8. Londres y Miles.

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Al llegar a Londres, Ruby no podía evitar admirar el hermoso paisaje que se veía desde la ventanilla de su avión cuando iba aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Londres, era realmente enorme.

Al bajar pasó junto a su equipaje por la aduana y el control migratorio, luego de hacer el check in y que todo estuviera en orden comenzó a buscar a Miles entre la multitud que esperaban a todos los pasajeros del vuelo que recién aterrizaba. A lo lejos lo encontró sosteniendo un cartel "Mrs. Pecas ". No evitó sonreír al leerlo y corrió hacia el.

- ¡Señorita Pecas! - le gritó el muchacho, y cuando lo alcanzó la abrazó fuerte alzando a la pequeña muchacha del suelo, con suerte llegaba al metro sesenta y ese era un motivo de burla típica para Miles que amaba hacerle bromas.

- ¡Querido Miles! ¿Cómo has estado? - rió en el abrazo.

- Increíble, ¿Qué tal el vuelo? Al fin ya estás en Londres, ¿No estás emocionada? Porque yo si. - comenzaron a caminar, y Miles llevó las pesadas maletas de Ruby.

- ¡Obviamente! Hace años no venía a Londres, y planeo quedarme por un largo tiempo.

- ¡Oh, esa idea me encanta!. - rieron y se dirigieron hacia el auto de Miles fuera del aeropuerto.

Condujeron hacia la casa de Miles. Al llegar Ruby observó la casa realmente grande y muy pintoresca, fabricada en madera oscura y ambientada con ventanales que tenían largos cortinados color azul marino, de los que salían tenues luces de la iluminación interior.

- ¡Vaya casa! Y yo invitándolos a mi humilde apartamento en el centro de L.A - bromeó Ruby al entrar a la casa, Miles soltó una carcajada.

- A veces me queda demasiado grande, créeme. - caminaron por la sala, mientras Ruby observaba cada rincón con curiosidad. - Ven, te enseñaré tu habitación. - comentó Miles emocionado y ella lo siguió.

Al llegar a la habitación de invitados en el segundo piso Ruby sonrió amplio, era muy amplia y decorada en tonos verde inglés y blanco.

- ¿Wow, ésta es mi habitación? - preguntó Ruby abriendo amplio sus ojos, Miles rió.

- ¡Por supuesto! Quiero que te sientas como en tu propia casa, de verdad... Ahí tienes tu propio baño. - le señaló una puerta en una esquina al lado de un gran televisor que estaba amurado en la pared.

- No sé cómo agradecerte por recibirme en tu casa Miles... - Ruby lo miró apenada, Miles batió su mano en el aire.

- Ya te dije, desde que te conocí ví una luz en ti que no se ve en mucha gente... Te adopté como una amiga que hubiera tenido hace años, es lo menos que puedo hacer por tí. - sonrió amplio y Ruby lo abrazo fuerte.

- Yo sentí lo mismo contigo Miles, es increíble.

- Bueno, si quieres puedes ponerte cómoda y asentarte... También tienes el baño principal al fondo del pasillo. - señaló detrás de sí. - Estaré preparándote algo de comer, supongo que debes estar hambrienta.

- Si, demasiado - rieron. - Gracias, iré en un minuto.

Miles asintió con la cabeza y se retiró de la habitación. Al escuchar sus pasos bajando las escaleras Ruby salió de la habitación de invitados en puntas de pié, quería ver cuál era la habitación de Miles, pero solo por pura curiosidad... No quería ser grosera.

Vió una puerta abierta y entró. Se encontró con una amplia habitación pintada en colores vino, ambientada con varios vinilos, cuadros de conciertos, pósters de bandas de rock antiguas y una gran cama frente a un ventanal que daba hacia el frente de la casa.

Stuck on the puzzle | Alex Turner.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora