Bonito y gordito

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Un par de días más bastaron para que Rius se recuperara por completo, aunque al parecer la enfermedad le había quitado muchas energías, ya que estaba comiendo mucho y en poco tiempo le daba hambre.

Bueno...pensaron que era la enfermedad, pero después de una semana eso ya no era lógico...

Justo estaban comiendo en una pizzería del centro cuando notaron que el apetito del pollo estaba algo raro.

Mk. Eeehhh... ¿Rius, en serio tienes tanta hambre?

R. Como no tienes idea. ¿Por qué? -preguntó como si nada tomando otra rebanada.

Tb. Quizá porque llevas casi una pizza tu sólo

Se detuvo un momento al escucharlo, pero luego se encogió de hombros y siguió comiendo hasta terminar esa ración. Trolli detuvo su mano cuando estuvo a punto de tomar otro trozo.

Tr. Rius, estoy de acuerdo en que está deliciosa pero no queremos que te vaya a dar una indigestión...

V. Además creo que comienzan a notarse esos bocadillos extra - intentó ser sutil el espartano, aunque su mascota...

A. Tiene razón, ¡mira ya como estás! ¡Eres una bola con plumas! -se acercó para picar un poco la barriga redonda del pollo.

V. ¡Acenix!

R. Yo...n-no lo había notado...

Se reflejó algo de pena en su rostro, ahora reconsiderando su nueva dieta y que debía reducir las cantidades aunque fuera poco a poco.

V. Tranquilo Rius, yo te haré una rutina de entrenamiento y verás que en un parpadeo recuperas tu figura -sonrió entusiasmado sujetando su hombro.

R. Jeje Gracias Victor

----- 3 semanas después-----

El pollito no sabía que pasaba, llevaba semanas con la rutina que le había hecho Victor, comía ahora una cantidad más adecuada y a pesar de ello en ocasiones tenía hambre y no bajaba de peso. Se estaba hartando de la situación, no quería tener que soportar más a su pancita exigiendo comida pero tampoco estaba de humor para escuchar cada día las bromas de los chicos sobre su gordura, ahora comenzaba a cuestionar qué tanto podría afectarle esto a Sparta, pues a pesar de que se veía que lo tomaba como una simple broma, no tenía la más mínima idea de su verdadero sentir y esperaba que solo fueran ideas suyas.

Suspiró pesado y se desvistió para tomar una ducha, necesitaba limpiarse y relajarse, un momento para pensar tranquilamente bajo el agua sería de ayuda también; unos momentos después salió del baño con una espesa nube de vapor dispersándose lentamente detrás de él.

La noche había caído y una extraña calma reinaba en el ambiente, un silencio casi majestuoso que permitía apreciar todos los diminutos murmullos de la naturaleza, las hojas de cada planta sonando cuando el susurro del viento las mecía, algunas cigarras a la lejanía cerca del bosque, casi podía haber jurado sentir a las estrellas desplazarse en el ancho del cielo, en el profundo océano celestial de las alturas.

Apreciando cada detalle finalmente decidió salir al jardín de atrás a contemplar las estrellas, a disfrutar esa tranquilidad que hace mucho no sentía. Se puso la pijama y, aún con una toalla en los hombros, se recostó en el césped en medio del área verde cuyo límite era marcado con vallas de roble.

De repente se sentía lleno de energía, se sentía en armonía con todo. Quería pensar que era por liberarse de aquel ship, cierto, hace un buen rato que no pensaba en eso. ¿Cuánto tiempo había pasado? No estaba seguro pero hasta donde sabía, las cosas iban bien, no había un cambio grave en la relación que todos tenían ni en las interacciones, lo único diferente era que no se la pasaba hablando del riumba. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro sin darse cuenta, se sentía feliz.

Cerca de la media noche finalmente regresó al interior de su casa y se dispuso a dormir con un extraño y grato sentimiento en su pecho y en todo su ser...algo maravilloso llegaría, las cosas estaban bien y no tenía duda de que solo serían mejor.

Con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora