D O S

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Duele...

Duele mucho.

Quiero gritar pero sé que me ganaré una bofetada.

—el dolor es mental...

Siento como carta mi piel y chillo de dolor, no puedo evitar y lloro porque no puedo aguantar.

— ¡no llores, marión! ¡Deja de llorar!

Una

Dos

Tres

Cuatro

Cinco bofetadas.

Basta, ya basta.

—afrontas las cosas como un maldito hombre Léx.

El sigue cortando mi piel y me muerdo el labio para no llorar y gritar.

—de nada te sirve llorar Léx, te vuelve más débil frente a todos—dice y luego de una pausa continua: —llorar es para débiles, para aquellos que no saben controlar lo que sienten.

Él para de cortar y me mira. No hay ninguna emoción o arrepentimiento solo...

Orgullo.

Esta orgulloso de lo que está haciendo.

—la gente débil jamás gana algo. Recuérdalo siempre.

Me recuesto en mi cama

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Me recuesto en mi cama. Mamá aún no ha llegado y la espero.

Cuando llega, ahoga un grito y me ve con lágrimas en los ojos.

—bastardo...

—mami...

—Es un maldito bastardo, Léx—me ve, aun con las lágrimas ella está enojada.

Ella revisa mis heridas y no dice nada, solo las limpia y las desinfecta

—tenemos que irnos...

De la nada la puerta de mi habitación se abre y entra papá. Cuando me ve frunce el ceño

— ¿tú por qué coño estas aquí?

—Garrett...

—Cierra la boca—mi madre muerde el labio y baja la cabeza. La atención de mi padre regresa a mí—. Fuera de la casa.

Abro los ojos sorprendidos y mamá también.

—Garrett no... es solo un niño.

No escucha las palabras de mamá y me toma de los hombros. Forcejeo pero ni me suelta.

— ¡Léx! ¡Para, es un niño Garrett! ¡Déjalo por favor!

— ¡mami!

Papá abre la puerta y me tira. Caigo y me golpeo contra una piedra.

—Te quedaras toda la noche afuera—dicta—. Ni se te ocurra intentar entrar porque juro que te mato Léx.

Siento miedo. El jamás había dicho eso.

Papá se gira hacia mamá y la toma de la barbilla aprentando mucho.

—ni siquiera pienses dejarlo entrar porque juro que te mato a ti también.

Lo único que veo cuando la puerta va a cerrarse es el rostro de mi mami y luego, solo la puerta cerrada.

Contengo las ganas de llorar y me levanto del suelo. Hago una mueca al sentir el ardor en las heridas pero no hago nada, solo camino hacia el granero y entro. Nuestro caballo Pelioppe se sobresalta pero cuando nota que soy yo, se calma.

Me alejo lo más posible del lugar donde papá me castiga y voy a la otra esquina donde hay algo de paja. La acomodo y me tiro ahí, en posición fetal y de costado. Cierro los ojos cansado pero los abro cuando me siento observado, miro en todas direcciones pero no hay nada ni nadie.

Es mi imaginación.

Solo es mi imaginación.

Todo mi cuerpo tiembla como también mis dientes castañean, mi estómago ruge y me duele mucho la cabeza

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Todo mi cuerpo tiembla como también mis dientes castañean, mi estómago ruge y me duele mucho la cabeza.

Tengo hambre y frio.

Trato de cubrirme con la paja pero no es suficiente. La noche está muy fría y el viento entra por las pocas ventanas que hay. Escucho pasos y me pongo alerta, la puerta del granero se abre y mi mamá entra.

—Léx—me llama buscándome con la mirada hasta que me encuentra y corre hasta mí—. Mi amor...

Lleva una manta y comida pero estoy muy débil para lograr levantarme y el dolor de cabeza es insoportable.

—Me duele la cabeza—me quejo en un hilo de voz. Mi garganta está demasiado seca.

—toma.

Ella deja a un lado la comida y me arropa con la manta, me sienta y se sienta junto a mí con ya la comida en sus manos.

—papá dijo que no podías venir aquí.

—él dijo que no te intentara llevar a casa ¿acaso lo estoy haciendo? —ella sonríe y besa mi cabeza. Me acurruco a su lado mientras ella sigue dándome de comer.

— ¿Cuándo nos iremos mami? Ya me quiero ir...

—pronto Léx, nos vamos a ir. Lo prometo—dice y me abraza—. Ahora come tu solo y volveré a casa ¿sí?

—No quiero quedarme aquí solo—digo, niego con la cabeza—no quiero hacerlo...

—tenemos que ser fuertes mi amor, hay que muy valientes y fuertes ¿no eras mi pequeño valiente? —asiento y ella sonríe—. Entonces tienes que seguir siendo valiente.

Ella besa mi cabeza.

—te amo mi pequeño.

—y yo a ti mami.

Ella se aleja y antes de cruzar la puerta se gira y me lanza un beso. Me rio y ella sonríe para luego desaparecer.

Comienzo a comer hasta que poco a poco el plato queda vacío y yo lleno. Me acuesto y me tapo con las sabanas.

Tengo que ser valiente, tengo que ser fuerte para que me vaya con mami.



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ALGUIEN ESTA ACOSANDO A LEX.

¿TEORIAS?

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CAMILLE FUERA Y MUCHOS BESOS SANGRIENTOS.



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