes.
- Bueno pero cambiando de tema.- interrumpió bruscamente Marizza tomando el helado y la señaló con la cuchara.- ¿qué fue lo que pasó con Marcos? ¿Por qué cortaron?
La expresión de Luján se tornó algo seria y su cuerpo se tenso; no sabía si aún estaba lista para hablar sobre ello... para hablar sobre la verdad.
- Ya no coincidimos.- dijo sin más.- y cuando eso pasa es muy difícil seguir ¿sabes? Yo estoy bien con la carrera que elegí, con mi equipo, con mi trabajo... no tengo tiempo para forzar una relación que no tiene futuro ni tampoco quiero hacerle pasar un mal momento a él. Marcos se merece otra cosa.
- ¿Y estás bien con vos? .- preguntó con mirada interrogante.
- Si, yo estoy bárbara...
- ¿De qué hablan? .- interrumpió alegremente Mía, posicionandose en medio de ambas y quitándole la cuchara a Marizza.
- Hey, es mía.- protestó.
- Podemos compartir, a menos que hayas traído algún virus extraño desde Europa.
Ésta a modo de respuesta sólo le enseñó su dedo medio.- estábamos hablando de Luji y su repentina separación.- respondió volviendo a tomar la cuchara.
- Se veían tan lindos.- recordó con nostalgia, ganándose una mirada de reproche.- pero hay que seguir adelante ¿No? alguien mejor va a llegar a tu vida, estoy segura.- animó
Luján sonrió.- por el momento estoy bien.
-Quiero que cuentes todo.- pidió Mía con emoción haciendo énfasis en la última palabra.- ¿qué hiciste? ¿con quién estuviste? ¿donde dormías? ¿compraste mucha ropa?.
- Hablábamos casi todos los días, Mía. Ya sabes lo que hice.- dijo concentrada en el helado de chocolate.
- Si, pero quiero más detalles. Es diferente estando juntas.- explicó.- ¿estuviste con alguien, no?.- lanzó una mirada pícara.
- Mejor dicho, con cuántos estuviste.- corrigió divertida Luján, ganándose un golpe en su hombro.
- No fueron tantos.- protestó ofendida.- no soy bombacha veloz.
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𝑬𝒍 𝑯𝒊𝒍𝒐 𝑹𝒐𝒋𝒐 {𝑷𝒂𝒃𝒍𝒊𝒛𝒛𝒂}
Fanfic"...Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia..." 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗽𝘂𝗯...