Capítulo 9: Mal tiempo.

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Hoy el aire se siente húmedo, sofocante y caliente, ha estado lloviendo los últimos días, pero por fin se detuvo y el agua comenzaba a evaporarse, aun se podían ver algunas nubes rodando por encima de los cerros lejanos de la ciudad. El sol ya hacía de las suyas calentando los techos de las casas y secando gran parte de lo que se encontrara a su paso, pero seguía habiendo mucha agua como para secar todo en un día. Los árboles tenían guardadas grandes gotas de agua en sus hojas, algunas caían lentamente a los casi secos charcos de sus bases, había muchas ramas de otros árboles regadas por el suelo y tierra fuera de su lugar, habían sido días de tormenta con ventarrones fuertes. De hecho, había sido un huracán de categoría cuatro.

-Han sido días fuertes para la ciudad- Decía la voz gruesa y un tanto anciana de la radio – Sin embargo, las autoridades de Protección Civil nos informan que no ha habido muertes, pero si daños fuertes, por lo que creen que las actividades laborales y económicas deberían tardar en reactivarse al menos en un par de semanas. Bien, gente que nos escucha, son las 07:45 de la mañana del 04 de septiembre de 2009, vamos a un corte y regresamos. "Salchichonería y Carnes Villareal, tiene..."- no se escuchó más la radio, pues un niño acababa de apagarla. El niño debía tener unos nueve años, usaba lentes de armazón de metal delgados y por supuesto tenía el cabello despeinado, recién se había levantado de la cama y se dirigió a su computadora a revisar su correo electrónico, esperaba un correo de parte del director de su escuela, (curiosamente pese a la tormenta, la señal de internet, teléfono y cable no habían fallado.) Y en efecto, el correo estaba en su bandeja de entrada.

Estimado Sr. Alejandro.

Estoy consciente que son días complicados para usted, para mí y la ciudad, sin embargo, me gustaría que nos reuniéramos la tarde de mañana en su casa, alrededor de las 18:00pm para conversar sobre su admisión a la universidad, obviamente sus padres deben estar presentes, ya que, al usted ser menor de edad, deben estar conscientes y conformes con los acuerdos. Espero su respuesta antes del mediodía.

Un Saludo, El Director.

Enviado el 03 de septiembre de 2009. 20:38pm

Alejandro se levantó rápido de la silla y corrió con su madre y padre que se encontraban en la cocina, su madre era una señora no muy lata ni muy baja, ligeramente gordita, con cabello castaño como el del niño y en corte de melena, tenía la imagen de una típica ama de casa joven. En cambio, el padre era mucho más alto que la madre, ella apenas le llegaba al hombro, era un hombre de piel clara, igual que su hijo y mujer, usaba lentes anchos y cuadrados, como si fueran unos Ray-Ban de 1970. Era un hombre robusto, y debía serlo, pues era bombero. Cuando los tres se sentaron a la mesa, Alejandro les habló sobre el correo del Director, sus padres ya estaban enterados de que el niño había recibido una invitación por parte de una universidad para entrar a la misma, les comentó sobre la solicitud del maestro para reunirse.

-Hijo, estoy muy contento por ti- dijo el padre, con una voz gruesa y alegre.

-Estamos muy orgullosos de lo que haz estado logrando – agregó su madre mientras les servía el desayuno.

-Bueno, no lo lograría si ustedes no me motivaran – dijo Alejandro mientras daba un sorbo a su café – Y tampoco sin lo que mi hermano me alcanzó a enseñar.

El hermano de Alejandro, era 5 años mayor que él, pero lamentablemente había fallecido, pasó cuando iba a un concurso por parte de su escuela, el autobús donde viajaba se volcó y el joven perdió la vida en el lugar del accidente. Precisamente un 04 de septiembre, ese mismo día se cumplían dos años de su partida. Había sido un momento fuerte para Alejandro y sus padres, pero el se decidió en salir adelante para enorgullecer a sus padres y sobrellevar la perdida de su hermano. Pero eso no evitó que la actitud de Alejandro cambiara un poco.

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