➵ Piropos - Jenlisa Fanfiction

➵Perdón

—Lili ya perdoname—Le rogó Jennie a su novia mientras la seguía con sus manos entrelazadas y ojitos de cachorro.

  Lisa cerró su casillero de golpe y miro a la mayor con cara seria.

—Primero que nada, quita esa cara de perrito mojado que conmigo no funciona—Dijo duramente y la expresión de Jennie cambió a una más relajada al instante—. Segundo, estoy enojada no sólo porque me mentiste con lo del asalto, los dos minutos que tardaste en contestar fueron los peores de mi vida—Confesó—. Pero también porque te vi entregándole los condones que anotaste a Kai, ¡A Kai, Jennie!—Enfatizó elevando sus manos a la altura de su cara y agitándolas levemente—. ¡Ese chico babea por ti desde que tenemos uso de razón y tu vas y le regalas condones! ¡Y no me dices nada!

  Jennie se sintió acorralada, no tenía ni idea de que Lisa había visto aquello. Se supone que era un pequeño favor, un pequeño secreto pero parece que no todo había salido como lo planeado. Después de todo fue su culpa porque no sólo lo escribió en su chat, también la había visto dándole los condones al moreno.

  Algunos estudiantes veían la escena divertidos y algunos con esperanza de que la pareja terminara y así poder tener una oportunidad con alguna de ellas.

—Fue sólo un favor Lili—Murmuró bajito mientras tomaba las correas del cinturón del jean celeste de la rubia—. No pasó nada, te lo aseguro.

  Las facciones de Lisa se suavizaron y se dejó atraer al cuerpo de la surcoreana, vulnerable ante su tacto.

—¿Me lo prometes?—Preguntó como una niña pequeña.

—Te lo prometo por mi homosexualidad—Aseguró.

—Cierto—Soltó una risilla—. Lo había olvidado.

—Eres una tonta a veces Lili—Negó con la cabeza, acercándola un poco más.

—Mira quién eres tú para hablar—Le replicó.

—Oye... ¿Te pusiste pestañas postizas?—Preguntó entrecerrando los ojos.

—No.

—A ver, cierra los ojos.

  Lisa hizo caso y cerró sus párpados, fue el momento en el que Jennie se acercó y plantó un apasionado beso en sus labios, esos que no había podido probar hace días y ya estaba necesitando. Sintió la vibración de la risa de la menor y cuando abrió levemente los labios mientras reía, introdujo su lengua en la boca de la contraria. Lisa jadeo sorprendida pero correspondió inmediatamente y rodeó el cuello de Jennie con sus brazos mientras la mayor jugaba con sus manos en su espalda baja.

  Habían montando una linda escena de la cual varias personas no podían quitar sus ojos, no sólo había sido dramática, también era un poco —por no decir muy— caliente.

—¿No dirás nada?—Le preguntó extrañada Irene a Bambam. Ambos habían estado observando la interacción de sus mejores amigas desde un principio.

—No te voy a negar que tengo muchas ganas de quitar a Jennie de encima de mi bebé Lisa—Admitió—. Pero aún tengo hematomas en mi espalda desde la otra vez, no me arriesgo.

—Aún no puedo creer que te haya golpeado con el bate—Comentó la pelinegra.

—Lo sé—Le respondió ofendido y entrecerró sus ojos—. Maldita bestia.

  Irene sólo río.