Capitulo 4: Selene, Detente.

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Estoy buscando a la guardiana del Olimpo!- gritó el dios Zeus al llegar al campamento. Su voz resonó por todo el lugar. Fuerte. Demandante. Digna del rey de los cielos. El dios observó el lugar y miró con rabia hacia la colina al distinguir las coloridas mechas de la chica en la lejanía.

Lo que el no sabía era lo peligrosa que sería su visita.

La chica le miró con una furia digna de Hades. No pensaba que el mismísimo Zeus se le ocurriera venir al campamento luego de lo que había hecho.

Voló más rápido que una bala usando sus poderes y aterrizo enfrente de él causando un estruendo. Mirándolo con sus ojos multicolores. Apunto de explotar en rabia, se acercó al rey de los cielos y con una voz poderosa que revelaba la rabia contenida le habló.

-Como si quiera tienes el decoro de venir a aquí por mi? Como te atreves siquiera a hablarme después de lo que hiciste?- escupió con molestia. El rey de los cielos la miró con rabia. Una rabia que normalmente asustaría hasta a los demás dioses, pero no a ella.

-No te atrevas a hablarme así, aún sigo siendo el que manda aquí- respondió él. Parecía una guerra para ver quien perdía el autocontrol más rápido.

-Perdí todo respeto por ti desde que me enteré que me mentiste!- le gritó la chica. Los ojos del dios centelleaban de furia, pero eso a ella no le intimidó.

-Te mentí porque podía hacerlo. No me arriesgaré a perder a mi guardiana sólo por un chico!- le gritó de vuelta. Ahora fueron los ojos de la chica de las mechas que brillaron, la diferencia fue, que hasta al dios le dio miedo su mirada.

Los ojos de Selene destellaban de odio.

-No tenías, tienes ni tendrás derecho alguna vez de controlar mi vida. No en lo que consta a Él. Demonios Zeus! Tu estuviste cuando me enteré de lo que habías hecho, y ahora es que me doy cuenta de que a Él no le ocurrió nada?! Que no fue suficiente con mirarme caer? Qué demonios pasaba por tu mente cuando se te ocurrió ocultarme algo que sabías que no podías controlar?- le dijo entre dientes. Zeus había hecho muchas cosas en contra de ella antes, pero lo que hizo, era demasiado esa vez.

Era hora de que alguien le parara los pies.

-Todo termino, Selene! Él ya creció, y no tendrás el tiempo suficiente con él para que todo funcione. No sí puedo evitarlo. Por qué no dejas este drama y vuelves a casa? No es como que sea la primera vez que estas molesta- le respondió el dios. La lucha entre la chica y el rey era presenciada por todo el campamento. Ya Dionisio se encontraba allí, y el centauro Quirón sólo esperaba que no ocurriera lo inevitable.

-Nunca voy volver! Me voy a quedar aquí te guste o no. Me ganare su confianza y recuperare lo que me quitaste- formo una sonrisa burlona- Estoy segura de que ya escuchaste la profecía, el gran y todopoderoso Zeus arriesgándose a perder su precioso Olimpo?- le retó con su furia ya en su punto más alto. Era inaudito que, después de todo lo que hizo, aún quisiera controlar su vida.

Pues Selene decidió que eso ya no sería así.

Se separó del rey y comenzó a caminar hacia el bosque, cuando una mano sosteniendo con fuerza su brazo la detuvo.

Volteó rápidamente, observando al rey de los cielos con ojos rojos por la rabia contenida. El rey ocultó su miedo, pero ella sabía que estaba allí. Una Selene molesta podía causar muchos problemas.

Ella se libró de su agarre y lo miró fríamente.

-Zeus...- dijo Selene advirtiéndole.

-Tu no me quitarás mi reino. Volverás al Olimpo y seguirás haciendo tu trabajo, entendiste?!- le gritó.

Selene no aguantó más.

-Ya no me mandas. Yo, Selene, renunció como guardiana del Olimpo y elijo el campamento mestizo como mi nuevo hogar. El campamento mestizo se encuentra bajo mi protección y cualquiera que lo amenace tendrá que responder a mi. Lo juro por el río Estigio- un trueno resonó a lo lejos en cuanto termino. Rachel, Quirón y el dios la miraron estupefactos. Y con razón.

Acababa de renunciar a la inmortalidad.

-Tu... Tu no...- Selene interrumpió al dios

-No que? Ya no me mandas Zeus, ahora mejor alejate. He estado molesta antes pero esta vez estoy furiosa- El dios la miró furioso y le gritó.

-LO MATARÉ- Selene olvidó su autocontrol.

Se elevó en el aire, creando una burbuja de poder alrededor de ella. Todo a su alrededor se agitó. La naturaleza empezó una lucha consigo misma. El viento, el fuego, la tierra, el mar, la magia, el sol. Todo se encontraba en descontrol.

Y los ojos de Selene eran odio en su estado más puro.

Apolo, Artemisa, Atenea, Ares, Hermes, Afrodita y Hefesto aparecieron en el acto. Gritaron su nombre e intentaron controlarla, pero no había nada que pudieran hacer.

Selene bloqueó todo contacto con el mundo exterior. El odio que sentía la consumía y su conciencia estaba apagada.

Quirón y los campistas intentaban mantener el orden, pero no era una tarea fácil.

La chica era peor que el mismísimo Tifón.

Nico di Angelo observaba todo desde la entrada del campamento mestizo. Sentía que debía hacer algo pero no creía que algo que él hiciera pudiera ayudar. Ningún campista estaba siendo dañado pero los dioses estaban siendo lanzados por todo el lugar, no importaba si los campistas querían ayudar. Estaban encerrados en una burbuja. Los dioses estaban solos.

Sin embargo cerró los ojos y su mente actuó por sí sola.

"Selene" empezó a pensar "Aunque me encantaría que destruyeras a Zeus, ya que no es mi dios favorito, deberías detenerte. Proteges tu hogar no es cierto? El campamento quedará destruido a este paso" Nico no sabía si estaba ayudando, pero al ver como los labios de la chica en el aire se movían se fijó más en ella.

Su cabello se había vuelto más colorido de lo normal, todo a su alrededor brillaba. El viento de la tormenta le movía el cabello y el vestido, casi en sincronía.

Volvió la vista a sus labios y entendió lo que decían.

'Nico'.

El no sabía qué significaba, pero entendió que la chica de las mechas le estaba escuchando. Él podía salvar a los dioses, y sin importar que tentador era dejarlos por sí solos un rato más, debía hacer lo correcto. 

A regañadientes, cerró los ojos de nuevo. "Selene" dijo concentrándose en sonar autoritario, "Detente".

Y todo acabó.

La chica se desplomó en el suelo y Apolo corrió a ayudarla. Todo había vuelto a la calma y Nico desapareció entre las sombras.

Zeus desapareció también. Y los demás dioses al comprobar que la chica estaba bien, también se fueron.

El rey de los cielos llegó a su casa con un solo pensamiento en mente.

Su propia arma le había declarado la guerra.

Y tenía a todos los dioses y héroes de su lado.

Sky's Nightmare (Nico di Angelo) - Saga  Unknown. Book 1. [Terminada/En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora