(Escuchar "There She Goes" de The La's. Tu sabrás cuando reproducirla)
-No, espera, primero dime que tal te fue. ¿Cómo estás? – dijo Christina mientras guardaba el reloj del tiempo en su cajita.
- ¿Qué quieres que te diga? – contestó Alejandro, volviéndose a colgar la mochila en la espalda – Vaya, no puedo creer que pasó una semana desde que estuve aquí.
-Fueron dos minutos...
-Exacto.
-Te noto algo diferente -indicó la muchacha mientras examinaba a su amigo. - Como más enérgico, agitado, pero diferente. ¿Pasó algo?
-No, todo está bien, y bueno, no te voy a negar que estoy emocionado – respondió el joven contemplando el patio a oscuras, estaba tal y como cuando se había ido. Simplemente le parecía increíble. -El viaje estuvo bien, cuando llegué aparecí de pie a unos pocos metros del punto de partida original.
- ¿A qué te refieres? – preguntó la chica confundida
-Si, verás, tú me dijiste que cayó un rayo cuando aparecí, da la casualidad de que también hay uno cuando me voy, o algo parecido a un rayo. Cuando aparecí, lo hice a veinte metros de la primera marca que dejé. Lo que me recuerda. -Alejandro se descolgó nuevamente la mochila, abrió el cierre delantero y tomó un flexómetro. – Aquí está. Toma este extremo y no lo sueltes.
- ¿Qué es esto? - dijo Christina, mientras tomaba la punta de la delgada lamina amarilla que comenzaba a estirarse.
-Es un flexómetro – respondió el joven profesor mientras se alejaba de la marca en el suelo que había dejado al volver, para dirigirse a la zona donde Christina lo había encontrado la primera vez –Sirve para medir, dijiste que caí más o menos por acá, supongo que debe haber una marca en el suelo.
En efecto, la marca estaba entre unos árboles y arbustos. Estaba un poco difuminada en la tierra, era de entenderse, pues al regar las plantas, está había comenzado a borrarse y volverse a llenar de tierra. Alejandro tomó de su mochila una libreta café e hizo una serie de anotaciones en ella.
- ¿Es algún un tipo de bitácora? - preguntó Christina.
- Es una bitácora. – confirmó el joven mientras la cerraba y la metía de nuevo a la mochila – Pensarás que podría hacerlo en el teléfono. Pero prefiero tener esto en hoja y papel. Pienso que es más seguro. ¿Entonces, quieres irte ya?
Christina no podía contenerse más las ganas de admitir que estaba aterrada, que tal si el artefacto fallaba, ni siquiera había sido puesto a prueba.
-Alejandro, la verdad es que, tengo miedo...
-Yo también tuve miedo, pero no te preocupes, todo saldrá bien.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? -dijo ella comenzando a temblar.
-Christina – dijo Alejandro mientras la tomaba de la mano para tranquilizarla. -Confía en mí, todo va a salir bien. Ahora, si quieres podemos posponer el viaje para otra ocasión, no necesariamente debe ser hoy, o bien, no tienes que hacerlo si no quieres.
-Es que, si quiero hacerlo.
- ¿Entonces cuál es el problema?
La chica se limitó a responder arqueando los hombros y mirando la marca en la tierra. Alejandro ya había realizado tres viajes y había salido ileso de todos ellos, bueno, en uno de ellos salió un poco lastimado, pero esta vez a ninguno le pasaría nada, todo estaba fríamente calculado. Christina por fin se animó a realizar el viaje en el tiempo. Alejandro le advirtió una cosa más, era posible que ella se desmayara al momento de aparecer en 2021, el rayo podía causar que perdiera el conocimiento unos minutos, pero no debía preocuparse, no iba a sentir nada, además de ser así, el estaría al cuidándola hasta que despertara. Alejandro programó ambos relojes del tiempo, para él había pasado una semana así que irían a la fecha de donde recién había partido.
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Viajes De Naranjo
RandomEs el año 1889, la vida es sencilla y tranquila en un pequeño pueblo, la gente es honrada, honesta y trabajadora. Nada fuera de lo normal pasa, excepto para una chica que por azares del destino, se verá en una complicada situación gracias alguien qu...