Cap. 24

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"Antes de querer ayudar a alguien, pregúntale si esta dispuesto a renunciar a las cosas que le enfermaron" (Hipócrates)

Narra Luz

Es curioso como nuestra mente se las agrega para pensar las peores opciones, para hacernos creer que todo va a salir mal y impulsarnos a tomar decisiones pensando que son las correctas cuando no las son.

Me equivoque en pensar que si le contaba la verdad a Cameron las cosas solo iban a empeorar, no quería ver la lastima reflejada en sus ojos, pensé que si lo alejaba, el dolor iba a ser menor, las cosas no salieron como las había pensando, ahora me hace mucho sentido la frase que dice "Dios arruina tus planes cuando están por arruinarte a ti".

Ahora en mi habitación empiezo a ver las cosas con mejor claridad, he llegado desde el hospital hace unas horas, aunque realmente no estuve muy consiente de lo que ocurrió en ese tiempo, me he encontrado tan inmersa en mis pensamientos, tengo una sensación extraña inundándome el pecho.

Ciertamente también me preocupa Cameron no me imagino lo duro que debió ser para él, ver a su padre después de dos años y más aún recordando como fue que se vieron por ultima vez, su mirada se oscurece cada vez que habla de ello, puedo sentir el rencor, el dolor inundando su voz, el brillo en sus ojos desaparecen, Cameron a cargado con un peso en sus hombros que no le pertenecía, es tiempo que pueda soltarlo.

Por otro lado mis pensamientos se van, aunque intente evitarlo, hacia el asunto de mi enfermedad, por más que lo desee, me es imposible no sacar de mi cabeza la posibilidad de irme de aquí, hay muchas cosas que quiero hacer antes de partir de este mundo, siento que estoy en la cuerda floja, que cualquier paso en falso que de puede significar caer a un vacío, al cual no estoy preparada.

Mis pensamientos se interrumpen con el ruido de la puerta de mi habitación siendo tocada.

Se abre lentamente, dejándome ver la mitad del cuerpo de Rose, quien me regala una pequeña sonrisa la cual imito.

-Hola ¿puedo pasar?- la miro confundida, parece nerviosa como si temiera dar un paso en falso.

-¿Desde cuando pides permiso? ¿Quién eres y que hiciste con mi amiga lunática que salto encima de mi igual que un jugador de lucha libre?- digo sarcástica, soltando una carcajada.

-Arruinaste mi intento de cortesía- dice entrando a la habitación y sentándose al lado mío- ¿Cómo sigues?- me pregunta cambiando esa sonrisa con la cual llego por una mirada apagada.

-Si te refieres físicamente pues bien, no he tenido otra recaída después de la ultima vez, el doctor dijo que he estado avanzando bastante bien, ahora si te refieres al nivel de mi cabeza no lo se, parece que tengo un huracán azotándola.

-Me imagino que debe ser difícil, yo... quería disculparme contigo también- dice nerviosa retorciendo sus dedos.

-¿Disculparte? ¿Por qué?- pregunto confundida.

-Por como te trate el otro día cuando vine a tu casa y te llame egoísta, solo estaba enojada, pensaba que estabas dejándote caer a ese hoyo negro del cual tanto te costo salir, de verdad lamento haberte hecho sentir mal, la mitad de las cosas que dije fueron mentiras, me arrepentí apenas las dije- dice avergonzada bajando la cabeza evitando mi mirada.

-Rose tranquila, no tengo nada que disculparte, en realidad tienes razón solo estaba pensando en mí, en el dolor que yo estaba sintiendo que no me tome un minuto para pensar en lo que tú estabas siento, pensé que era mejor crear un escudo a mi alrededor para evitar que quienes quería terminaran lastimados y al final solo conseguí hacerles más daño, la que debería pedir disculpas soy yo, realmente lo siento por haberte hecho sentir así- lagrimas empiezan a rodar por mis mejillas al igual que en el rostro de Rose.

Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora