Cap. 22

5 1 0
                                    

"Deja de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegrías y paz" (Jorge Santamaria)

Narra Cameron

Me encontraba desesperado, caminaba dando vueltas en círculos por la sala de espera sin recibir noticias de lo que estaba pasando, sentía que me iba a sacar los pelos de la cabeza de la ansiedad que estaba sintiendo.

No entendía que había sucedido, me encontraba intentado prestar atención a la clase aunque me fuera imposible, ya que mis pensamientos y mirada se encontraban puestos en ella y no había forma de evitarlo, me pareció extraño que le llamaran la atención, nunca había causado problemas en las clases, vi que había algo extraño cuando con dificultad logro pararse de su asiento y sus paso hacia la pizarra fueron lentos y dificultosos y luego sin darme tiempo de pensarlo, cae rendida al suelo.

Mi primer pensamiento fue el miedo de saber que estaba ocurriendo, no dude de correr hasta llegar donde ella, entre en desesperación en ver como sus bellos ojos se cerraban y no respondía a mis llamados, sus respiraciones eran más cortas que lo usual, entre todo el alboroto que se produjo yo solo podía pensar en necesitaba que volviera abrir sus ojos, necesita saber que solo era una recaída y que se pondría bien.

Cuando la llevaron al hospital decidí ir con ella, los profesores querían impedírmelo, pero no había nada ni nadie en este mundo que me iba a alejar de ella y menos ahora que no sabia que estaba ocurriendo, deje de lado todo lo ocurrido el día anterior, su confesión de estar enamorada de otra persona, todo eso no me importo, simplemente quería estar a su lado, saber que se encontraba bien, era todo lo que me importaba.

Intentaba relajarme, pensar positivo, pero me era casi imposible, mi mente solo imaginaba lo peor, los padres de Luz ya se encontraban en el hospital, estaban sentados uno al lado del otro, en ocasiones veía como me daban ciertas miradas como de pena y no entendía la razón, tenia la sensación de que ellos sabían algo del estado de Luz que yo desconocía, sin embargo no me atreví a preguntar.

Ya con los nervios de punta y a punto de volver a preguntarle a la enfermera por el estado de Luz por quinta vez en menos de una hora, de seguro no soy su persona favorita del momento, escucho pasos apresurados detrás mío y una voz gritando mi nombre.

-¡Cameron!- me giro para ver a Rose y Manuel corriendo en mi dirección, no me sorprende verlos aquí, lo más probable es para aquel entonces todo el instituto se haya enterado de lo sucedido.

-¿Cómo esta Luz?, esta bien ¿verdad?, por favor di algo- puedo sentir la desesperación de Rose porque yo me siento igual, Manuel posa su mano en su hombro dándole apoyo.

-No se sabe nada, ya llevan un rato adentro y no han salido a decir nada, le he preguntado a la enfermera, pero me ha dicho que esa información solo podía dármela el medico, sus padres llegaron hace un rato- es ahí cuando se percatan de la presencia de los padres de Luz, que se encontraban en los asientos observándonos, Rose se acerca rápidamente donde ellos, mientras yo me quedo junto a Manuel, quien apoya su mano en mi brazo.

-Ey, tranquilo, todo va a estar bien, ya veras que es solo un susto, ten fe- dice dándome apoyo, agradezco su presencia con la mirada.

-Ojala así sea amigo, porque siento que voy a explotar de la ansiedad, no me importa todo lo que ocurrió ayer, solo me interesa saber que esta bien, es todo lo que quiero- paso mis manos por mi cara y pelo de manera enfadada, me siento tan frustrado, tan impotente de no poder hacer nada.

Manuel paso uno de sus brazos por mis hombros, dándome consuelo, solo necesito saber que esta bien Dios, nada más, te lo suplico, te suplico que este bien.

Mi LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora