Mulligan Goblin Slayer

Capitulo 9

Mulligan - Capítulo 9

De pie en silencio y temblando, se podía ver la diminuta forma de un joven de cabello plateado con la cabeza inclinada hacia el suelo mientras los dos hombres que tenía delante hablaban. Uno de ellos, que era solo un poco más alto que el joven, era un ñandú viejo con dientes desiguales y ojos de color lechoso. Unos pocos mechones de cabello cubrían su cabeza, la mayor parte estaba centralizada en el parche de cabra que cubría su barbilla y el cabello en sus mejillas que se asemejaba a bigotes. Su atuendo era simple y se podía ver a la mayoría de los aldeanos usando, aunque la bufanda con dibujos intrincados y la capa de paja rompieron la ilusión de que él tenía ese estilo de vida. El ñandú se volvió para burlarse del niño parado frente a él, riendo de una manera bastante sádica mientras recordaba y contaba la bravuconería del niño de una manera burlona. Todas sus palabras, sus proclamas, su meta,

"¿Por qué no saltaste y golpeaste a los goblins? ¿Por qué no agarraste a tu hermana y te escapaste? No es porque eras impotente, ¡es porque eliges no hacer nada! ¿Crees que ganar un poquito de poder? ¿te dejará vengarte? ¡No vales nada sin él, estarás con él! " Gritó el ñandú mientras el joven temblaba en una mezcla de autodesprecio, ira y desesperanza, el ñandú simplemente se reía más fuerte del lenguaje corporal del niño.

"¿Es este el chico?" Preguntó el otro hombre en un tono intrigado, el ñandú se volvió para burlarse de él mientras asentía con la cabeza.

"¡Kekeke! ¡Se parece a ti, una existencia miserable los dos! ¡Uno es un monstruo creado por el hombre y el otro un cachorro sin valor!" Se rió el ñandú cuando el hombre sonrió levemente ante la evaluación bastante acertada, escaneando al chico de la cabeza a los pies antes de asentir con la cabeza.

El otro hombre era mucho más alto que cualquiera de los dos que se encontraban actualmente en la cueva con él, siendo casi el doble, si no más, de la altura del niño. Una cabeza de cabello blanco como la nieve con penetrantes ojos ámbar y bigote y barba a juego, tenía una cicatriz de aspecto horrible que marcaba el lado izquierdo de su rostro que parecía como si hubiera sido cortado por una bestia. Con una capa ligera, cubría un cuerpo bien musculoso vestido con un conjunto de armadura de aspecto medio a claro, una mezcla de cuero azul oscuro y marrón que creaba un agradable contraste para los ojos. Pero lo más inquietante del hombre era el amuleto de aspecto espeluznante que descansaba alrededor de su cuello, siendo la cabeza oxidada de una bestia parecida a un lobo con ojos carmesí descoloridos. Había algo mal con esa pieza de plata oxidada, algo que parecía profano y malvado,

"Tienes razón, él no vale nada. Pero yo también". Comentó el hombre mientras el chico se ponía un poco rígido ante sus palabras, estirando la cabeza rígidamente para encontrarse con el hombre mientras una sonrisa de aspecto bastante vicioso descansaba sobre él.

"No voy a prometer nada, muchacho. Pero debes saber esto. El tiempo devora los recuerdos, los distorsiona. A veces solo recordamos lo bueno ... A veces solo lo malo. Si quieres que te entrene, tenías mejor no te olvides de por qué decidiste coger una espada. ¿Y sabes por qué? " Preguntó el hombre mientras el chico negaba con la cabeza en sentido negativo, la crueldad en el rostro del hombre parecía crecer mientras se inclinaba y miraba lascivamente al joven.

"Me he encontrado con dilemas todo el tiempo, muchacho. Situaciones en las que es difícil hacer juicios, difícil saber qué está bien o qué está mal, tomar una decisión importante en una fracción de segundo. Pero lo que decidiste hacer con tu hermana y el duendes que la atacaron, ese no era uno de ellos. Me disgustas. Y mereces morir ". Se burló el hombre con una voz vacía de cualquier cosa que no fuera disgusto y aversión, el chico sintió que todos los rastros de sentimiento se desvanecían de su cuerpo cuando el ñandú se rió a carcajadas del rostro roto frente a él.