➵Vendetta

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—Oye Jennie—Chaeyoung llamó a la morena que caminaba tranquila a su lado, la escuela estaba bastante vacía, la mayoría de los alumnos ya se habían marchado a clases—. Sé que debemos ser mejores amigas en secreto pero si te pasaste el otro día, mi trasero aún duele por estar sentada durante dos horas ahí dentro.

  Jennie miró de reojo a la muchacha, su cara bastante dolorida mientras sobaba la parte anteriormente mencionada con sumo cuidado.

—Sabes que bromeamos así Rosie, ¿recuerdas la vez que me ataste a ese poste y estuve para ahí durante un día?—Cuestionó elevando una ceja.

  El rosteo de Chaeyoung se iluminó de inmediato ante el recuerdo y empezó a reír fuertemente.

—Claro que sí, fue de lo más gracioso—Dijo entre risas.

—Bueno... Consideralo una venganza por eso.

—Oh pero yo no tengo intenciones de dejarlo pasar—Añadió con una sonrisa de lado.

—¿De qué-

  Pero antes de que Jennie pudiese terminar su pregunta, Chaeyoung hizo una maniobra, bastante parecida a la que la morena utilizó el día anterior con ella, para inmovilizarla.
La mayor se retorcía una y otra vez, haciendo difícil para la australiana mantener su agarre pero su fuerza de voluntad era más fuerte.

—¡Mierda, Chaeyoung! ¿Dónde aprendiste a hacer esto?—Interrogó un tanto impresionada.

—No eres la única que sabe buscar en Internet, Nini—Canturreó burlona.

  La menor la llevó al mismo cuarto del conserje, dónde las esperaba Jungkook, algo que ciertamente sorprendió a Jennie.

—¿Qué hace el aquí?

—Es que necesitaba ayuda para atarte, apenas puedo sostenerte—Explicó—. Además, el se quería vengar y sé que no dirá palabra alguna de esto.

  El chico se acercó con unas esposas tintineando en sus manos y una sonrisa burlona pero sin embargo, no dijo palabra alguna. Jennie fue atada en sumo silencio.

—Sólo espera a que tenga mi maldito bate sanguijuela—Escupió bastante ácida la surcoreana cuando Jungkook terminó de atar la soga en sus pies.

  Miró a Rosé y ella hizo señas para que se retirara y las dejara solas. La australiana se acercó con cinta adhesiva y Jennie supo lo que se venía.

—Ya sabes las reglas Jen, no se dice palabra alguna—Sonrío de lado.

  Y antes de poder darle tiempo a responder, pegó el adhesivo en sus labios.

—Bueno ya me voy, nos vemos en dos horas. A lo mejor Lisa necesita ayuda para cargar sus libros—Le guiñó un ojo a la morena antes de cerrar la puerta e irse dando saltitos.

  Dejando a Jennie bastante sola y desesperada por salir de ahí.

➵ Piropos  - Jenlisa FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora