O N C E

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29 DE SEPTIEMBRE DEL 2017.

El olor de la sangre entra a mis fosas nasales haciendo que lama mis labios de excitación lo que huele mi nariz y ven mis ojos.

El cuerpo de la mujer que hace momentos se encontraba en mi cama teniendo el mejor sexo de su vida ahora está en una silla con un charco de sangre rodeándola, su rostro montones de cortes y teniendo una sonrisa permanente en el.

— ¿terminaste de jugar? —la voz de Drey me fastidia justo ahora pero de todas forma lo miro. Está parado en la puerta mirando a la chica y luego a mí—. ¿Dijo algo creativo?

—Me aprietas mucho el cuello—digo y él se ríe.

—vamos, hay reunión.

Salgo después de él hasta fuera de la cabaña, esa cabaña donde hemos vivido durante ya tres años.

Muchos de nuestros compañeros del psiquiátrico están aquí.

—Hola cazadores—me coloco junto a Matt que tiene la vista puesta igual que todos en Drey.

No decimos que él sea el jefe pero tampoco lo tratamos como uno normal, el creo este día junto con Matt.

—Mañana es el día de lo cazados y no el momento en que de verdad podremos lograr cazar—una sonrisa cruza sus labios, llena de malicia y para otros causaría terror—. Podremos por fin mostrarnos como somos.

—Me sonó a sermón de revolución—dije en voz baja y Matt rio.

Pero era cierto. Mañana era el día en que todos sabrían que son los cazadores y que ellos comenzarían a ser las presas.

Los pasos de todos nosotros resonaron por todo el boque mientras nos dirigíamos hacia el pueblo, nuestro pueblo

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Los pasos de todos nosotros resonaron por todo el boque mientras nos dirigíamos hacia el pueblo, nuestro pueblo.

Nadie hablaba. No era necesario. Caminábamos con tranquilidad hasta que vimos el aviso del comienzo del pueblo y eso me hizo sacar una sonrisa a mí. Primero decidimos que iríamos solo Drey, Matt y yo.

Fuimos a la plaza y nos colocamos en la tarima. Muchos se detuvieron a observarnos pero siguieron con su camino.

— ¡vaya! ¡Como el pueblo ha crecido en estos años que no hemos vuelto! —dijo de forma alta y algunos más se tuvieron a vernos. Matt y yo sonreímos con malicia al ver a las personas, quitarles la vida... Hummm nunca me pareció tan excitante.

Una de señora nos quedó mirando detenidamente y luego abrió los ojos y se puso completamente pálida cuando me observo a mí.

—L-Léx.

Sonreí y me incline haciendo una reverencia burlona y ella se puso más pálida cuando levante mi mano que tenía un chuchillo y la saludé.

Drey sonrió y solamente hablo:

—Ustedes para nosotros no son más que presas—dejo de sonreír y su voz sonó más serio y profunda—. Y este es el día de los cazados.

Esta vez Matt hablo:

—Solo una vez al año saldremos del bosque y vendremos a matarlos—continúa y mucha gente nos observa con ojos abierto—. No entraremos a su casa si tienen seguro, pero a cualquiera que salga los mataremos como lo que son: presas.

Hubo un corto silencio y escuchamos la risa de alguien. Era el alcalde que se acercaba con una sonrisa burlona.

Papá siempre se reía de nosotros...

Me tense y apreté fuerte el cuchillo.

—Niños dejemos los juego—volvió a reírse, luego se giró hacia el público—. Amigos ellos solo están jugan-

Tome al alcalde del cuello de su camisa y con mi cuchillo corte su cuello rápidamente haciendo que caiga en el suelo. La gente grito y yo solo tenía ojos puesto en el viendo cómo se ahogaba en su sangre y trataba de tocarse el cuello como si eso pudiera ayudarlo.

Sonreí cuando dejo de moverse y volví a acercarme a la tarima con tranquilidad.

—creo que pueden ver que vamos muy en serio—objeto Drey, mucha gente quedo paralizada pero otros se acercaron—. Y si tratan de matarnos...

Drey silbo y mientras miraba a todas la personas. Las que se acercaron retrocedieron al notar a todos nuestros otros compañeros.

—esta maldito pueblo quedara como si nunca hubiera existido.

— ¡estás loco!

Drey y nosotros observamos a una chica castaña y que estaba junto a una chica con cabello morado.

Drey se acercó. La chica berenjena se alejó con un chico que la coloco detrás de él pero la castaña se quedó dónde estaba. Drey se colocó frente a ella y tomo su cara, pero la chica no se inmuto solo lo observaba como Drey lo hacía con ella.

—la locura es la liberación de lo que realmente somos.

Él se volvió alejar y se acercó a nosotros. Se giró hacia las personas y continúo:

—volveremos cada 29 y si los vemos fuera de sus casas los matamos, y si alguien trata de huir e irse del pueblo mataremos a toda su familia. Nosotros no los matamos si se quedan en sus casas con las puertas cerradas pero si alguien trata de huir, o mata a alguno de nosotros el tratado se rompe y los vamos a matar a todos—concluyo y nos desaparecimos de ese lugar.

La Compañía De Léx ✓ 0.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora