Demasiado tarde

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Rius fue, como era costumbre, el primero en despertar, siendo recibido por los cálidos rayos del sol de una nueva mañana, aunque nada era para él más reconfortante y perfecto que el calor de su cama, cobijado en los brazos de su amado. Sonrió y comenzó a dejar pequeños besos en su barbilla y mejillas hasta conseguir que despertara, Mayo jamás había siquiera pensado en despertar de una forma tan dulce y tierna como esa.

M. Buenos días mi pollito. ¿Cómo te sientes?

R. De maravilla -respondió frotando el plumaje de su cabeza en el cuello de Mayo, parecía más un gato que un pollo y cuando se dió cuenta de ello se alejó algo sonrojado.- L-lo siento, no sé q-qué me pasó

M. Está bien, me gusta mucho tu plumaje.- Besó su mejilla y se sentó en la cama, recordó entonces la intensidad de la noche anterior.- ¿No te duele nada?¿Estás bien?

R. Emm..s-sí, creo que estoy bien.- Sonrió nervioso, la verdad no sentía ninguna molestia pero no sabía si le dolía, se sentó a su lado y tampoco sintió nada mal.- Creo que todo está en orden.

M. ¿Seguro? Puedo traerte el desayuno a la cama si quieres.

R. Sería lindo, pero prefiero estar contigo y ayudarte.

No dejó que el menor siguiera insistiendo, le robó un pequeño beso y luego fue directo a la cocina, Mayo no tuvo otra opción que seguirlo y fue así como tranquilamente iniciaron su día. Desayunaron, se bañaron y se alistaron para encontrarse con los demás ya que tenían una reunión en la tarde, pero antes Mayo tenía que grabar un video con Mike.

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H. Seguro esto le gusta, es perfecto para cuidar su plumaje.

El encapuchado caminaba tranquilamente rumbo a un apartado lugar del mapa donde había una pequeña pero acogedora cabaña, su hogar. Acababa de regresar del centro comercial con un cepillo suave que vio al pasear por un supermercado mientras hacía las compras del mes, era perfecto para el futuro polluelo...claro que aquel individuo que lo seguía no sabía ni tenía el menor interés en saber el contexto de la situación.

Lo había estado siguiendo desde que lo encontró, cada uno de sus movimientos era, según él, estar un paso más cerca de crear el caos en toda la existencia. Estaba cegado por el odio, en su mente solo hilaba cada hecho para justificar el deshacerse de él, disfrazar su egoísmo con querer salvar al mundo, pues para él era algo obvio: el hacker quería volver a intentar tener un heredero y transferirle todo su poder, quizá para apoderarse de cada mundo, quizá para destruirlos. En realidad nada indicaba que tuviera razón, pero el rencor era demasiado para dejarlo aceptar la realidad; si los superiores habían suspendido el caso no fue solo por perder su rastro, sino porque no habían ocurrido eventos que pusieran en riesgo la vida de nadie, no era una amenaza.

Las últimas piezas de su teoría las había obtenido recién, el hacker tenía ya varios regalos para el pequeño polluelo, pequeño que supuso era su hijo y la delgada figura del emplumado solo le decía que apenas iniciarían el embarazo, aún estaba a tiempo de eliminar las posibilidades del hacker o mejor aún, destruir su nueva felicidad, después de todo era también un mentiroso. ¿No había dicho que Liam era todo para él? ¿Entonces cómo se atrevía a volver a crear una familia con otra persona?

Z. Maldito hipócrita embustero...pero yo me encargaré de que pagues por todo...

Aquel amenazante murmullo se perdió en el viento, solo siendo escuchada por él, aunque transmitida al de máscara cuando esa helada brisa se coló en las ventanas de la pequeña cabaña, interrumpiendo la tranquilidad con la que guardaba sus alimentos en las alacenas. Una mala sensación recorrió su espina haciéndolo estremecer, tenía un muy mal presentimiento.

Con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora