Maybe

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Canción:  Maybe- James Arthur

Toshinori esperaba afuera de la estación de trenes, llevaba casi una hora esperando. Tenía en la mano un café que ya se había enfriado, no era para él si no para quién se supone llegaría a verlo después de varios días sin encontrarse.

Ya había mandado mensajes e incluso llamado, pero mandaba directamente a buzón. No sabía que estaba pasando y eso lo ponía mucho más nervioso.

Tampoco sabía de donde venía su compañero, pues la ubicación de la misión era secreta y mucho menos sabía que era lo que le estaba tomando tanto tiempo, su mente no dejaba de mostrarle escenarios catastróficos que solo aumentaban su inquietud.

La gente lo miraba con extrañeza y no los culpaba pues era conciente que lucía bastante sospechoso, un esqueleto moribundo que desde hace rato no se movía del lugar y no dejaba de buscar algo entre la gente. Pero ¿acaso podían juzgarlo?

Nunca antes había estado más seguro de lo que sentía hasta que estuvo a punto de morir y decidió no hacerlo; él lo había ayudado a no sentirse tan culpable por no poder salvar a nadie, estar con Aizawa era real, no había duda al respecto y eso le daba seguridad y ganas de esforzarse por suguir viviendo.

Estaba a punto de darse la vuelta hacía la estación de policía y reportar la desaparición de su compañero cuando entre la multitud, saliendo entre el mar de gente que bajaba del vagón, percibió una despeinada y negra cabellera que escondía su cara entre una gruesa bufanda, pudo haberlo pasado por alto de no ser porque junto a él, su ruidoso y rubio amigo se hacía escuchar entre toda la multitud.

La expresión de Toshinori cambió completamente. Había esperado porder encontrarse con el azabache y poder disfrutar de un rato juntos, solo ellos dos.

—¡¡¡Ooooi Golden Boy!!! Aquí estamos

—Perdón por tardar, Hizashi pensó que era buena idea ir a comer antes de abordar y perdimos el tren. Lamento si te preocupé.

—No hay problema, no estaba preocupado, me entretuve viendo a todos pasar y contando los trenes que llegaban.

Aunque lo dijo con una sonrisa sus ojos no podían mentir, al menos no frente Aizawa quien lo miró no muy convencido.

—De acuerdo... ¿ese café es para mi?

—Oh si, lo era pero ya está frío, deja que te compre otro.

—¡El mío que sea americano!

Aizawa aceptó, lo habría tomado así, de todas formas el rubio ya lo había comprado y sería un desperdicio tirarlo, pero le gustaba cuando el mayor era tan caballeroso e intentaba inútilmente ocultar su preocupación. 

Aún recordaba la primera vez que Yagi había llegado frente a él, con sus  ojos malditamente azules y su cara avergonzada, ofreciendo un café a cambio de que lo ayudara a preparar  mejor las clases para sus alumnos. Y aunque Aizawa había puesto cara de desaprobación ante su falta de habilidad, desde el principio había aceptado por el simple hecho de que el novato profesor se había atrevido a preguntarle.

Cuando comenzaron a salir, Yagi le prometió que nunca rompería su corazón pero el pelinegro no estaba tan seguro de eso, era consciente de la mala salud del retirado héroe y aunque hubiera decidido vivir, sabía que no siempre se podía elegir la forma de morir. No quería que Eri se encariñara y tampoco quería encariñarse él, pero era inegable que se sentía absolutamente cómodo al lado del mayor, que de repente se descubría pensando en él o que verlo esforzarse por el bien de sus alumnos lo había conmovido.


Ya habían pasado varios meses de que esas salidas fuera de lo profesional hubieran comenzado y el rubio se seguía preguntando si era demasiado pronto para decir que se estaba enamorando.

Quería llevarlo con calma, pero él mismo se lo hacía difícil. Su corazón le hacía creer que de alguna manera siempre estuvieron destinados a conocerse y ahora que lo habían hecho las circunstancias no eran las mejores, aún así estaba decidido en aprovechar el tiempo.

Pero en esos meses Toshinori siempre encontraba un problema. No era que el pelinegro se mostrara poco afectivo o que pocas veces pudieran salir en público, no... era el amigo en común que siempre aparecía en los momentos menos indicados. ¿Acaso era una locura que le dijera que se fuera a su casa? Así podrían estar los dos solos.

Enamorandose mutuamente esa noche, quizá prometiendo pasar el resto de sus vidas como uno solo. Imaginarlo lograba sacar una genuina sonrisa en la cara sonrojada del mayor.

En el tiempo que esperó por el café pensó seriamente en que tan factible sería tomar la mano de Aizawa y hacer que fuera con él, lejos de todo el ruido e impurezas de la cuidad y por supuesto, de su amigo que últimamente parecía estar pegado al menor hasta para ir al baño. Rápidamente desechó esa idea, aunque quería estar con Aizawa no parecía correcto hacer a un lado a Hizashi de esa manera.

Además no era extraño que quisiera estar con su mejor amigo, ambos habían cursado en UA al mismo tiempo, su relación se podría considerar como la de hermanos.

Entendía por qué quería estar junto a Aizawa, era perfecto y no se refería únicamente a lo superficial, era perfecto para él porque funcionaban bien como una pareja, la química que compartían disipaba los miedos que pudieran haber en ambos, tanto Toshinori como Aizawa lo habían comprobado, simplemente no pudieron ignorar la presencia del otro despues de verse. Si, definitivamente ambos se estaban enamorando.

Asi que tal vez el destino de ambos se había sellado y si era de esa manera, estaba dispuesto a no dejarse vencer.

Pero entonces ¿Era una locura que le contara a su amigo sobre él, sobre su relación como tal?
Toshinori dudaba de que Aizawa no quisiera hacer pública su relación, no se refería a decirle a la prensa y con eso que todo el mundo se enterara, pero se sentiría bien no tener que ocultarse  frente a sus alumnos o compañeros de trabajo.

En una ocacion el pelinegro le dijo que el día que Hizashi se enterara seguramente lo amenazaría y bromearía al respecto, no estaba listo para aguantar a su enérgico amigo haciendo chistes de como había caído ante el símbolo de la paz. Mirándolo a los ojos, Toshinori le había asegurado que estaba dispuesto a pasar el momento y escuchar todas las burlas de su amigo, pues lo que sentía era real e iba muy en serio con él; Aizawa solo pudo sonrojarse y decir que dejara de ser tan cursi. Esa noche ambos fueron uno.

Pero volviendo al presente, ya con ambos cafés en la mano y sintiendo como su molestia y preocupación inicial se disipaba, miró desde lejos como el pelinegro golpeaba a su amigo y este solo se cubría riendo de lo que sea que haya dicho o hecho. Se podía ver su buena relación y por un momento fue él quien se sintió como un mal tercio.

—Aquí están, perdón por tardar pero había mucha gente.

Aizawa volteó a ver a su amigo como si quisiera decirle algo y Hizashi, para sorpresa del mayor, comenzó a despedirse de ambos alegando que tenía que prepararse para un evento en el que sería DJ la próxima semana.

—Bueno my friend, te dejo con nuestro "amigo", GRACIAS por el café.

Algo confundido Toshinori simplemente volteó a ver al menor con una genuina sonrisa, se sentía un poco culpable pero agradecía que el héroe de voz ésta vez decidiera dejarlos, no como las otras veces que tuvo que llevarlo a su departamento porque ambos, Aizawa y Hizashi, habían bebido de más. Ahora podía disfrutar de todo el día junto a su pareja.

—¿Nos vamos?

—Vamos

Aizawa lo tomó de la mano y la escondió en su chamarra mientras miraba a otro lado restandole importancia. Aunque Yagi estaba sorprendido no pudo evitar dejar salir una carcajada. ¡Diablos! realmente amaba a ese hombre y estaba dispuesto a esperar lo necesario para que los demás lo supieran.

|| Erasermigth || La-La-LaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora