6-Días junto a ella

253 12 0
                                    

Pasaron un par de meses, nuestra relación era igual, prohibido, desconocido, sin menciones. De alguna manera se notaba que había química entre nosotras. Si se enterasen los superiores, obviamente, tendríamos muchos problemas, sanciones, etc.

Todavía tenía su llave de la última vez que fui a su casa. La llevaba siempre conmigo a cualquier lugar a donde vaya. Ese día Martes llegue como siempre (temprano) esperando a que ella llegara después de mí, para besarla y abrazarla, pero nunca llegó. Toco el timbre de entrada y se presentó la Supervisora y nos comunicó.

-¡Atención por favor! La Docente Valerine se encontrara con licencia a partir de hoy y hasta nuevo aviso. Hoy tendrán día libre. A partir de mañana tendrán suplente.

"¿Qué le habrá pasado? ¿Estará enferma o será otra cosa?" Se preguntaban todos. Mi pecho se sentía tan débil

-Debo hacer algo. ¡Claro! Yo tengo sus llaves de la otra vez, así que puedo ir verla-. Tome mis cosas y salí apresurada, quería llegar rápido a su departamento, no aguantaba más este dolor en mi pecho, quería verla.

Cuando llegue toque timbre por si acaso, no respondía, no podía imaginar como estaba, abrí la puerta despacio (todo se veía como siempre), deje mis cosas y me dirige a su habitación. Allí estaba, durmiendo, se veía muy mal, su cara estaba totalmente roja, toque su frente (estaba hirviendo) tenía fiebre. Bese sus labios (estaban tan caliente) y apenas abrió los ojos y los volvió a cerrar.

Me quede a su lado un rato largo, hasta el mediodía, entonces fui a la cocina y prepare una sopa de pollo y verduras. Mientras cocinaba pensaba, ¿Por qué no me aviso que estaba enferma? ¿Cuándo se empezó a sentir mal? ¿Habrá comido algo estos días? ¿Sera el sobreesfuerzo que provoco su decaimiento? Siempre es tan puntual y responsable al entregar todos los trabajos en tiempo y forma. Se esforzó tanto que cayó en cama y no me pudo avisar (cierto si no tiene mi número y yo tampoco el suyo, que estúpida soy), no me di cuenta de que no le había dado mi N° de celular. De ahora en adelante no me separe de ella, hasta que se mejore, y jamás me separare, no quiero verla sufrir, quiero hacerla Feliz.

Lleve el almuerzo a su cama, todavía dormía, la volví a besar para despertarla. Estaba tan sorprendida de que yo estuviera junto a ella y que había hecho el almuerzo.

-Simone ¿Qué pasa? ¿Qué haces acá? ¿No deberías estar en el colegio?... ¡Oh! Cielos ¿Cuántas horas he estado durmiendo?-se acomodó contra la pared.

-Por si no te has dado cuenta nuestra Docente falto porque está enferma y obviamente teníamos día libre. Así Que como no me avisaste, vine en persona a verte, llegue temprano y seguías durmiendo, me quede a tu lado hasta hace un rato y prepare el almuerzo, has dormido hasta entonces. Ahora escucha ¡No me iré de tu lado hasta que te mejores y vuelvas a la escuela como la persona que eres! -Le dije seriamente, ella se sonrojo. -Ahora bien a comer, debes de tener mucha hambre, y después te lavaré el cuerpo, estas sudando mucho-Avergonzada me dijo que no era necesario, pero no la dejaría, -Te voy a tratar como un bebe de ahora en adelante...Así Que prepárate, voy estar encima tuyo-le dije-.Eres la persona que más Amo en esta Vida y no te dejare sola jamás en la vida. Recuérdalo Siempre... Te Amo.

Era la primera vez que almorzábamos juntas. El ambiente estaba tan silencioso e intenso, nuestras miradas se cruzaban a cada rato, esa mirada intensa y en llama, como me encendía, hay tantas cosas que quisiera hacerle

-¡Mhh! Vale, tienes algo ahí!-Le dije suspirando.

-¿Qué es? ¿¡Ya está?!-dice.

-No ¡haber déjame a mí!-Lleve mi mano sobre su mejilla, muy cerca de sus labios, me acerque más, con mi lengua y un suave movimiento, lo lamí rozando sus labios, entonces la bese dulcemente.

-¿Qué haces, no te das cuenta de que estoy enferma y que podría contagiarte?-Me dijo seriamente.

-¡No me importaría, si eres tú quien me contagia!-Le dije sonriendo.

-¡No debes hacer eso! ¡En verdad no quiero contagiarte!-Me seguía diciendo.

-¡Está bien! ¡Me contendré! Tienes razón no sería correcto que yo me enferme también. ¿¡Sino quien podría cuidarte, no?!

Después de comer la lleve a la bañera, lave esa hermosa espalda tan suave, de tan solo verla desnuda me encendía más. En tanto ella estaba en la bañera, yo estaba cambiando sus sabanas y lavando los platos. Volví al baño, ella se había dormido.

-¿Cómo puedes dormirte en el agua? Vamos despierta, te llevaré a la cama para que puedas dormir mejor. -le dije acercándole una bata.

-¡Está bien! Pero vos deberías irte a casa. Me dijo. -¿Mañana tienes clases verdad? ¡No debes faltar!-me dice dirigiéndose a la cama.

-¡No me voy a ir! Y no voy a ir a clases, no me importa faltar ¡Si tú no vas, yo tampoco! No tiene sentido ir, sino te puedo ver.

Y así pasaron los días hasta que ella se recuperó totalmente y volvimos a clases. -¡¿Simone vos también estuviste enferma?!-Me preguntaban mis compañeras. -¡Eh! Sí-No sabía que decirles, pero no podía decirle que estaba cuidando de mi profesora, de mi Bella y Deslumbrante Flor. Así que fingí que estaba enferma también. -¡Uf! volvió todo a la normalidad-O eso creía...

La semana pasaba con normalidad...

Sólo Su MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora