Capitulo 13

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Una cosa faltaba para poder armar el plan.
Tony estaba de acuerdo con tomar el mando.
Cesar en mantenerse alejado, quedarse al margen de las cosas, ni volver a casa, ni siquiera por ropa, de eso se encargaba Spooky. De quedarse con Yulia e ir a la escuela.
Pero faltaba una cosa, algo escencial.
Los amigos.
No podría cambiar jamás el pasado, la manera en la que tuvo que tratar a Cesar.
Cómo le dijo que iría por Monse obligándolo a confesar que se acostó con ella, como todo fue empeorando para él y quizá... Tal vez... La culpa fue suya.
Aún recuerda el día que lo llevó a la playa, que pasaron un buen día. Su rostro de felicidad y como lo arruinó después. Su rostro de esperanza cuando dejó de ser Spooky frente a él para ser Oscar. Cuando le dijo que iba a ayudarlo con la universidad. Y lo dejó solo. Todo para evitar que terminara muerto, y ahora está contra la espada y la pared. O debería decir la pistola y la pared.
Rechazarlo en casa después de lo de Latrelle lo destrozó por dentro, si antes se sentía una basura, ahora era peor.
Dolor, irá, todo lo que sentía lo carcomía por dentro.
Pero sabía perfectamente que si no le daba la espalda, los santos terminarían matandolo.
¿Como atraer a los amigos de Cesar para hablar? todo era un problema desde cuchillos.

— ¿Dices que nadie se habla?

Preguntó Yulia mientras conducía.

— Nadie. Incluso Jamal usa al equipo para molestarme.
— Bien, habrá que ayudar a Oscar con esto, pensar en alguna idea.

Estacionó el auto lo más cerca que pudo de la entrada.
El ambiente frío les gustaba bastante, ayudaba a pensar, relajarse. Dejar los dramas.

— Deberías decirle a Oscar. — sugirió Cesar tranquilo tomando su mochila de la parte de atrás del auto.
— ¿Decirle que? — cuestionó.
— Que estás embarazada. Que esperas a un hijo suyo.
— ¿Y si no está listo para eso de nuevo?— preguntó mientras Cesar le pasaba su bolsa.
— Creo que ha demostrado bastantes veces que no te dejará sola pase lo que pase. — la miró a los ojos. — Creo que merece tu confianza.
Yulia suspiró con pesadez — Tienes razón.

Entraron a la escuela y se separaron. Yulia fue a dar su primera clase y Cesar a su respectivo salón. Tenía las últimas clases con Yulia, así que solo debía esperar.
La hora del descanso era una pesadilla para Cesar, es difícil estar tranquilo cuando piensas que pueden matarte por la espalda en cualquier momento. Tomó su bandeja con el desayuno, un pedazo de pay, una hamburguesa, papas fritas y una soda. Perfecto para un día de mierda. 
Se sentó en una mesa alejada, realmente no tenía amigos, no desde los chicos. Solo quería estar tranquilo y que nadie lo molestara, tenía que pensar.
Comenzó a comer tranquilamente, pero el universo parecía no querer dejarlo en paz. El equipo de football pasaba por ahí, uno pensaría que Jamal no lo molestaría. Por los viejos tiempos; pero se equivocaban.

— Cesar, Cesar — habló Jamal calmado perseguido por su séquito de brutos barbajanes. 
— Déjame en paz Jamal, por favor.

Risas se hicieron presentes inmediatamente, todo el equipo riendo. Nunca había sabido si Jamal fingía para conseguir aceptación o simplemente lo molestaba porque ya era así realmente.

— ¿Que pasa mini Spooky? — más risas — ¿La pandilla te dejó solo? ¿Acaso Spooky ya se dió cuenta que te tiras a su chica?
— ¿De que mierda hablas? —  pregunta amenazante apretando los dientes y los puños, sabe perfectamente a qué se refiere.
— Ah, ahora resulta que no te acuestas con la profesora. — se acerca desafiante. — Yulia ¿No? — otro paso decidido, pero retrocede, en los ojos de Cesar está esa mirada que conoce perfectamente. — Vámonos — ordena a su séquito.

Sin la capacidad mental de dejar a alguien en paz, uno de los tipos más grandes del equipo de football se adelanta, camina amenazante hasta estar frente a Cesar.

THE LAST BULLET (En pausa por edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora