21. Escape.

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Alex llevó a Ruby a casa de Miles. Tomó el camino largo para disfrutar de su compañía. Ambos en silencio, pero aquél no era un silencio incómodo... Sino más bien uno placentero.

- Gracias por traerme. - susurró Ruby, su voz sonaba apenada y Alex lo pudo notar.

- Ruby... - acotó Alex antes de que la muchacha se baje del auto, Ruby se volteó. - Sé que piensas que ésto está mal, pero es algo que no podemos evitar... - dijo en una voz a penas audible.

- No es lo correcto...- Ruby hizo una mueca y bajó del auto antes de que el cantante la detenga, entró a la casa de Miles sin voltear atrás.

-

El día siguiente Ruby había intentado no mirar su móvil para no encontrarse con alguna llamada o mensaje de Alex, no estaba enojada con él, sólo intentaría evadirlo lo más posible para tener que evitarse todo el drama que le traería la situación vívida la noche anterior.

Alex Turner la había besado, o quizá se habían besado, porque había sido mutuo. Pero fue lo más lejos que habían llegado, y era justo lo que ella no quería que ocurriese - aunque muy en el fondo, ambos se desearan -.

El deseo que sentía por el británico tendría que reprimirlo al mínimo, guardarlo en una caja muy pequeña y arrojrla al mar. No podría permitirse seguir con éste jueguito a espaldas de su amiga, no podía mentirle en su cara... Después de todo, prefería mentirle con que Alex "no le atraía en lo absoluto", a tener que ocultar otro beso... O algo peor.

- Jugaremos bolos con Alex, ¿Vienes? - preguntó Miles sonriente entrando al cuarto de Ruby, ésta se encontraba armando sus maletas. - ¿Qué haces? - su sonrisa se borró y su rostro adoptó una expresión de horror y sorpresa.

- Me llamaron de la editorial...- mintió Ruby. - Sabías que estaba escribiendo un libro, y no es tarea fácil...

- Pero creí que tú asistente se encargaba de todo, dijiste que te quedarías hasta la semana que viene - Miles frunció el ceño.

- Si, bueno... Ya sabes cómo son éstas cosas. - siguió guardando sus cosas, se notaba nerviosa y evasiva. Miles tomó la playera que estaba a punto de guardar.

- Mírame Ruby. - le ordenó, en aquel tiempo se habían hecho muy buenos amigos, de veras muy buenos amigos. Miles la quería un montón, y pasar tantos días juntos había dado lugar a que ellos se conozcan bien. Sabía que aquello era solo una excusa - ¿Qué ocurre? - preguntó cuando la pelirroja cruzó miradas con el británico.

- Nada.

- Si no pasara nada, no estarías escapándote como lo estás haciendo. - Ruby negó con la cabeza y se sentó en la cama. Luego escondió su cara entre sus manos.

- No puedo más con ésto.

- ¿Con qué?

- Creo que siento cosas por Alex...- Miles no dijo nada, la miraba expectante. Ruby lo miró al ver que no se inmutaba, no mencionaría que se besaron por nada en el mundo... Eso sería mucho peor.

- Bueno, eso ya lo sabía Ruby...

- Si, sé que te diste cuenta desde el primer instante. - bajó su cabeza.

- Tranquila, no es obvio. Pero conozco a Alex, y logré conocerte bien a ti... Pude notar lo que se traían entre manos.

- No nos traemos nada "entre manos" - lo cortó algo molesta.

- Lo siento, no quise decir eso. Escucha... - Se sentó al lado de la muchacha. - Las personas no elijen de quién enamorarse, o quién les gusta... No es tu culpa. Ni la suya. Son dos seres humanos, que se sienten atraídos... El amor o los sentimientos en éste caso no tienen lógica el 100% del tiempo.

Stuck on the puzzle | Alex Turner.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora