- La desaparición de Edward -

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El primer día de clase había sido todo un aburrimiento, lo más interesante eran los Cullen y la chica Swan, lo cual en sí, ya era bastante triste. No tenía nada interesante para contarle a su amiga, ni mucho menos a su hermana.

Al día siguiente Skadi ya esperaba un día similar al anterior. Clases, cafetería, volver a casa... pero no. Aquel día vio a los Cullen en el aparcamiento junto a un jeep, pero no estaba Edward. Se dio cuenta de aquel hecho, más no le dio importancia. Cuando llegó la hora de ir a la cafetería, Edward no estaba. Sólo entonces pensó cuál sería el motivo para que no fuese a clase. Se dio cuenta lo aburrida que estaba para que ese hecho le interesase tanto. 

Aunque le dedico poco tiempo a ese pensamiento. Ni siquiera los conocía podría ser mil cosas y ninguna era asunto suyo, se recordó.

Durante esa semana no vio a Edward, ella comenzó a pensar que no volvería y Bella llegó a creer que quizá era por su culpa, idea que a Skadi cabreaba.

-Tú no tienes la culpa que él sea un imbécil. No le des más vueltas. -le había dicho en infinitas ocasiones.

Bella y Skadi se sentían un poco más unidas. Quizá por el hecho de ser nuevas, o por que de alguna manera se complementaban. Bella no hablaba mucho y Skadi, le encantaba hablar de cualquier cosa.

En aquella semana había comprendido que Forks no era lo que parecía. No era aquel pueblo sin vida y aburrido. Siempre se podía hacer algo.

Podía ir al bosque a pasear, era un lugar hermoso y se lamentó no tener su cámara, hubiera sacado buenas fotos en aquellos paseos. También el pueblo,a pesar de ser pequeño, era pintoresco y paseó por sus calles curiosa de lo que podía encontrar.

Se sorprendió cuando vio una tienda de antigüedades y restauración, inmediatamente pensó en Freya, se la imaginaba trabajando ahí, restaurando pinturas.

Había congeniado muy bien con Jessica y Lauren, pese al roce que tuvo con esta última. No eran malas personas, solo tenían un carácter difícil. No eran muy comunicativas, ni muy sinceras consigo mismas, pero Skadi era capaz de ver más allá. No tenía reparó en ser sincera con ellas, aunque les doliese.  Quizá por eso le pidieron su opinión sobre el baile de primavera. Skadi había dado sus ideas e incluso ayudó a pensar la decoración del gimnasio.

También descubrió que Bella era pésima en gimnasia, y aquello la hacía reír bastante. Si hasta casi se orina encima cuando golpeó a tres personas con la misma pelota y en un movimiento. Si duda era un don.

Por las tardes hacía las tareas de clase, y hablaba por teléfono con su hermana y su amiga Jade. A veces incluso mandaba mensajes a Jessica o Bella.

Solo había pasado una semana y jamás se había sentido tan integrada en un lugar.

El domingo, Benjamín, iba a salir de caza y a pesar de que le gustaba salir solo, preguntó a Skadi si quería ir. Ella negó despacio. Sabía que su abuelo no cazaba por deporte, lo que mataba siempre lo llevaba a casa para comer, pero... no podía evitar sentirse triste.

A ella le gustaba los animales, no podía soportar ver como mataban a uno delante de ella.

Ese domingo, Skadi estaba tumbada fuera de casa mirando el cielo nublado, aburrida mientras miraba su móvil de vez en cuando. Hablaba con Jessica, Bella, Jade y Freya a la vez y ninguna contestaba en ese momento. Se sentía abandonada.

Hacía horas que Benjamín, había salido a cazar y cuando escucho la camioneta supo que debía entrar para no ver aquel animal muerto.

Los perros saltaron de la camioneta y corrieron hacia ella para saludarla con ladridos y lametones. No pudo evitar reír. Sin duda los perros si que saben recibir a alguien.

West Coast (crepúsculo) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora