24. Visita de madrugada.

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Una irritante música la despertó de un profundo sueño. Se incorporó y tomó su celular para contestar la llamada sin ver el horario.

- ¿Hola?

- Soy yo...- reconoció la voz de Alex enseguida.

- ¿Alex? ¿Qué hora es?

- Tarde... ¿Me abres? Estoy abajo.

- ¡¿Qué?! - exclamó sorprendida. Se incorporó enseguida y se asomó por su ventana que daba hacia la calle, efectivamente de lejos divisó su auto pero el muchacho estaría en la entrada por lo que a él no lo vió. - ¿Qué haces aquí?

- Te lo explicaré cuando me abras... - Ruby no lo pensó dos veces.

Cortó la llamada, se puso un holgado hoodie y bajó a abrirle al muchacho.

Al abrir la puerta del edificio se encontró con un Alex igual a como lo había visto horas antes, sólo que ahora tenía un marcado golpe en la nariz y su ojo estaba algo morado también. Pero obviando eso él lucía realmente hermoso para los ojos de Ruby. La muchacha acomodó un poco su cabello con sus manos.

- Hola... - lo saludó con voz adormilada. - ¿Qué hora es?

- Creo que son las tres, no podía dormir...- Ruby se hizo a un lado y el muchacho ingresó al edificio.

- Veo...

- Lo siento si te desperté, debes querer estar sola... - Alex siguió a la muchacha hasta el elevador.

- De hecho quería tu compañía. - musitó la muchacha cuando el elevador comenzó a subir. Alex la miró desde el espejo del elevador, y alzó una ceja. - No digas nada. - comentó en voz un poco más alta.

Al llegar al piso de Ruby se dirigieron a su departamento y una vez dentro Ruby cerró la puerta tras de sí.

- ¿Taylor sabe que estás aquí? - Preguntó curiosa, y Alex la miró obvio. - Ya, es obvio que no. - soltó una risita.

Alex se sentó en el sofá, y miró la vista de la ciudad iluminada que se apreciaba desde la ventana.

- Es un lugar muy acogedor. - sonrió mirando por la ventana. - Admiré ésta vista desde la primera vez que vine a tu departamento... Por cierto, veo que ordenaste todo.

- Pude observarlo... - mencionó Ruby sentándose al lado del muchacho. - Si, me aterraba el hecho de que quede todo destruído... Gracias. - soltó de la nada, Alex la miró extrañado.

- ¿Por qué?

- Si no hubieran llegado hoy, no sé qué habría ocurrido...

- No tienes nada que agradecer, estuve esperando a ese idiota desde la noche en qué intentó secuestrarte Ruby, yo sabía que era un caso sin resolver.

- Me salvaste la vida, Alex. - musitó con los ojos llorosos. Alex la observó unos segundos. Aquello era cierto, y le gustaba que haya sido así. Que el la haya defendido y estado para ella por primera vez. Se había hecho justicia, y eso le sentaba bien.

- Yo estaré siempre para tí, Ruby. - musitó subiendo una mano hasta su mejilla.

- Y lo siento tanto, arruiné todo... - La pelirroja bajó su cabeza, algunas lágrimas comenzaban a salir lentamente por sus ojos. - Intenté frenar todo esto y te traté de la peor manera, estoy tan arrepentida...

- Sé que en el fondo no era lo que querías...

- No es lo que quiero, no lo es. - comentó secando sus lágrimas con desesperación. - Pero dime, ¿Qué es lo que podemos hacer, Huh? - Alex la miró en silencio. Secó las lágrimas de aquella bella joven con suavidad, su piel era tan suave como si estuviera hecha de porcelana, y a veces cuánto más la observaba más le daba la impresión de que cada peca que adornaban sus mejillas parecían estar ubicadas perfectamente en cada lugar.

Stuck on the puzzle | Alex Turner.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora