Vuelve a empezar

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Mikey leyó la última carta y cubrió su rostro con las manos. Se echó a llorar sobre un colchón vacío con fotos de él y su hermano pegadas en la habitación. Y de sus ojos escurrieron los mares y los ríos enteros. Y de su corazón se ahogaron tantos sentimientos que quedaron muertos, tan muertos como su hermano.

Ahora Frank también lo estaba.

Se cubrió los ojos con los dedos y el corazón le oprimió el pecho.

Y se rompió.

Se quebró ahí, en medio de una vieja habitación, estallando en miles de pedacitos. Se quebró tanto que nadie nunca más podría siquiera intentar repararlo. Escuchó sus propios gritos como si no fueran suyos, le desgarraron el alma y le quebraron la coherencia. Se desangró de memorias rotas y recuerdos hechos añicos, golpeando las paredes como sí así él también pudiera desaparecer.

Porque estaba harto, muy harto.

¿Por qué estás tan harto, Mikey?

¿Por qué crees que es injusto?

Nadie dijo que la vida fuera justa, y como la vida es muerte, la muerte tampoco lo es.

¿Te duele, Mikey?

¿Qué tanto?

¿Lo suficiente como para llamar a mamá y decirle que no estás bien? ¿Qué nunca vas a estarlo? ¿Por qué estás llorando, Mikey? ¿Mamá no te contesta?

Tienes miedo de quedarte solo, porque ahora los demonios de tu hermano te están escalando por la pierna.

¿Lo apuestas, Mikey? Yo apuesto a que te arrepientes.

¿De qué te arrepientes, Mikey? Si tú siempre fuiste un buen hermano.

¿Te arrepientes de haberle gritado? No, no llores… Tú también estabas llorando, no es tu culpa que tu padre haya sido un maldito bastado por el cual Gerard estaba así.

No tienes la culpa ni de la depresión, ni de del síndrome, ni del retraso, y mucho menos tienes la culpa de que el corazón de Frank haya terminado por fallar esta noche.

Y vuelve a sonar el teléfono y nadie contesta, y vuelves a escuchar tus gritos y quieres gritar para que se callen.

¿Por qué no se callan?

¿Por qué te abrazas, Mikey? ¿Por qué lloras? Esa nota arriba de las cartas de Frank dice que Gerard le pidió que te dijera cuánto te ama.

¿Acaso no le crees? Gerard te ama. Lo sigue haciendo.

No sigas golpeando a la pared, Mikey, o escucharán los vecinos.

No sigas golpeando a la pared, Mikey, o seguirás sangrando hasta no poder detenerlo.

No sigas escuchando, Mikey, que los demonios que han estado esperando debajo de la cama de Gerard ahora vienen por ti.

¿Por qué vienen por ti?

No sigas llorando, Mikey, que tu hermano no quiere verte triste.

No sigas llorando, Mikey, que lo estás poniendo triste.

Y él no quiere que estés triste.

¿Me has escuchado, Mikey?

Porfavor… deja de llorar.

Porfavor…

Buenas noches a ti también, pequeño hermano.

Buenas noches, Gerard  [Frerard]  HLYBN2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora