Capítulo 22.-

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Hoy era un día especial para la Omega, hoy Momo cumplía años, 23 para ser exactos y la menor le tenía una sorpresa. Un pastel de chocolate echo por ella misma, tal vez no era el mejor de todos pero lo había echo con cariño para ella.
Ese día no habían tenido clases, pues un chico se había convertido en lobo, algo que agradecía la Omega pues así estaría todo el día junto a su Alfa.

SunHee: cielo, ¿Segura qué no quieres que te ayude? —Preguntó la Omega mayor al ver el trabajo que le costaba a su hija llevar el pastel— ¿O qué Kook te ayude con eso?

______: estoy bien, mamá, no te preocupes —Dijo la menor tomando sus llaves, cosa que casi hace que el pastel caiga a no ser de la ayuda de JungKook, quien ayudó a su hermana con eso—

JungKook: seguramente este pastel no llegará con vida a la casa de Momo —Se burló el Alfa menor—

______: ¿Sabes algo?.... Ayúdame, al menos ¿Me dejas en el parque de flores de cerezo? —Dijo su hermana tratando de equilibrar aquel pastel de chocolate— 

JungKook: te estabas tardando —Y con esto, el Alfa tomó las llaves del auto para hacer lo que su hermana le pidió, pues aunque no lo parezca JungKook quería mucho a su hermana, era como su vida, pero eso se verá después— después vengo mamá, seguramente la enana se quedará con Momo.

SunHee: ay, ustedes dos... Se van con cuidado —Dijo la Omega pelinegra mientras veía como su hijo se subía al auto—

______: tranquila mamá, no dejaré que choque como el otro día —Comentó con burla la menor a lo que como respuesta su mamá negó con una sonrisa— te quiero, nos vemos después —La Omega se despidió de la mayor con un beso en la mejilla y procedió a subir a aquel auto blanco en el asiento del copiloto—

JungKook: Damas y caballeros... Bueno... Dama, nos dirigimos a Yeouido Park, ajuste su cinturón —La Omega no pudo evitar reír ante el juego de su hermano, era una costumbre que siempre que él manejaba hiciera eso pero no le dejaba de parecer gracioso. Ante la risa de su hermana, el mayor también soltó unas risas y así comenzó a conducir, para dirigirse a aquel parque de cerezos—

Pasaron unos minutos para que llegaran a su destino, pero en esos minutos ambos hermanos se divertían cantando las canciones que a ambos les gustaban. Hacía mucho que ya no salían o se divertían por lo menos unos minutos así. Ambos cantaban hakuna matata como si fuera su última vez juntos, pues era una canción que de pequeños les encantaba cantar en pareja al ver la película. Aquellos momentos hermosos entre hermanos tuvieron que acabar, puesto que ya habían llegando a su destino.

JungKook: damas y caballeros, digo, dama, hemos llegado a su destino, esperamos que haya disfrutado de su estancia y vuelva pronto

_____: tonto —Ambos hermanos rieron—

JungKook: guárdame un pedazo de pastel —Dijo mientras hacia un leve puchero con sus labios. La Omega asintió un par de veces, se despidió de su hermano y bajó del auto para comenzar a buscar un lugar en dónde descansar, pues ahora la casa de Momo le quedaba un poco más cerca, pero quería descansar de todas las risas que su hermano le causo en camino a ese lugar—

La Omega encontró un lugar, justo en donde había caso su primer beso con Momo. Al recordarlo, el lobo de la chica no pudo evitar aullar de la felicidad, pero unas risas lo detuvieron y este comenzó a preocuparse. La Omega, extrañada, volteo a donde provenían aquellas risas y ahí pudo divisar a Momo junto a otra chica. Esta lucía muy hermosa, llevaba un croptop negro dejando ver su abdomen, también unos shorts blancos que le llegaban a los muslos. Esta chica era alta, incluso más alta que Momo, con cabello negro largo y lacio, junto con un maquillaje natural que le lucia increíble. Era muy bella, si decimos la verdad. Esta chica estaba riéndose junto a Momo, quien no había notado la presencia de su novia. La Omega se quedó mirando la escena, ambas chicas conversaban y reían como si se conocieran de años, de un momento a otro, la chica desconocida le dijo algo a la más baja, por lo que la misma se lanzó a abrazarla.

Ya harta de ver la escena, la Omega se levantó de ahí, no quería pensar en algo malo, apenas llevaban 5 meses de relación, pero con aquella chica linda como "rival" no podía evitar pensar lo peor.

La chica, con algo de dificultad, se levantó de su asiento y caminó hacia la casa de Momo, quien claramente no estaría ahí, pero no la dejaría sin regalo de cumpleaños. Al llegar ahí toco el timbre, y a los pocos momentos, Jimin apareció con su sonrisa encantadora como siempre.

Jimin: hola, linda ¿Sucede algo? —Dijo el Omega mientras miraba a su nuera con una sonrisa en la cara, le alegraba volver a verla de nuevo—

______: hola, papá Jimin, Eh... Vengo a dejarle esto a Momo —La Omega señaló el pastel que traía en las manos—

Jimin: oh, ella no está ahora pero ¿gustas pasar? —Dijo Jimin mientras se hacía a un lado para dejar pasar a la chica pero esta se negó—

______: gracias, pero no gracias, sólo quería pasar a dejárselo... Ah, y ¿podría decirle que no vine, por favor?

Jimin: ¿pelearon?

______: ah, no, no, yo vengo despu..... —El mayor no dejó que terminara su frase—

Jimin: no te preocupes, yo le digo que es de nuestra parte —Dijo para consolarla, sospechaba que tal vez ellas no estarían bien, pero eso lo discutiría después con Momo—

______: ah, muchas gracias, papá Jimin —Dijo la Omega soltando un suspiro de alivio, de verdad que amaba a Jimin como a su propia madre—

Jimin: no te preocupes, pequeña, no vemos luego entonces —Dijo el mayor recibiendo el pastel de chocolate—

______: claro, hasta luego —Y con esto, la Omega se fue de ahí con unas horribles ganas de llorar, pero tenía que aguantar, al menos hasta estar en su casa—

Cookies and Cream |•Hirai Momo;모모 히라이•  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora