- Un día ideal para la playa -

828 91 8
                                    


El viernes, Skadi amaneció sonriente, quizá se debía a que el sol brillaba a través de su ventana. El pequeño zorrito lamió su cara mientras ella protestaba. Se levantó y se preparó su desayuno mientras el animal se movía a su alrededor esperando su comida. Preparó además aquel jersey que Jasper le había dejado, su idea era devolverlo, pero eso sí, sin que nadie se diese cuenta. Quería ahorrarse los comentarios y las explicaciones. Para ello, metió el jersey en una bolsa que a su vez guardó en la mochila. Cuando ella iba a irse le dejó un cuenco con comida en el suelo para el pequeño zorro y cuido que no se escapase al salir. 

Cuando llegó al instituto caminó por los pasillos, entre clase y clase no vio a ningún Cullen ni mucho menos a Jasper. Entró en la cafetería y se sentó al lado de Bella, casi por inercia su mirada fue hacia la misma mesa de siempre. No iba negar que le sorprendió no ver a ningún Cullen sentado, solo Bella se dio cuenta de su mirada y le susurro:

-Se han ido de acampada, Edward me avisó ayer.

-¿Donde? -preguntó con curiosidad.

-Creo que la zona se llama Goat Rocks. ¿La conoces?

Skadi ladeo la cabeza confusa. Puede que fuese nueva, pero trabajar en la veterinaria le había dado conocimientos sobre ciertas zonas que quizá pocos sabían.

-Es una zona de caza, de osos concretamente. No es un buen sitio para acampar. - a no ser que te gustase el peligro, pensó.

Bella se calló pensando, quizá no entendió bien el sitio. Pero si de verdad era esa zona... ¿Los Cullen iban a cazar? La castaña comenzó a comer intentando dejar de lado aquellos pensamientos. 

-Por cierto, ¿te gustaría venir mañana a la push? -preguntó Bella

-¿La push? -le sonaba aquel nombre. Bella asintió.

-Es una playa. Los chicos me invitaron ayer y bueno... me gustaría que nos acompañaras. 

-Claro, me encantaría. -adoraba la playa, el olor a mar y el sonido de las olas del mar...

Tan solo tenía que pedirle el día libre a Daniel cuando fuese al veterinario. No había faltado nunca así que no debía haber ningún problema.

Ni siquiera le dedicó un segundo de su pensamiento a hecho de nadie le había avisado hasta ese momento. No iba a pensar por qué hacerlo sería suponer que no la querían allí y aquel rechazo, aunque sutil, de alguna manera le afectaba.

(...)


El sábado por la mañana, Skadi se despertó por el sonido de los perros. Su abuelo se levantó temprano para sacarlos y los animales ladraron contentos. A pesar de que pudo haber dormido más, una vez despierta no pudo conciliar el sueño. 

Se sorprendió nuevamente de ver el sol, había comenzado a olvidarlo. Siempre solía estar nublado y había llegado a acostumbrarse a ese clima. Dos días seguidos de sol, menudo lujo. 

Feliz, se cambió de ropa, recogió e hizo su cama y bajó a desayunar intentando no pisar al pequeño zorrito que siempre tenía que andar entre sus pies. Avery la ayudó a hacer el desayuno a pesar de sus protestas de que ella podía sola.

Desayuno mirando la televisión, al parecer otro "animal salvaje" había atacado a un excursionista. Skadi arrugó su frente mientras escuchaba recordaba las palabras del veterinario. Debía ser un animal muy violento, y ¿porque no se comía el cuerpo?  Su teoría era que era un asesino en serie.

Cuando terminó de comer se despidió de Avery y salió hacía la tienda de artículos deportivos de Newton, donde todos se reunieron antes de salir.

Entre La Push y Forks había menos de 25 km, Skadi apreció el paisaje mientras miraba por la ventanilla en la furgoneta de Mike. Era precioso. El agua del mar se veía oscura y la arena, de un marrón oscuro, separaba el mar del bosque.

West Coast (crepúsculo) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora