-ya lo sé.
-Entonces vamos-me dijo alegremente.
-no.
-las dificultades y temores nacen para ser superadas y gracias a éso encontramos el sentido a la vida.
-créeme ya lo eh intentando encontrar y lo único que eh logrado es frustarme más.
-no seas tan negativa, inténtalo, además que es lo peor que te puede pasar.
-tantas cosas! Me puedo, caer, golpear, matar, herir.
-hasta lo que sé, después de morir ya no te hieren.
-claro que sí.
El rio ruidosamente.
-vamos.
-no quiero ir.
-por Díos, debes superar tu trauma por las alturas.
-yo quisiera pero en realidad es imposible.
-claro que no, no hay nada imposible.
-si hay muchas cosas.
-como cual?
-la muerte, la posibilidad de volar...
Me interrumpió con fastidio y me dijo...
-no es imposible vencer la muerte, una persona no muere si aún sigue viva.
-eso que quiere decir...
-caray, si me amas no me voy a morir en tu corazón.
-eso es absurdo, si te mueres solo te mueres y simplemente dejas de existir.
-no!!!! Si me muero me convertire en cada partícula del universo, sere polvo de estrella y me convertire en un destello de luz incandescente, que seguramente te cegara por incrédula y realista, nunca has escuchado que los sueños no son imposibles y según lo que alguna vez leí "cuando tienes un sueño, todo el universo conspira para ayudarte" claro no te lo dije con las mismas palabras pero es algo parecido. En fín, conseguiré alguien que me ame y no me dejé morir nunca, ese es uno de mis sueños mas preciados.
-es lindo.
-lo sé y sabes porque.
-no, porque?
-porque es uno de esos sueños que nacen de la verdadera inspiración del corazón.
-eso rimo.
-lo sé. Ahora que ya te di mi charla tenemos que ir al parque time por una misión y ya sabes cual-me guiño el ojo.
Sonreí.
El aceleró la motocicleta y nos dirigimos hacía el parque.
Cuándo empezamos a acercarnos, el hermoso letrero brillante comenzó a empapar mi rostro con la luz verde y roja.
-amo éste letrero.
-yo en realidad nunca lo había notado-me dijo aparcando la motocicleta junto a un árbol de roble.
-ya llegamos.
-sí.
Caminamos hasta llegar a la montañita.
El me tomó de la mano y me guió hasta ella.
-puedo tocar tu pierna?
-sí-dije serenamente.
El me tomó a la altura de mi rodilla y la sujetó delicadamente, mientras la levantaba montandola a una deformidad de rocas que servía de apoyo. Luego agarró mi mano y la coloco en otro bulto.
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tal vez si no te hubiera conocido ©
RomansaJayne Koenig Castle una simple chica, con gustos escasos en su actualidad..